Por un programa federal, EU mató 1.7 millones de animales el año pasado, o 200 por hora
La cifra de 2021 muestra que las matanzas abarcan un Arca de Noé de especies. Aproximadamente 64 mil coyotes fueron asesinados. Foto: Rory Merry/Zuma/Rex/Shutterstock

Una desconocida división del gobierno de Estados Unidos tuvo un año muy ocupado –y despiadado– en 2021, matando más de 1.75 millones de animales en todo el país, a un ritmo de alrededor de 200 criaturas cada hora.

La última cifra anual de los Servicios de Vida Silvestre, un departamento perteneciente al Departamento de Agricultura de Estados Unidos, avivó aún más el enojo de los grupos de conservación que han condenado las matanzas como crueles y sin sentido. Los Servicios de Vida Silvestre sostienen que la matanza es necesaria para proteger la producción agrícola, las especies amenazadas y la salud humana.

La cifra de 2021 muestra que las matanzas abarcan un Arca de Noé de especies, entre las que se encuentran caimanes, armadillos, palomas, búhos, nutrias, puercoespines, serpientes y tortugas. Solo los estorninos europeos representaron más de un millón de los animales asesinados. Además, un solo alce fue abatido, junto con un antílope solitario y, accidentalmente, un águila americana.

El Servicio de Vida Silvestre lucha contra ciertas especies invasoras que considera una amenaza para los ecosistemas, como los cerdos ferales y un tipo de roedor gigante de pantano llamado nutria, pero también, de forma controvertida, mata a un gran número de especies autóctonas de Estados Unidos.

El año pasado, la agencia mató a 404 mil 538 animales autóctonos, un compendio de vida extinguida que incluyó 324 lobos grises, 64 mil 131 coyotes, 433 osos negros, 200 pumas, 605 linces, 3 mil 14 zorros y 24 mil 687 castores.

También muchos animales son asesinados involuntariamente, ya que 2 mil 746 desafortunadas criaturas, entre ellas osos, zorros y perros, fueron exterminadas accidentalmente el año pasado. Esto se debe en parte a los métodos utilizados por los Servicios de Vida Silvestre, que emplean cepos, trampas y venenos para atacar a los animales. La agencia también utiliza una variedad de otros métodos, como acorralar y matar con gas a los gansos o disparar a los coyotes desde helicópteros o aviones.

Es estremecedor ver cómo este bárbaro programa federal acaba con cientos de miles de animales autóctonos“, dijo Collette Adkins, directora de conservación de carnívoros del Centro para la Diversidad Biológica. “Matar carnívoros como los lobos y los coyotes para supuestamente beneficiar a la industria ganadera solo conduce a más conflictos y más matanzas. Se trata de un verdadero círculo vicioso, y seguiremos exigiendo un cambio por parte de los Servicios de Vida Silvestre”.

El número de muertes del año pasado fue, de hecho, bastante bajo para los estándares de los últimos años. Tanto en 2008 como en 2010, los Servicios de Vida Silvestre mataron 5 millones de animales, y en fechas más recientes, como en 2019, mataron alrededor de 1.3 millones de animales autóctonos, un total muy superior al del año pasado. Los Servicios de Vida Silvestre, cuya misión es “resolver los conflictos de la fauna para permitir que las personas y la fauna coexistan”, con frecuencia actúan por encargo de los rancheros, las agencias estatales y los aeropuertos para erradicar los animales que son considerados perjudiciales para el medio ambiente, la actividad económica o la seguridad pública.

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Sin embargo, los ecologistas se han opuesto desde hace mucho tiempo a este enfoque, ya que sostienen que las matanzas son indiscriminadas y degradan el medio ambiente de Estados Unidos.

El hecho de que se persiga a depredadores como los coyotes y los osos, por ejemplo, puede alterar los ecosistemas e incluso contribuir a la propagación de especies invasoras. No obstante, varias leyes no han logrado frenar las actividades de los Servicios de Vida Silvestre, aunque la oposición impusó restricciones en algunos estados, como California y Washington.

Lo más polémico es que el departamento utiliza “bombas” de cianuro M-44 para matar a determinados animales. Los dispositivos, descritos por los Servicios de Vida Silvestre como una “herramienta de gestión de daños a la fauna eficaz y respetuosa con el medio ambiente”, básicamente son contenedores colocados en terrenos que expulsan una nube de cianuro de sodio cuando los animales los jalan. Suelen matar zorros, coyotes y otras especies objetivo en cinco minutos.

Sin embargo, el uso de los contenedores M-44 puede tener resultados negativos, por ejemplo, cuando los perros domésticos los activan inadvertidamente. En 2017, un niño de 14 años, Canyon Mansfield, fue cubierto por el polvo tóxico cuando se encontró con uno de los dispositivos mientras paseaba a su perro Kasey detrás de su casa en Pacatello, Idaho. El incidente hirió a Mansfield y mató a su perro, lo que provocó los llamados de los ecologistas, hasta ahora desairados por el gobierno federal, de prohibir el uso de los dispositivos M-44.

“Los expulsores de cianuro M-44 ponen en peligro tanto a los animales como a las personas, y desde hace tiempo se debería haber prohibido su uso en todo el país”, señaló Carson Barylak, director de campañas del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW).

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