Desliza menos, no seas un sinvergüenza, saluda… y 10 consejos más para mejorar tus citas

La soltería tiene muchas cosas buenas: poder comer, ver y hacer lo que uno quiera; la independencia; la ausencia de familia política. Sin embargo, lo rutinario se puede convertir fácilmente en una rutina, lo que dificulta la vida si quieres encontrar una relación. Le preguntamos a los expertos sobre cómo puedes cambiar las cosas.

Utiliza las aplicaciones con propósito

Es fácil confundir la presencia en las aplicaciones de citas con el hecho de salir a la calle. A menos que te esfuerces por conocer gente, las aplicaciones rápidamente se pueden convertir en una pérdida de tiempo.

Annie Lord, columnista de citas de Vogue, cuyas memorias Notes on Heartbreak serán publicadas en junio, recomienda utilizarlas en un momento determinado, “en lugar de pasar todas las noches simplemente desplazándose” en la aplicación, y elaborar un plan para conocer a cualquier pareja prometedora lo antes posible.

Muchas personas tienen perfiles únicamente para aumentar su ego, señala Lord. “Si no han concertado una cita en las 48 horas siguientes a la conversación, nunca va a ocurrir. Puedes pensar demasiado en ello o dejarlo para más tarde. Si tuviste una buena conversación, probablemente simplemente deberías conocerlos”.

Considerando que una aplicación está comercializando su base de usuarios, también vale la pena probar algunas de ellas; la experiencia de Tinder -y su público- es diferente a la de Bumble, por ejemplo. También es normal, incluso aconsejable, borrar y volver a descargarlas conforme cambie tu entusiasmo.

Jo, de 45 años, utilizó las aplicaciones de forma intermitente durante aproximadamente cinco años después de que terminó su matrimonio, cuando tenía 34 años. “Era un poco recelosa, pero poco a poco aprendí que es cuestión de suerte, y a no tomarme nada personal de alguien que no conoces”.

El año pasado conoció a alguien. Sus principales consejos son limitar tu actividad y tomarte descansos que duren varios meses. En su última aventura en la escena de las citas, no pasó más de 10 minutos deslizándose en la aplicación, un par de veces a la semana.

Sé sincero sobre quién eres y qué quieres…

Resulta tentador intentar maximizar tus coincidencias, o buscar en internet frases para romper el hielo o iniciar la conversación, pero si lo que buscas es el amor, es mejor que destaques lo que es único en ti. (No será tu postura respecto a la pizza hawaiana).

Mark Manson, autor de la serie bestseller de autoayuda The Subtle Art of Not Giving a Fuck aboga por resaltar tus peculiaridades para atraer al 10% de la gente que pensará que eres fascinante y divertido, en lugar de restarles importancia para el 90% de la gente que pensará que simplemente estás bien. Si no estás seguro de cuáles son tus mejores y definitorias cualidades, pregúntale a un amigo.

Lo mismo ocurre con lo que buscas: si quieres una relación a largo plazo, o que primero sean amigos, no tengas miedo de decirlo. Las únicas personas a las que desanimarás serán aquellas que quieran algo diferente. Sin embargo, haz hincapié en lo que quieres, no en lo que no quieres: los perfiles positivos y optimistas reciben más mensajes y coincidencias.

No está de más pedir una segunda opinión sobre tu perfil. Jo comenta que el perfil de su pareja destacaba por la descripción detallada de sus intereses, lo cual le facilitaba hacerle preguntas, y por varias fotografías decentes (no selfies). “Después me contó que una amiga le ayudó”.

… pero mantente abierto a las sorpresas

Logan Ury, científico del comportamiento que se convirtió en entrenador de citas y autor de How to Not Die Alone, señala que las personas suelen caer en una de estas tres categorías: el romántico, que persigue un cuento de hadas; el maximizador, con una lista de verificación, siempre en busca de la siguiente mejor pareja; y el indeciso, que busca razones para no empezar a buscar.

En su lugar, Ury sugiere cultivar una “mentalidad de crecimiento”. Si consideras cada cita como una oportunidad de aprendizaje, se vuelve menos decisiva.

Las aplicaciones hacen que sea fácil ser demasiado prescriptivo respecto a una pareja potencial, pero es imposible calibrar la química o la compatibilidad a partir de un perfil. Si sientes curiosidad por alguien, conócelo.

