Los ucranianos están preparados para la resistencia: ‘Todo el país luchará’

Si las fuerzas rusas intentan tomar nuevos territorios en Ucrania, se enfrentarán a un ejército mucho más pequeño y menos equipado que el suyo, pero curtido por ocho años de lucha.

Casi una década de guerra también dejó a Ucrania con casi medio millón de veteranos experimentados en el combate, de los cuales muchos se están preparando para luchar de nuevo, oficial o extraoficialmente.

Esta combinación, junto con la gran extensión del territorio ucraniano, implica que, aunque Rusia pueda superar en armamento a las fuerzas ucranianas en un campo de batalla convencional, cualquier enfrentamiento militar podría conducir a un conflicto partidista prolongado y sangriento.

“El ejército ruso tiene mejores armas y equipos técnicos que nosotros, por lo que podríamos perder batallas o campañas. Pero nunca podrán ganar el país si el pueblo ucraniano está motivado“, señaló Serhiy Kryvonos, general jubilado de las fuerzas especiales y exsubsecretario del consejo de seguridad nacional y defensa.

Kryvonos está viajando por el país hablando con los veteranos y organizando entrenamientos de armas para prepararse para un levantamiento popular en caso de que Rusia invada el país.

“Consideremos la experiencia de Afganistán. La Unión Soviética, los Estados Unidos, el Reino Unido no lo pudieron mantener”, dijo. “No pudieron vencer a los talibanes porque estaban bien motivados. Su arma más fuerte fueron sus partidarios, civiles de día, y después en la noche tomaban armas para disparar o enterrar una bomba en el camino”.

El gobierno de Ucrania, tras meses de llamar a la calma, esta semana cambió su postura pública y comenzó a preparar al país para la guerra. El presidente Volodymyr Zelenskiy anunció que convocaba a un primer grupo de reservistas y el martes el Consejo de Seguridad Nacional pidió al Parlamento que estableciera el estado de emergencia en todo el país.

Gran parte de las personas convocadas se habían estado preparando desde hace semanas, entre ellos Roman Nabozhniak, quien trazó planes detallados para que su negocio de brownies opere sin él. Vladimir Putin unió al país en la crisis, dijo.

“Ahora, entre mis amigos y compañeros, no existen discusiones entre los que apoyaron a Zelenskiy y los que apoyaron a [el expresidente Petro] Poroshenko, dejamos de lado eso. Ahora tenemos que respaldar a este gobierno con una sola voz”.

“La unidad es nuestra arma más poderosa. Rusia quiere que tengamos muchas peleas internas que puedan explotar”.

Los años de política agresiva de Putin no solo moldearon y afinaron la identidad nacional -los políticos en Kiev en ocasiones bromean que es un fundador de la Ucrania moderna- sino que también contribuyeron a perfeccionar el ejército contra el que ahora puede ordenar luchar a los soldados rusos.

En 2014, cuando Rusia tomó Crimea y las fuerzas respaldadas por Rusia tomaron el control del este, el ejército ucraniano se encontraba en un estado tan degradado que los soldados ni siquiera recibían alimentos. En los años transcurridos desde el colapso de la Unión Soviética, la disciplina se había desgastado, los sistemas de armas no recibieron mantenimiento durante décadas y casi ninguno de los soldados de Ucrania había visto un combate.

“El ejército ucraniano en 2014 y el ejército ucraniano actual son dos cosas completamente diferentes, aunque sin [ese ejército] no tendríamos un país en absoluto”, dijo Taras Chmut, veterano y analista militar de Come Back Alive, una ONG en Kiev que apoya a los combatientes de primera línea con equipo y entrenamiento.

“Teníamos un ejército grande, con mucho equipo, pero era viejo y no estaba en buenas condiciones. La comida no llegaba a la primera línea; la gente luchaba en pantalones de mezclilla”, señaló. “Incluso los suministros básicos no llegaban a los soldados, desde chalecos antibalas hasta botiquines de primeros auxilios y equipos de comunicación”.

En la actualidad, ha mejorado la logística y el entrenamiento, y el ejército se ha ampliado en aproximadamente 100 mil soldados, hasta contar con aproximadamente 260 mil. Chmut calcula que una movilización total que incluya a los veteranos y a las fuerzas de seguridad podría poner en armas a más de un millón de ucranianos.

Pero cuando se trata de hardware, Ucrania sigue siendo extremadamente vulnerable. Cuenta con una larga costa, pero después de que Rusia anexionó Crimea y sus puertos, casi no tiene capacidad naval. No dispone de un sistema de defensa antimisiles, y los sistemas de defensa antiaéreos en su mayoría son de fabricación rusa, obsoletos e imposibles de reparar para Ucrania, ya que no puede obtener piezas.

Si Rusia obtiene el control de los cielos sobre Ucrania, Chmut comenta que teme una masacre civil como las que se observaron en partes de Siria, donde se usaron armas rusas en áreas controladas por los rebeldes.

“Estamos intentando destacar que necesitamos trabajar en el fortalecimiento de nuestra fuerza aérea”, dijo. “No importa cuántas personas estén listas para luchar: si el enemigo controla el espacio aéreo, podría ocurrir algo como en Siria, bombardeo de pueblos y ciudades con [un] gran número de muertes entre civiles”.

A Kryvonos le preocupaba que los civiles pudieran ser un blanco de medidas punitivas, incluso si no eran el blanco de las armas. “Ni siquiera necesitan abrir fuego. Puedes cortar la electricidad de Kiev desde fuera de la ciudad“, señaló. “Cuanto más grande sea la ciudad, es más fácil crear pánico y doblegarla. Si cortas la energía, se convertirá en una pesadilla en unos cuantos días, sin agua y sin calor”.

Señaló que los gobiernos no han hecho lo suficiente para advertir a los civiles que preparen provisiones de alimentos y agua, ni siquiera han colocado señalamientos para los bunkers. Esto es especialmente preocupante porque, además de la superioridad armamentística de Rusia en el espacio aéreo convencional, podría desencadenar devastadores ciberataques que dificultarían el acceso de los ucranianos a la información mientras se desarrolla cualquier invasión.

Si bien el gobierno no está actuando lo suficientemente rápido para él y muchos otros ucranianos, la gente está trazando sus propios planes y preparativos para la resistencia que, Chmut dice, sería consecuencia de un ataque ruso.

“Si llega a ser una invasión, será una guerra total como en 1939. Todo el país estará contraatacando, existirá una resistencia masiva. Occidente también debería saber que habrá un gran número de refugiados, tal vez de 5 a 10 millones”.

Entre las personas que están decididas a luchar se encuentra Oleg Sentsov, un director de cine de Crimea que se convirtió en un héroe nacional después de ser detenido en su ciudad natal en 2014 y condenado por terrorismo en un tribunal militar ruso. Los grupos de derechos humanos lo denunciaron como un juicio falso.

Pasó cinco años en cárceles rusas, incluso en Siberia, donde el frío dañó gravemente su salud, antes de ser liberado en un intercambio de prisioneros en 2019. Comenta que está dispuesto a luchar, incluso mientras su última película, Rhino, es aclamada en los festivales.

“Estaré uniformado. Tengo algo de entrenamiento militar y sé cómo actuar en la guerra”, comentó en una entrevista en un café del centro de Kiev, horas antes de que Putin anunciara sus planes de reconocer las regiones separatistas de Ucrania. “Lo más importante que aprendí en esta vida es no tener miedo. En un momento tan difícil, no seré la persona que huya de mi país”.
Información adicional de Iryna Gorlach.