El superyate de 700 millones de dólares en Italia que algunos dicen le pertenece a Putin
El multimillonario superyate Scheherazade, atracado en el puerto toscano de Marina di Carrara. Foto: Federico Scoppa/AFP/Getty Images

Desde hace varios meses, el misterioso superyate de 140 metros de largo y seis pisos sobresale por encima de las embarcaciones más pequeñas que se encuentran en el astillero de Marina di Carrara, una localidad de la costa toscana italiana, suscitando pláticas entre sus habitantes sobre la identidad de su acaudalado propietario.

“Es el yate más grande que jamás he visto aquí”, dijo Suzy Dimitrova, propietaria de un bote en el puerto deportivo. “Hay personas que lo limpian todo el tiempo. La última vez que lo vi salir [del astillero] fue el año pasado. Todos nos preguntamos quién es el propietario”.

El Scheherazade, del que se dice que está valorado en 700 millones de dólares, es objeto de una investigación por parte de las autoridades italianas por posibles vínculos con rusos sancionados. Y los activistas que trabajan con el líder de la oposición rusa encarcelado Alexei Navalny no tienen ninguna duda de que el yate es propiedad del presidente ruso Vladimir Putin.

El lunes, la periodista de investigación Maria Pevchikh y el activista contra la corrupción Georgy Alburov señalaron que todos los miembros de la tripulación, obtenidos de una lista de diciembre de 2020, eran rusos, excepto el capitán. En un video publicado en YouTube, afirmaron que parte del personal del yate trabajaba para el Servicio Federal de Protección (FSO) de Rusia, una agencia que gestiona la seguridad de los altos funcionarios, incluido Putin.

Los activistas, que instaron a las autoridades italianas a incautar el yate, indicaron que esta información demuestra que es propiedad de Putin. “Son empleados estatales rusos, personal militar, y regularmente viajan a Italia en grupo para trabajar en el misterioso yate”, escribió Pevchikh en Twitter.

La descripción del interior de la embarcación indicaba que estaba equipada con un spa, albercas, dos helipuertos, una chimenea de leña y una mesa de billar diseñada para inclinarse con el objetivo de reducir el impacto de las olas.

En un discurso ante el Parlamento italiano el martes, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski instó a Italia a incautar el yate, añadiendo que Putin y sus acaudalados partidarios solían pasar sus vacaciones en Italia y que debían tener bloqueados sus bienes.

“No sean un centro turístico para los asesinos”, dijo. “Bloqueen todos sus inmuebles, cuentas y yates, desde el Scheherazade hasta los más pequeños”.

La última visita oficial de Putin a Italia ocurrió en 2019, por invitación del exprimer ministro, Giuseppe Conte. También mantuvo conversaciones con el papa Francisco en el Vaticano durante la visita.

Marina di Carrara está ubicada cerca de Forte dei Marmi, uno de los destinos vacacionales favoritos de los oligarcas rusos, de los cuales muchos han comprado villas y resorts de playa.

A principios de marzo, la policía italiana confiscó un yate propiedad de Alexei Mordashov, el hombre más rico de Rusia antes de ser incluido en la lista negra de la Unión Europea, y otro propiedad de Gennady Timchenko, multimillonario con estrechos vínculos con Putin, en el puerto ligur de Imperia.

Las autoridades italianas confiscan uno de los mayores superyates del mundo de un oligarca, video

Solo se puede ver el yate a través de una valla, donde continúa en proceso de reacondicionamiento, cuya finalización está prevista para el próximo año, en un astillero propiedad de The Italian Sea Group, una empresa que se dedica al reacondicionamiento y la construcción de yates de lujo.

El misterio en torno a su propietario cobró fuerza a principios de marzo, cuando la policía financiera de Carrara abordó el yate cuando entraron en vigor las sanciones de la Unión Europea contra los oligarcas rusos a raíz de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

La policía incautó los documentos de propiedad del capitán británico del yate, Guy Bennett-Pearce. En ese momento, funcionarios estadounidenses indicaron al periódico New York Times que también estaban investigando si el yate pertenecía a Putin.

La empresa Italian Sea Group señaló en un comunicado que seguía trabajando en el reacondicionamiento y el mantenimiento del barco, de 6 millones de euros, a pesar de las sanciones de la Unión Europea, y que, según los documentos que tiene en su poder, la embarcación “no es atribuible a la propiedad del presidente ruso Vladimir Putin“, y tampoco es propiedad de un ruso que figure en la lista de sanciones.

Una fuente de la unidad de policía financiera de Carrara señaló que ahora tienen conocimiento de quién es el propietario y que pronto realizarán un anuncio.

Una investigación realizada por el periódico La Stampa a principios de este mes vinculó la embarcación con Eduard Yurievich Khudainatov, el expresidente de la empresa petrolera estatal rusa Rosneft, a través de una empresa fantasma registrada en las Islas Marshall.

Sin embargo, al parecer la policía italiana está segura de que Khudainatov no es el verdadero propietario del yate. “Parece ser un hombre relacionado con el círculo íntimo de Putin, pero no tan rico como para poseer un yate como el Scheherazade”, dijo Jacopo Iacoboni, el periodista de La Stampa que realizó la investigación.

Hasta que la policía italiana revele sus hallazgos, los habitantes de Marina di Carrara seguirán pensando en el tema, aunque su presencia cause preocupación. “Putin es el presunto propietario, y el hecho de verlo ahora me produce mucha ansiedad por lo que está haciendo en Ucrania”, dijo Maria Cristina.

No obstante, no hay indicios de que se estén planeando protestas. “Aquí siempre hay muchas palabras, pero poca acción”, comentó Dimitrova.

Síguenos en

Google News
Flipboard