Libros contra bombas: cómo los ucranianos utilizan la literatura para defenderse
Una ventana atrincherada con libros en Kiev. Foto: Lev Shevenko

Vivo en Kiev desde que Rusia anexionó Crimea en 2014, y ahora de nuevo soy una desplazada interna. Después de que derribaron un avión militar ruso frente a mis ventanas, mi familia y yo fuimos evacuados a un lugar más seguro en Lviv, al oeste de Ucrania. Como editora del medio de comunicación Zaborona, paso los días trabajando desde nuestro hogar temporal, recopilando pruebas de la guerra.

Poco antes de la invasión rusa a Ucrania, la pandemia del coronavirus supuso un inesperado avance cultural en el país. Ucrania tenía uno de los índices de vacunación más bajos del mundo, y el Instituto Ucraniano del Libro, una agencia gubernamental relativamente nueva, propuso la idea de ofrecer “vales culturales” como recompensa por vacunarse contra el Covid-19. Con cada vale de mil hryvnias (aproximadamente 25 libras) podías comprar entradas para una película o un concierto, una membresía en un gimnasio o libros. Los ciudadanos gastaron más de mil millones de hryvnias en libros.

Antes, muchos ucranianos no tenían el hábito de comprar libros, los estudios sugieren que el ucraniano promedio lee solo un libro al año. Sin embargo, desde que Rusia anexionó Crimea y ocupó parte del Donbás en 2014, las autoridades ucranianas aprobaron varias leyes relativas a los libros. Una de ellas prohibió la importación de libros impresos en Rusia. Otra obligó a los medios de comunicación a publicar en ucraniano. Asimismo, iniciaron programas de apoyo a los escritores locales y a la traducción de autores extranjeros al ucraniano. Esto provocó un aumento del desarrollo de las editoriales ucranianas y la aparición de muchos nuevos escritores.

Los autores ucranianos ya han escrito sobre los ataques de Putin, en Grey Bees (Abejas grises), de Andrey Kurkov, o The Orphanage (El orfanato), de Serhiy Zhadan. No obstante, el país se despidió de los libros el primer día de la invasión rusa. Ahora no hay tiempo para leer o escribir, todos están concentrados en proteger a sus seres queridos. Cuando, el 24 de febrero, Rusia lanzó un ataque a gran escala, los misiles volaron no solo contra la infraestructura militar, como afirmó el presidente Vladimir Putin, sino también contra los hogares de los civiles. En las ciudades de toda Ucrania, el ejército ruso comenzó a destruir casas residenciales. Los habitantes se vieron obligados a inventar formas de protegerse.

El investigador urbano Lev Shevchenko fotografió la forma en que sus vecinos de la zona residencial de Kiev se atrincheraron con libros. En la imagen, montañas de libros cubren una ventana de arriba a abajo. Están ordenados principalmente con el encuadernado hacia el interior, por lo que es difícil saber de qué son la mayoría de ellos. Solo destaca un grueso volumen, de las obras del artista ruso Ilya Glazunov. Irónicamente, este pintor, que presenció la Segunda Guerra Mundial cuando era adolescente y fue testigo del colapso de la Unión Soviética, apoyó públicamente las políticas autoritarias de Vladimir Putin y pintó cuadros en alabanza de la “grandeza” de Rusia. Ahora, los habitantes de Kiev utilizan un catálogo de sus pinturas para defenderse de los ataques aéreos del ejército ruso.

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