“Juzgamos con mucha rapidez”, dice la comediante Katerina Robinson, de 28 años. Terminó emparejada con una larga lista de jefes de proyecto altos y con barba (“mi tipo”) antes de que recientemente se ampliaran sus horizontes gracias a un entusiasta del BDSM que conoció a través del trabajo. “Si no mantienes una mentalidad abierta, siempre terminarás saliendo con diferentes versiones de la misma persona y nunca descubrirás lo que realmente te gusta”.

Planea una cita que funcione para ti

Antes de la pandemia, reunirse por primera vez para dar un paseo o en una videollamada habría sido excepcional; ahora, todo es posible. Aprovecha y organiza una cita a la que realmente quieras ir. (Para las mujeres en particular, ser proactivas suele ser recompensado, según muestran los datos de OkCupid).

Es posible que descubras que las citas se vuelven menos abrumadoras y que resulta más fácil adaptarse a ellas. “La primera cita debe ser corta y solo entre semana. No desperdicies tu fin de semana con un desconocido”, dice Jessica.

¿Prefieres probar la chispa por teléfono o por videollamada antes de conocerse en persona? Desde el confinamiento, muchas plataformas de citas han introducido la función de llamada, para que no tengas que dar tu número.

Siéntete a ti mismo, en sentido literal y figurado

Quizás la sensualidad no figure en tu vida de soltero, aunque tengas una vida sexual sana. Kate Moyle, terapeuta psicosexual y presentadora del podcast The Sexual Wellness Sessions, comenta que es importante no descuidar la importancia del tacto, aunque sea solo el propio.

“Construir la relación contigo mismo y con tu cuerpo no depende de la pareja”, dice. “Tómate tiempo para tocar y explorar tu cuerpo, para conocerte a ti mismo y lo que te gusta, no solo en cuanto al placer sexual, sino en cuanto a la sensualidad y el tacto de todo el cuerpo”.

Esto no solo te puede ayudar a aumentar tu propia confianza en tu cuerpo, sino que te puede ayudar a comunicarte con tu nueva pareja, explica Moyle.

Ury recomienda establecer un ritual previo a la cita, como llamar a un amigo que te apoye o poner una canción favorita, para ayudarte a afrontar la cita “desde un lugar de optimismo y posibilidad”.

Olvida el coqueteo, solo saluda

Según una encuesta de YouGov de 2020, solo uno de cada 20 británicos veinteañeros conoció a su pareja actual o más reciente “fuera de casa” -en un concierto, un bar o una librería, por ejemplo-, en contraste con uno de cada cinco de entre 50 y 64 años.

El miedo a la vergüenza y al rechazo hace que deslizar el dedo por la pantalla sea mucho más atractivo que acercarse a los desconocidos en persona, aunque para muchos, el viejo “conocer a alguien lindo” sigue siendo el estándar por excelencia. Además, si nunca regresamos a la oficina a tiempo completo, se reducirá otro camino consagrado para el romance.

Lord comenta que debe regresar el acercamiento directo: “Últimamente he salido y he conseguido hablar con chicos en los bares de una forma que creía que ya no existía”. Lo relaciona con la pandemia: “Todo el mundo está tan desesperado por tener contacto humano. Si te sientes un poco incómodo, no pasa nada, porque todo el mundo está en el mismo barco”.

En lugar de una insinuación obvia, ella propone ser amable y entablar una conversación. “Existe un menor factor de riesgo si puedes encontrar un punto en común que haga que parezca menos intrusivo, y no te sentirás rechazado si se detiene la conversación”.

Si el coqueteo parece extraño, mantenlo ligero, dice Jean Smith, una “entrenadora de coqueteo” y autora de Flirtology: Stop Swiping, Start Talking and Find Love: “Pronto descubrirás que no es tan aterrador como imaginabas. Simplemente acércate y saluda”.

¿Te preocupa que te consideren alguien desagradable? No seas un sinvergüenza

A muchos hombres les da miedo invitar a salir a las mujeres por temor a que los consideren sinvergüenzas, pero si tus intenciones no son ruines y eres consciente de los demás y de la situación, quizás valga la pena la incomodidad pasajera.

“Si te sientes realmente atraído por una mujer y crees que la vibra es buena, pero te da miedo invitarla a salir, pregúntate: ‘¿Qué es lo peor que podría pasar?’“, comenta Kieran, de 26 años. “Después, explora de forma concreta ese peor escenario”.

