Crisis de Ucrania: Blinken y Lavrov acuerdan reunirse mientras las tensiones alcanzan un ‘momento de peligro’
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, en una reunión previa en Ginebra el mes pasado. Está previsto que ambos discutan la crisis de Ucrania la próxima semana. Foto: Alex Brandon/AFP/Getty Images

Antony Blinken se reunirá con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, la próxima semana, mientras el secretario de Estado de Estados Unidos advirtió que la crisis en Ucrania era un “momento de peligro para la vida y la seguridad de millones de personas“.

El Departamento de Estado de Estados Unidos informó en la noche del jueves que Blinken aceptó la invitación para reunirse con Lavrov bajo la condición de que no se realizara una invasión contra Ucrania. La acción proporciona la esperanza de que permanezcan abiertos los canales diplomáticos, incluso cuando las advertencias de Estados Unidos sobre una inminente invasión son cada vez más fuertes.

“Si invaden en los próximos días, será evidente que nunca tomaron en serio la diplomacia”, dijo el vocero del Departamento de Estado, Ned Price. A primera hora del jueves, Blinken dijo que le había enviado una carta a Lavrov proponiéndole una reunión en Europa.

El viernes comienza una nueva serie de reuniones entre líderes occidentales, con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como anfitrión de una reunión con los líderes de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Polonia, Rumanía, Gran Bretaña, la Unión Europea y la OTAN.

También está previsto que la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, llegue a Múnich para entablar conversaciones durante varios días con líderes mundiales entre los que figuran el canciller alemán, Olaf Scholz, la secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy.

El viernes, la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, criticó a Rusia por sus “demandas de guerra fría” y por negarse a asistir a la reunión.

Anteriormente, el ejército ucraniano indicó que en las últimas 24 horas registró 60 violaciones del alto al fuego por parte de los separatistas prorrusos, dejando un soldado herido. Los separatistas abrieron fuego contra más de 10 asentamientos, utilizando artillería pesada, morteros y un tanque, indicó.

Los separatistas rusos realizaron afirmaciones opuestas, acusando a las fuerzas gubernamentales de Kiev de haber disparado artillería y morteros en tres incidentes el viernes, según informó la agencia de noticias Interfax.

Desde hace ocho años, Kiev y los separatistas prorrusos están en guerra y es habitual que ambas partes violen el alto al fuego, sin embargo, la intensidad de los combates aumentó notablemente esta semana.

Repitiendo los comentarios de Biden, en la noche del jueves Blinken habló en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la urgencia de la situación: “Nuestra información indica claramente que las fuerzas [rusas], incluidas las tropas de infantería, los aviones y los barcos, se están preparando para lanzar un ataque contra Ucrania en los próximos días”.

“No sabemos con exactitud cómo se desarrollarán los acontecimientos, pero esto es lo que el mundo puede esperar que ocurra. De hecho, está ocurriendo en este mismo momento”, señaló.

“En primer lugar, Rusia planea fabricar un pretexto para su ataque. Se podría tratar de un acontecimiento violento del que Rusia culpará a Ucrania, o de una acusación escandalosa que Rusia lanzará contra el gobierno ucraniano. No sabemos con exactitud la forma que adquirirá.

Podría ser un supuesto atentado terrorista inventado dentro de Rusia. El inventado descubrimiento de la fosa común, un ataque simulado con drones contra civiles, o un falso -incluso real- ataque con armas químicas”.

“Es posible que Rusia describa este suceso como una limpieza étnica, o un genocidio, burlándose de un concepto que nosotros, en esta cámara, no tomamos a la ligera”.

Antes de la reunión de la ONU, la misión rusa hizo circular acusaciones de crímenes de guerra y “genocidio” contra la población de las repúblicas separatistas de Luhansk y Donetsk, respaldadas por Moscú. La mayoría de las acusaciones hacían referencia a los relatos de víctimas civiles de los bombardeos ucranianos, en su mayoría en 2014, momento en el que el conflicto fue más intenso.

Los documentos rusos hicieron referencia a “fosas comunes”, aunque no quedó claro si alegaban que los lugares de entierro fueron excavados por las fuerzas ucranianas o por las familias y comunidades de los fallecidos durante los combates.

En la noche del jueves, el Senado de Estados Unidos votó de forma abrumadora para mostrar un firme apoyo a una Ucrania independiente y “condenar” la agresión militar rusa. La votación fue unánime, sin objeciones y sin necesidad de una votación nominal.

Los senadores se apresuraron durante toda la semana a dar una respuesta frente a las crecientes tensiones en la región, muchos de ellos deseosos de profundizar aún más en la imposición de sanciones sobre Vladimir Putin, lo que provocaría un impacto en la economía rusa.

Ucrania cuenta con fuertes aliados en el Senado, donde existe un amplio apoyo a las sanciones contra Rusia como una poderosa herramienta de política exterior que se utilizará en caso de que Putin continúe su agresión contra Ucrania.

Las tensiones en el este de Ucrania aumentaron drásticamente después de que los separatistas apoyados por Rusia lanzaron el jueves una intensa descarga de artillería a través de la línea de control con las fuerzas ucranianas, bombardeando una guardería e hiriendo a tres personas.
Biden cree que Rusia se encuentra a punto de invadir Ucrania
, y se sumó a los aliados de la OTAN para advertir que el bombardeo puede ser un intento de crear el pretexto para llevar a cabo una incursión.

El presidente de Estados Unidos, hablando poco después de la expulsión del embajador adjunto de su país en Moscú, señaló que su administración tenía “razones para creer” que Rusia estaba “involucrada en una operación de bandera falsa para tener una excusa para entrar”.

Comentó a los periodistas: “Todos los indicios que tenemos indican que están preparados para entrar a Ucrania, atacar a Ucrania… Mi impresión es que ocurrirá en los próximos días”.

El primer ministro británico, Boris Johnson, calificó el ataque contra la guardería como una “operación de bandera falsa” cuyo objetivo es desacreditar al gobierno ucraniano.
Los separatistas de la región de Luhansk afirmaron que se vieron obligados a contraatacar en respuesta a los bombardeos ucranianos, calificándolos como una “provocación a gran escala”.

Kiev refutó las afirmaciones de los separatistas, señalando que los grupos apoyados por Rusia iniciaron los bombardeos y que sus fuerzas no contraatacaron.

Según el ejército ucraniano, dos civiles resultaron heridos cuando el edificio de la guardería de Stanytsia Luhanska fue impactado por los bombardeos. En la noche del jueves se registraron más bombardeos contra la ciudad, pero no se informó inmediatamente sobre la existencia de víctimas. Zelenskiy describió las acciones de los separatistas prorrusos como una “gran provocación”.

Rusia entregó el jueves su tan esperada respuesta a las propuestas estadounidenses y de la OTAN sobre la seguridad europea. El Kremlin indicó en su carta de 10 páginas que Estados Unidos no tomó con seriedad sus preocupaciones sobre la posibilidad de que Ucrania se incorpore a la OTAN y que Rusia tendría que tomar “medidas de carácter técnico-militar” no especificadas.

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