¿Cuándo alcanzará el mundo el 1.5°C de calentamiento global?
Activistas por el clima sostienen carteles en una protesta en Turín el mes pasado. Foto: Mauro Ujetto/NurPhoto/Rex/Shutterstock

Alcanzar 1.5ºC de calentamiento global ya es prácticamente inevitable, y lo alcanzaremos en algún momento de 2035, independientemente de lo que hagamos. Esa es la conclusión de las últimas proyecciones climáticas, las cuales sugieren que incluso si alcanzamos el cero neto de emisiones en los próximos 30 años, nos quedaremos estancados con al menos ese nivel de calentamiento hasta 2070 aproximadamente.

“Mantenernos por debajo de los 1.5ºC de calentamiento global actualmente no es verosímil“, señala Jochem Marotzke, del Instituto Max Planck de Meteorología en Hamburgo, Alemania.

Los cálculos, publicados en la revista Weather y basados en los datos del reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), grafican el futuro calentamiento global con respecto a la temperatura promedio del período comprendido entre 1850 y 1900. A partir de 2010, cuando la temperatura promedio mundial de 20 años (2001-20) era 0.99°C superior a la referencia, las proyecciones sugieren que el mundo podría volverse entre 1.4°C y 4.4°C más caliente para 2090, dependiendo del escenario de emisiones que sigamos.

Si las emisiones se mantienen en su nivel actual, podemos prever alcanzar 2°C por encima de los niveles preindustriales a mediados de siglo. Pero si se reducen rápidamente las emisiones y se llega a un nivel de cero neto en torno a 2070 –el escenario de bajas emisiones–, podemos estar razonablemente seguros de que evitaremos un calentamiento de 2°C.

Sin embargo, el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero en las últimas décadas significa que habremos “horneado” por lo menos 0.5°C de calentamiento entre 2010 y 2045, incluso si hiciéramos todo lo posible y redujéramos las emisiones lo más rápido posible.

Todavía existe una pequeña posibilidad de evitar el 1.5ºC de calentamiento, pero solo puede ocurrir si seguimos el escenario de emisiones muy bajas –en el que se reducen las emisiones de dióxido de carbono a cero en 30 años– y si el sistema climático actúa a nuestro favor.

“La sensibilidad al dióxido de carbono y al calentamiento resultante de las emisiones históricas tendría que estar en el límite inferior del rango de incertidumbre”, explica Marotzke.

Y aunque detener las emisiones de dióxido de carbono nos permitirá estabilizar las temperaturas globales, tendremos que detener todas las emisiones de gases de efecto invernadero si queremos producir el descenso de la temperatura global. “Algunas emisiones, como el metano procedente de la agricultura, son mucho más difíciles de reducir“, comenta el coautor Chris Jones, del Met Office Hadley Centre en Exeter, Reino Unido.

El impacto del calentamiento global ya se hace notar en forma de fenómenos meteorológicos extremos más intensos y frecuentes. Desde la ola de calor de las últimas semanas en la Antártida hasta las catastróficas inundaciones en Europa del pasado mes de julio, los investigadores están cada vez más convencidos de que es posible atribuir muchos de los fenómenos meteorológicos extremos observados a las emisiones humanas de gases de efecto invernadero.

El hecho de aceptar que se avecina un mayor calentamiento y, por tanto, fenómenos meteorológicos extremos aún más intensos y frecuentes, hace que las medidas de mitigación sean más cruciales que nunca. “El riesgo de los fenómenos meteorológicos extremos aumenta considerablemente para las comunidades que no se pueden proteger debido a la pobreza“, comenta Marotzke. Esto es especialmente cierto para los países de baja altitud, que tendrán que lidiar con el impacto del aumento del nivel del mar durante siglos a causa de la tardía respuesta del océano al calentamiento global.

Algunas regiones, como Alemania, ya han experimentado más de 1.5°C de calentamiento a largo plazo y, en los próximos años, las posibilidades de que un año determinado supere la marca de 1.5°C serán cada vez más probables.

“Los últimos pronósticos muestran un 40% de posibilidades de superar temporalmente los 1.5°C en los próximos cinco años”, señala Doug Smith, de la Oficina Meteorológica.

Pero no todo está perdido. “Sin duda existen vías que permitirán alcanzar los objetivos del acuerdo de París, siempre y cuando los gobiernos decidan seguirlas activamente“, explica Jones. Hace hincapié en que 1.5°C y 2°C de calentamiento no son umbrales a partir de los cuales se terminará el mundo.

“Incluso si no logramos el objetivo de 2°C, por ejemplo, lograr 2.5°C sigue siendo viable y mucho mejor que 3°C o 4°C”. La gravedad de los impactos aumenta con el nivel de calentamiento, pero no existe un umbral real entre ‘seguro’ y ‘peligroso’, sino solo un agravamiento gradual”, señala. “El futuro aún está en nuestras manos y todavía podemos evitar lo peor que se avecina”.

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