El expresidente de Burkina Faso, culpable de complicidad en el asesinato de su predecesor
Blaise Compaoré fue juzgado en ausencia tras su huida a Costa de Marfil después de haber sido expulsado del poder en 2014. Foto: Sia Kambou/AFP/Getty Images

El expresidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, fue condenado a cadena perpetua tras ser declarado culpable de complicidad en el asesinato en 1987 de su predecesor, Thomas Sankara, concluyendo así un juicio histórico y una búsqueda de justicia que duró décadas.

Sankara, ícono marxista del panafricanismo aclamado en toda África y fuera de ella, fue asesinado con un arma de fuego junto con 12 colegas en la capital del país de África occidental, Uagadugú, a la edad de 37 años, cuatro años después de haber tomado el poder mediante un golpe de Estado.

La masacre coincidió con otro golpe que llevó al poder a Compaoré, antiguo camarada y amigo de Sankara.

Compaoré, que vive en Costa de Marfil, fue juzgado en ausencia junto con su exjefe de seguridad Hyacinthe Kafando y Gilbert Diendéré, uno de los comandantes del ejército durante el golpe de Estado de 1987, que ya se encuentra encarcelado en Burkina Faso por su papel en un intento de golpe de Estado en 2015.

Catorce personas fueron acusadas en total por el asesinato de Sankara durante el juicio, que comenzó en octubre. Otras ocho personas fueron declaradas culpables de diversos cargos, entre ellos el de dar falsos testimonios y el de complicidad para atentar contra la seguridad del Estado. Tres personas fueron declaradas inocentes, entre ellas el médico acusado de falsificar el certificado de defunción de Sankara para indicar que había muerto por causas naturales.

Se escucharon gritos ahogados en la abarrotada sala del tribunal cuando se anunció el veredicto de cadena perpetua dictado contra Compaoré, y los partidarios de Sankara estrecharon sus manos, lanzaron puños al aire y corearon.

La viuda de Sankara, Mariam Sankara, sentada casi al frente, comentó que se había hecho justicia. “Los jueces hicieron su trabajo y estoy satisfecha. Por supuesto, deseaba que los principales sospechosos estuvieran aquí ante los jueces”, dijo a la agencia de noticias Associated Press. “No es bueno que la gente mate a otras personas y detenga el proceso de desarrollo de un país sin ser castigada”.

A lo largo de sus 27 años de gobierno, Compaoré impidió los intentos de investigación de las circunstancias de la muerte de Sankara, incluyendo las insistentes peticiones de que se exhumaran sus restos, avivando las especulaciones sobre su participación en el asesinato.

El expresidente de Burkina Faso, culpable de complicidad en el asesinato de su predecesor - sankara
Sankara en 1986, cuando era presidente de Burkina Faso. Foto: Dominique Faget/AFP/Getty Images

Compaoré gobernó durante 27 años antes de ser derrocado en un golpe de Estado en 2014 y huir a Costa de Marfil, país en el que todavía reside.

En 2015, el entonces gobierno de transición del país reabrió la investigación y, en 2016, las autoridades de Burkina Faso emitieron una orden de detención internacional contra Compaoré. Las autoridades de Costa de Marfil negaron las solicitudes de extradición de este hombre de 70 años, que desde entonces se nacionalizó en ese país.

Sankara llegó al poder en 1983 después de una lucha interna por el poder al final del golpe de Estado. A los 33 años, era uno de los líderes más jóvenes en la historia moderna de África. Su programa socialista de nacionalización, redistribución de la tierra y bienestar social masivo fue aclamado como transformador, durante cuatro años de gobierno de uno de los países más pobres del mundo, actualmente sumido en una insurgencia yihadista activa en la región del Sahel y en una crisis humanitaria.

Al gobierno de Sankara se le atribuyen los avances en la provisión de educación y atención médica, así como las reformas sociales para acabar con la poligamia y la mutilación genital femenina. Su ferviente apoyo a favor de su independencia del régimen colonial en África, su repudio a la operación “France-Afrique” -mantener la influencia política y económica de Francia en sus antiguas colonias- y su postura en contra de la ayuda de instituciones financieras occidentales como el Fondo Monetario Internacional hicieron que este hombre de 37 años se ganara la simpatía de muchas personas en el continente.

Sin embargo, su gobierno también se enfrentó a las críticas por haber limitado la libertad de prensa y la oposición política en el país antes de ser asesinado.

Tras el veredicto del miércoles, un excolaborador de Sankara comentó que “se acaba de pasar una página de la historia de Burkina”.

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