Si no es más que un cortés no y una leve vergüenza, dice “aviéntate, envía un DM o pídele una copa como si estuvieras arrancando un curita. Y si la respuesta es cualquier cosa que no sea un sí rotundo, tómalo como un no, y vive para intentarlo otro día”.

En mi experiencia, la diferencia entre una insinuación cínica y un cumplido genuino, ofrecido sin expectativas, es como la noche y el día.

Encuentra un compinche, o una pareja

“Todo el mundo tiene ese amigo al que le gusta avergonzarte un poco y que te hace quedar con personas cuando sales”, comenta Lord. “Te quedas como: ‘Oh, basta’, pero secretamente lo agradeces”. Además, si te sale mal, “siempre les puedes echar la culpa”.

A las personas con pareja, en particular, les encanta escuchar historias de citas. Ponlos a trabajar pidiéndoles que te presenten a un amigo o colega soltero, o que diseñen una cita con un desconocido. Con frecuencia, combinar grupos puede resultar menos intimidante.

“No tengas miedo de ser el mal tercio”, coincide Aaron, de 42 años. Hace poco, cuando fue a un bar con amigos que eran pareja, se pusieron a hablar con otra pareja, que pensó que Aaron podría ser compatible con uno de sus amigos. “Intentaron que tuviéramos una cita por FaceTime”.

Saber cuándo actuar a contracorriente

La química y la compatibilidad no siempre están alineadas. Si te encuentras constantemente atraído por características que son opuestas a ti -como la falta de disponibilidad emocional-, es posible sanarlas a través de la terapia o la autorreflexión.

“Intenta enfocarte en cómo te quieres sentir, más que en atributos o características fijas que crees que te harán feliz”, comenta Moyle. Nuestro concepto de lo que es deseable en una pareja, y de lo que deberíamos buscar, se basa en factores de los que quizás ni siquiera seamos conscientes, señala. “Considerar o desafiar estos mensajes podría ser algo realmente positivo. De hecho, sentirse satisfecho, con intimidad y conectado puede ser diferente a lo que imaginamos”.

Lizzie Cernik, que ha entrevistado a muchas parejas para la columna How we met de The Guardian, explica que el reflexionar sobre tu “estilo de apego”, es decir, tu enfoque sobre las relaciones íntimas, establecido en la infancia, puede ser algo muy útil. “No busques lo que quieres en una pareja e intentes marcar casillas: busca lo que necesitas”, dice. “Las dos cosas pueden ser muy diferentes”.

Ten una segunda cita

A menos que la primera cita hubiera sido realmente desastrosa, Ury es partidario de una segunda cita. Solemos ver primero los defectos de las personas, lo que significa que podemos confundir las manías con los defectos que pueden provocar la ruptura. En cuanto a la legendaria chispa, es una pésima medida de compatibilidad, señala: “Se puede construir la química con el tiempo”.

Hacer que dos citas sean el mínimo por defecto ayuda a descubrir puntos de conexión más profundos, como los valores y los objetivos a largo plazo, y a “darles una oportunidad a más personas”, comenta Ury. La forma en que tu cita te hace sentir -comprendido, rechazado, deseado, agotado – es una mejor medida que las mariposas.

Incluso después de una buena cita, es fácil pensar en el futuro de forma catastrófica. “Si algo te hace sentir bien, simplemente aprécialo por lo que es y déjate llevar”, dice Lord. “No te preocupes por si se llevaría bien con tu familia, o si es el ‘tipo de persona’ que podrías considerar como tu novia. Tienes que darte la oportunidad de ver si te gusta. Eso no es engañar a alguien, ni es algo malo”.

Conoce tus límites

Dicho esto, conviene saber qué líneas no vas a cruzar, como las diferencias políticas o la indecisión sobre los hijos. “Especialmente cuando se trata de objetivos de relación compartidos, si no están en la misma página, es poco probable que eso vaya a cambiar”, comenta Olivia, de 34 años. “No te empeñes en las personas que no coinciden con lo que estás buscando, así ahorrarás mucho tiempo y energía”.

Por lo general, cualquier persona que demuestre un comportamiento controlador o problemático, que se comunique mal de forma sistemática o que no cumpla con tu esfuerzo de la misma forma “probablemente valga la pena alejarse de ella”, dice Olivia.
Smith pide a sus clientes que hagan una lista de “cinco aspectos fundamentales” sobre los que no cederán: “Te ayuda a descartar cualquier pérdida de tiempo”.

