¿Es posible que haya una verdadera victoria militar rusa en Ucrania?
Imagen de las tropas rusas en Ucrania. Foto: EyePress News/Rex/Shutterstock

La invasión rusa a Ucrania ya cumplió más de tres semanas y es probable que el número de muertes en este amargo conflicto haya superado ya las 10 mil. Sin embargo, tampoco hay señales de un avance militar decisivo por parte de ninguna de las dos partes, lo cual podría tener importantes consecuencias de cara a lo que está por ocurrir.

Por un lado, el ataque de Rusia a su vecino ha estado tan mal coordinado que ha dejado desconcertados a muchos expertos militares. Por otro lado, aunque la defensa de Ucrania se ha mostrado excepcionalmente decidida, también es evidente que no puede expulsar de su territorio a los 150 mil soldados invasores.

“Lo que ha sorprendido a los observadores es lo mediocre que se ha mostrado el ejército ruso y cómo ha tenido que lidiar con una operación militar complicada”, señaló Phil Osborn, exagente aéreo y jefe de la inteligencia de defensa británica. “Si observamos la posición actual, Rusia tiene dificultades para mantener el ritmo”.

Un cálculo realizado por Estados Unidos a principios de esta semana sugiere que ya han muerto hasta 7 mil soldados rusos en los combates, una cifra confirmada en parte por el creciente número de esquelas de jóvenes uniformados que aparecen en los medios de comunicación rusos. Los gobiernos occidentales calculan que sus fuerzas han perdido el 10% de su arsenal.

Muchos soldados rusos estaban tan mal informados que incluso les sorprendió estar invadiendo Ucrania, y los sorprendió aún más que les dispararan una vez que cruzaron la frontera. A las fuerzas especiales “les dijeron que se trataba de una incursión de tres días”, según un relato. Las fuerzas rusas eran tan ingenuamente optimistas que algunas unidades se apresuraron a intentar entrar a Kiev y Kharkiv, solo para encontrarse con una resistencia inesperada.

La caótica logística hizo que un extenso convoy de 65 kilómetros se quedara parado en las afueras de Kiev y que los vehículos de guerra se quedaran atascados en el fango de principios de primavera. No obstante, los rusos tardaron menos de una semana en cambiar de rumbo.

El ataque con misiles de crucero contra el edificio del gobierno en el centro de Kharkiv fue la señal de ello, y desde entonces la situación se ha agravado brutalmente en Mariúpol, una ciudad que llegó a albergar a 450 mil personas, donde la semana pasada Rusia bombardeó un hospital de maternidad y, el miércoles, un teatro en el que se refugiaban personas desesperadas bajo tierra.

Las autoridades ucranianas calcularon a principios de esta semana que habían muerto 2 mil 500 civiles en Mariúpol. Sin embargo, a pesar de las temibles pérdidas, ni esta ciudad ni Kharkiv han caído. Los militares ucranianos también han perdido entre 2 mil y 4 mil soldados, según Estados Unidos, mientras que el cálculo oficial de la ONU sobre las bajas civiles es de 780, una cifra que seguramente aumentará.

Las primeras fuerzas rusas llegaron a las ciudades situadas al noroeste de Kiev el primer día de la invasión, no obstante, desde entonces se quedaron atascadas, sin poder avanzar desde Irpin y Bucha, a las afueras de la capital. El progreso también se ha visto obstaculizado en el lado este de la ciudad, y los funcionarios occidentales están comenzando a cuestionar si Rusia desea abrirse camino.

“Creo que existe la pregunta de si Moscú ahora pretende intentar atacar Kiev o no, y no conozco la respuesta de eso”, dijo uno de ellos el jueves. A diferencia de Kharkiv o Mariúpol, la capital no ha sido objeto de fuertes bombardeos aéreos o de artillería de largo alcance; y con tres semanas para preparar las defensas de la ciudad, cualquier ataque sería muy costoso, para ambas partes.

Es posible que la OTAN no esté dispuesta a intervenir imponiendo una zona de exclusión aérea –una postura que no ha cambiado desde que comenzó la guerra–, sin embargo, las armas occidentales están llegando a raudales al país. En la noche del miércoles, Estados Unidos anunció que enviaría otras 9 mil armas antitanque y 800 misiles antiaéreos Stinger, después de que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, hizo un llamado al Congreso el miércoles.

Esto ha permitido que las fuerzas ucranianas organicen algunas emboscadas contra tanques y fuerzas armadas rusas, en las que la infantería ligera ha utilizado armas antitanque portátiles para impedir el avance de los invasores. Pero Ucrania no dispone de una respuesta real cuando las fuerzas rusas recurren a un bombardeo implacable.

Las fuerzas rusas también han logrado importantes avances en el sur del país, ya están aplicando un bloqueo naval desde el Mar Negro y, de acuerdo con dos analistas del centro de estudios Royal United Services Institute, están comenzando a amenazar a la principal formación del ejército regular de Ucrania, la Operación de Fuerzas Conjuntas (JFO), que se enfrenta a la región del Donbás en el este.

Sam Cranny-Evans y Sidharth Kaushal señalaron que, si bien Ucrania se había resistido a los rusos en el norte, la posición de la JFO “parecía cada vez más precaria”. Las fuerzas rusas siguen avanzando hacia el norte desde Crimea, hasta Beryslav, a lo largo del río Dniéper, mientras que otras fuerzas rodean Kharkiv e intentan unirse a ellas mientras se dirigen al sur.

Si las fuerzas rusas logran cercar al ejército ucraniano en el este podría, argumentan los autores, conducir a la derrota del país, como le ocurrió a Francia en 1940. “La destrucción de los ejércitos suele desembocar en el derrumbe más generalizado de la voluntad que convierte en innecesarios estos asedios”, señalaron.

Otras personas sostienen que la amplia fuerza de la resistencia ucraniana, el tamaño del país y el desarrollo de los combates hasta ahora demuestran que Rusia no puede conseguir una victoria de conquista y ocupación. “Creo que lo que hemos aprendido es que Rusia no puede obtener una victoria absoluta, y que Ucrania tampoco puede expulsar a los rusos”, comentó Peter Ricketts, exasesor de seguridad nacional del Reino Unido.

A medida que los combates se vuelven cada vez más desgastantes, en las últimas 48 horas se aceleraron las conversaciones de paz entre las dos partes, y Zelenski ofreció desistir de su intento de ingresar a la OTAN y buscar un estatus neutral similar al de Suecia o Austria. Sin embargo, argumentó Lord Ricketts, eso “no sería suficiente para que Putin aceptara, dado todo el caos y el sufrimiento que ha ocurrido hasta ahora”.

En vista de la necesidad política de Putin de asegurar una victoria significativa, un escenario más probable, dijo Ricketts, podría ser un incómodo cese de las operaciones de combate, y un reparto real del país a favor de Rusia.
“Sería un alto al fuego bajo el criterio de mantener lo que se tiene, que para Rusia incluiría el terreno que han arrasado y ocupado sus fuerzas en el sur y el este. Considerando la situación militar, no creo que la diplomacia pueda llegar a un punto común”, dijo.

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