Macron y Le Pen reanudan sus campañas con Mélenchon como potencial persona con influencia

Emmanuel Macron y Marine Le Pen tomaron direcciones opuestas el lunes en un intento de conseguir el apoyo de los nuevos electores que necesitan para ganar la ronda final de las elecciones presidenciales de Francia en menos de 15 días.

Macron se dirigió al norte, donde pasó varias horas hablando con multitudes en Denain, un antiguo pueblo minero controlado en su momento por los socialistas pero que ahora es un baluarte de la extrema derecha, y prometió que escucharía a los candidatos “que no lograron clasificar” en la primera ronda de las elecciones del domingo.

Le Pen se dirigió al sur, hacia el norte de Borgoña, donde los suburbios de París se encuentran con el campo, y donde ya cuenta con apoyo.

Ambos candidatos necesitan convencer al 49% de los electores que no apoyaron a ninguno de los dos candidatos el domingo y al 25.1% que no votó en absoluto si quieren ganar la segunda vuelta del 24 de abril.

Ambos intentarán captar parte de los más de 7.7 millones de votantes que apoyaron al candidato de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, el único candidato de la izquierda que estuvo cerca de pasar la segunda vuelta con el 21.95% de los votos el domingo.

Se anunció este lunes que Macron y Le Pen se enfrentarán en un debate transmitido por televisión cuatro días antes de la votación, durante el cual serán cuestionados sobre sus programas. En 2017, casi 16.5 millones de televidentes vieron al par intercambiar insultos en un encuentro que perjudicó seriamente a Le Pen después de que perdiera la calma y se volviera agresiva.

En Denain, antiguamente parte del corazón minero de Francia que inspiró la novela Germinal de Émile Zola, pero que ahora es una de las ciudades más pobres de Francia, casi el 42% votó por Le Pen el domingo y poco menos del 15% por Macron.

Los ciudadanos se han enfrentado en repetidas ocasiones al presidente por su muy polémico objetivo de elevar la edad de jubilación de los 62 a los 65 años. La última vez que intentó impulsar la iniciativa provocó semanas de huelgas en todo el país. Otros miembros de la multitud que lo acorralaron mientras caminaba querían hablar del aumento del costo de la vida y de la inquietud por el empleo y la salud.

Macron necesita unir un electorado hostil procedente de los extremos políticos para que voten por él el 24 de abril. Dado que muchos, sobre todo en la izquierda, se sienten políticamente huérfanos por el resultado del domingo, conseguir que voten constituirá el primer obstáculo.

Macron, de 44 años, señaló que estaba dispuesto a brindar una mano a los rivales políticos que perdieron en la primera vuelta y a considerar un “nuevo método”, aunque rehusó ser más específico, expresando únicamente que hablaría con ellos. También indicó que “desarrollaría” su programa tras escuchar el “enojo y la desesperación” de aquellos que no votaron por él, y en particular la preocupación de los jóvenes por el medio ambiente.

“Quiero convencer a nuestros compatriotas que votaron por el Agrupación Nacional (de Le Pen) o que se abstuvieron para que se unan a nosotros. Para unirlos, es evidente que tengo que ampliar y enriquecer mi proyecto“, dijo Macron.

“Veo las divisiones y el enojo en el país y escucho las voces de aquellos que votaron por los extremos, incluso aquellos que votaron por Madame Le Pen”, expresó.

Y añadió: “Con la cantidad de ciudadanos que votaron por la extrema derecha y la extrema izquierda, no puedo seguir adelante como si no hubiera pasado nada“.

“He escuchado a la gente expresar su preocupación sobre el contexto político, incluso a muchos jóvenes que quieren una preparación y un trabajo dignos. Pero más que enojo escucho preocupación“.

Añadió que no había un “frente republicano” para hacer frente a la extrema derecha.

Le Pen, de 53 años, tenía previsto pasar el día en la capital, sin embargo, tomó la decisión de última hora de llevar a cabo una campaña sobre el terreno, realizando una visita no programada a Thorigny-sur-Oreuse, un pueblo del departamento de Yonne, para hablar con los agricultores de cereales. Aquí, la candidata de extrema derecha pareció predicar a los conversos, ya que poco menos del 38% de las 871 personas que votaron a nivel local la eligieron a ella, y poco menos del 22% a Macron.

Antes de salir de París, Le Pen comentó a los periodistas que también estaba en modo de combate. “Tenemos (que) seguir luchando”, dijo. “Hablaremos de agricultura y de ser autosuficientes en cuanto a producción e inflación. Hablaremos de cómo revitalizar nuestra democracia y explicaremos mi forma de gobernar“.

“También hablaremos sobre la protección del poder adquisitivo, sobre todo para aquellos que tienen medios modestos y para quienes las alzas del precio del combustible y de los alimentos son muy preocupantes”.

El presidente salió con una ventaja de varios puntos después de la primera vuelta de las elecciones, con un 27.84% contra el 23.15% de Le Pen, según las cifras definitivas del Ministerio del Interior francés. Es probable que más de 3.2 millones de electores que eligieron a otros candidatos de extrema derecha, entre ellos Éric Zemmour, transfieran su apoyo a Le Pen.

Mélenchon surge como persona con influencia en el tercer puesto, después de haber alcanzado unos pocos puntos por debajo del 22% de Le Pen en un sorprendente ascenso de última hora.

Aconsejó a sus seguidores que no votaran por Le Pen en la segunda vuelta, pero se abstuvo de aconsejarles que votaran por Macron. Es probable que la alta abstención en la segunda vuelta favorezca a Le Pen.

Macron, que fue acusado de “arrogancia” por haber dejado su campaña de la primera vuelta para el último momento creyendo que las elecciones serían una victoria fácil, aparecerá en la televisión francesa en horario de máxima audiencia en la noche del lunes.

El equipo de Le Pen señaló que el resultado era un “fracaso” para Macron. “En realidad, el 70% de los franceses votaron contra él”, dijo Jordan Bardella, jefe en funciones del partido de Le Pen, Agrupación Nacional (RN).

En las primeras horas del lunes, hubo un breve rayo de esperanza para Mélenchon, ya que el recuento actualizado indicaba que se estaba acercando a Le Pen. Al final, su equipo reconoció la derrota.

Olivier Faure, primer secretario del partido Socialista, admitió que el resultado de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, por debajo del 2%, es “una inmensa decepción“. “Es una derrota histórica… una puntuación inusual para un partido que ha dirigido el país”, dijo Faure a France Info. Incluso en París, Hidalgo quedó en séptimo lugar, justo debajo de Le Pen.

Un estudio realizado por la empresa de encuestas Ipsos reveló que Macron, que en 2017 se convirtió en el jefe de Estado más joven de Francia desde Napoleón, obtuvo su mayor apoyo entre los electores de mayor edad, de 70 años en adelante, mientras que Mélenchon fue más popular entre los de 24 a 34 años. El mayor apoyo de Le Pen provino de los electores de 50 a 59 años.