En cuanto estés seguro de que no hay futuro, es bueno que lo comuniques, aunque solo hayan tenido una o dos citas. Puede ser tentador ignorar a la persona, pero Ury dice que eso solo hará que te sientas mal contigo mismo y deprimido respecto a las citas. Recomienda enviar un mensaje corto y educado como: “No creo que encajemos románticamente”. (Puedes disminuir el malestar de enviarlo guardando una plantilla en tu teléfono).

Si recibes un mensaje de este tipo, explica Lord, intenta no tomártelo a pecho: “Existen tantas razones por las que podrían no querer estar contigo que probablemente no tengan nada que ver contigo”. Permítete ilusionarte con tu próxima cita: “La vida sería tan deprimente si no tuvieras esperanza”.

Acéptate a ti mismo y sé vulnerable

Es habitual que a los solteros se les diga que “trabajen en sí mismos”, o que aprendan a sentirse satisfechos por sí mismos antes de buscar el amor. Pero no hay ningún problema en querer tener una relación sentimental tal y como eres.

Claro, probablemente serás una pareja mejor y más segura si eres consciente de tu historia y tus patrones de relación. Pero el amor no es un maratón para el que tengas que entrenar, como puede sugerir nuestra obsesión social por la superación y la responsabilidad personal.
Jenny, de 25 años, comenta que sus amigos solteros de toda la vida, que intentan tranquilizarla, suelen insistir en las ventajas de la soltería. “Creo que eso es maravilloso para ti, pero hay días en los que lo único que quiero es un abrazo o alguien con quien preparar la cena”, dice. “Ser capaz de admitir que quieres compañía y romance es saludable y, creo, útil cuando se trata de estar soltero. Se vale tener esos días, siempre y cuando seas capaz de levantarte y seguir adelante”.

Jenny comenta que aprender a abrirse y ser vulnerable con sus amigos la ha ayudado: “Ser capaz de compartir tus deseos, anhelos y objetivos en la vida es una parte importante de una relación romántica, sin embargo, las amistades también son una relación amorosa, solo que de una manera diferente”.

Por último, no tengas citas si no quieres

Es fácil sentir la presión -de los amigos o la familia, o de nuestra cultura centrada en las parejas- de “salir ahí fuera”, pero nadie sale ganando si tienes citas que no te apetecen. ” Solo ten citas cuando las disfrutes”, dice Alison. “Hacerlo por hacerlo te quitará la alegría de tu vida y te quitará las reservas de energía que tanto necesitas”.

Un descanso también puede aportar claridad y perspectiva. Elena, de 32 años, dejó de tener citas cuando se dio cuenta de que no se había recuperado de las experiencias negativas de sus relaciones anteriores. Me di cuenta de que muchos de los temas de las citas -¿cuándo les contestas con un mensaje de texto, cuándo tienes relaciones sexuales con ellos, cómo no los ‘espantas’? – me provocaban problemas, así que decidí no hacerlo durante un tiempo”.
Esta pausa le dio la oportunidad de apreciar su vida. “Estoy muy bien por mi cuenta, y darme cuenta de ello ha permitido que las citas sean mucho menos estresantes”, explica. “¿Por qué necesito encontrar al ‘indicado’ cuando estoy bastante contenta conmigo misma y con mi vida?”

Kayleigh, de 30 años, coincide con ella: “Puedes tener el control total de tu felicidad, sin compromisos. ¿Quieres ir al cine? Puedes hacerlo. ¿Te apetece un viaje? ¡Resérvalo! ¿Quieres comer pizza en pijama a las 11 de la mañana? ¡Nadie te juzgará! Es súper liberador”.
Jen, de 37 años, comenta: “En los últimos dos años he cenado, viajado y emprendido aventuras sola más que en cualquier otro momento”. Al estar soltera durante la pandemia, aprendió a aceptar todas las partes de sí misma, incluidas aquellas que antes le desagradaban o evitaba. La experiencia le ha cambiado la vida, explica: “Me conozco a mí misma de un modo que nunca creí posible”.

Ahora, dice, “prefiero estar sola que en una relación insatisfactoria, cuando uno está soltero, las posibilidades son ilimitadas”.

Se cambiaron algunos nombres.