Estados Unidos es acusado de hipocresía por apoyar las sanciones contra Rusia pero no contra Israel

Estados Unidos y algunos de sus aliados europeos se enfrentan a acusaciones de doble moral por apoyar las sanciones y las investigaciones internacionales sobre crímenes de guerra contra Rusia por su invasión a Ucrania mientras las bloquean en relación con las acciones militares israelíes en los territorios palestinos ocupados.

No obstante, los grupos pro-israelíes de Estados Unidos han rechazado las acusaciones, acusando a los críticos de explotar el sufrimiento ucraniano para establecer falsos paralelismos.

El mes pasado, Amnistía Internacional pidió a la ONU que impusiera sanciones específicas contra Israel después de unirse a otros grupos de derechos humanos para acusarlo de infringir el derecho internacional al practicar un tipo de apartheid y cometer un crimen contra la humanidad en su “dominación” sobre los palestinos.

Funcionarios palestinos y los relatores especiales de la ONU sobre los territorios ocupados también han presionado para que se impongan sanciones por las confiscaciones de tierras israelíes en Cisjordania, el bloqueo de Gaza y el asesinato a gran escala de civiles palestinos.

No obstante, mientras presionan para que se emprendan acciones contra Rusia, Estados Unidos y otros gobiernos se han abstenido de adoptar medidas similares contra Israel.

El 1 de marzo, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, comentó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que debe enviar un “mensaje firme” a Vladimir Putin para que detenga la invasión que ha destruido escuelas, hospitales y edificios residenciales, y ha matado a cientos de civiles.

“Estos son los abusos contra los derechos humanos por los que se creó este consejo para detenerlos. Si no nos podemos unir ahora, ¿cuándo lo haremos?”, dijo.

En ese mismo discurso, Blinken se refirió a las investigaciones en curso del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre las acciones israelíes en los territorios ocupados como “una mancha en la credibilidad del Consejo” y pidió que fueran detenidas. Las investigaciones consideran a Israel responsable de persistentes “violaciones al derecho a la vida” y otros crímenes.

Sarah Leah Whitson, exdirectora de la división de Medio Oriente de Human Rights Watch, señaló que existen claros paralelismos entre las violaciones rusas e israelíes al derecho internacional, incluyendo el hecho de cometer crímenes de guerra.

“Observamos que no solo el gobierno de Estados Unidos, sino también las empresas estadounidenses, se desviven por sancionar y boicotear todo lo que tenga relación con el gobierno ruso”, dijo. “Contrasta esto con lo que ocurre exactamente al contrario cuando se trata de sancionar a Israel por sus violaciones al derecho internacional, hasta el punto de que los estados estadounidenses están aprobando leyes para castigar a los estadounidenses mientras no prometan que nunca van a boicotear a Israel. Es muy evidente que los motivos para resistirse a las sanciones contra Israel, o incluso a cumplir el derecho internacional, son puramente políticos”.

Lara Friedman, presidenta de la Foundation for Middle East Peace (Fundación para la Paz en Medio Oriente), comparó el apoyo estadounidense respecto a las sanciones contra Rusia con los intentos del Congreso de prohibir el boicot en Estados Unidos contra Israel o sus asentamientos en los territorios palestinos.

James Zogby, presidente del Arab American Institute en Washington, comparó la descripción de los ucranianos que lanzan bombas molotov como defensores heroicos de su territorio con la de los palestinos calificados como terroristas o militantes por resistirse a la ocupación y a la confiscación de tierras por parte de Israel.

Estados Unidos no es el único que se enfrenta a acusaciones de hipocresía. El Reino Unido y Canadá lideraron las peticiones para que la Corte Penal Internacional investigara los crímenes de guerra rusos cometidos en Ucrania. El año pasado, ambos países señalaron que la CPI debería dejar de investigar a Israel, alegando en parte que Palestina no es un país soberano, aunque la ONU lo reconoce como Estado.

En Gran Bretaña, la diputada laborista Julie Elliott comentó en el Parlamento que existía una doble moral cuando se trataba de defender a los palestinos.

“Los palestinos esperan que hablemos y actuemos del mismo modo. Sancionamos a Rusia por Crimea, y es probable que ahora impongamos más sanciones, con las cuales estoy totalmente de acuerdo, sin embargo, los palestinos preguntan por qué no hacemos nada para poner fin a la ocupación de Israel”, señaló.

Los críticos también acusan a los organismos internacionales de futbol de aplicar políticas contradictorias.

La UEFA multó al Celtic, equipo de la Premier League escocesa, después de que sus aficionados ondearon banderas palestinas en partidos internacionales, argumentando que se trataba de símbolos políticos. En los últimos partidos se han ondeado numerosas banderas ucranianas con la aprobación de las autoridades del futbol.

Los partidarios de Israel respondieron negando que exista un paralelismo.

Jonathan Greenblatt, director ejecutivo de la Liga Antidifamación, un destacado grupo pro-israelí con sede en Nueva York, comentó que el conflicto palestino-israelí es “una disputa por un territorio entre dos pueblos que tienen reivindicaciones y conexiones históricas”.

“El hecho de comparar esta complejidad con el uso brutal de la fuerza por parte de Rusia contra la nación soberana y pacífica de Ucrania es tergiversar intencionadamente el conflicto palestino-israelí, y resulta profundamente insensible a la crisis humanitaria y de seguridad a la que se enfrentan los ucranianos en la actualidad”, tuiteó.

El periódico Jerusalem Post también rechazó lo que denominó el “falso intento de vincular a Ucrania con los palestinos”.

“Lamentablemente, algunos solo verán que los rusos son el bando más fuerte en esta guerra, que Israel es el bando más fuerte cuando lucha contra Hamás en Gaza, y por reflejo solo simpatizan con el desfavorecido, el bando más débil”, dijo.

“Sin embargo, la debilidad no otorga automáticamente la virtud. En el conflicto ucraniano-ruso, ocurre que Ucrania es tanto la parte perjudicada como la más débil. Pero ese no es el caso de los palestinos”.