El presidente ucraniano advierte sobre una ‘nueva etapa de terror’ mientras Occidente investiga las afirmaciones sobre las armas químicas

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, expresó su preocupación por la posibilidad de que las fuerzas rusas estén preparando “una nueva etapa de terror” que podría implicar el uso de armas químicas en Ucrania, al tiempo que el alcalde de Mariúpol indicó que hasta ahora han muerto más de 10 mil civiles en el asedio ruso de su ciudad

“Hoy, los ocupantes emitieron una nueva declaración, que atestigua su preparación para una nueva etapa de terror contra Ucrania y nuestros defensores“, dijo Zelesnki a primera hora del martes. “Uno de los voceros de los ocupantes afirmó que podrían utilizar armas químicas contra los defensores de Mariúpol. Tomamos esto con la mayor seriedad posible”.

Andriy Biletsky, líder del regimiento de voluntarios Azov, afirmó el lunes que tres personas de la ciudad portuaria del sur del país sufrieron “envenenamiento por sustancias químicas de guerra, pero sin consecuencias catastróficas”. Sin embargo, Petro Andryushchenko, asesor del alcalde de Mariúpol, escribió que no se había confirmado la existencia de un ataque químico y que los funcionarios estaban “esperando la información oficial procedente del ejército”.

La ministra de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, indicó que se estaba trabajando para verificar la afirmación, y añadió: “Cualquier uso de dichas armas sería una escalada despiadada en este conflicto y pediremos responsabilidades a [Vladimir] Putin y a su régimen”.

El vocero del Pentágono, John Kirby, indicó que estaba al tanto de los informes, pero que no podía confirmarlos. “Estos informes, en caso de ser ciertos, son profundamente preocupantes y reflejan las inquietudes que hemos tenido sobre la posibilidad de que Rusia utilice diversos agentes para controlar los disturbios, incluido el gas lacrimógeno mezclado con agentes químicos, en Ucrania”, señaló.
Funcionarios occidentales expresaron anteriormente su preocupación de que Rusia, al ver que su invasión del 24 de febrero de su vecino se convertía en un conflicto prolongado, podría recurrir a medidas más extremas, incluyendo armas químicas.

Las tropas rusas tienen sitiada la ciudad a orillas del Mar de Azov desde principios de marzo. El territorio controlado por las fuerzas ucranianas se ha ido reduciendo a unas pocas zonas centrales. Los marines supervivientes ahora se refugian en la planta siderúrgica de Azovstal, junto al puerto.

Los últimos soldados ucranianos que defendían Mariúpol indicaron que se estaban “quedando sin munición” el lunes y que preveían que las fuerzas rusas que rodeaban la ciudad los matarían o harían prisioneros muy pronto.

Vadym Boychenko, alcalde de Mariúpol, comentó a la agencia de noticias Associated Press el lunes que más de 10 mil civiles habían muerto en su ciudad, y que el número de fallecidos podría superar los 20 mil, ya que las semanas de ataques y privaciones dejan los cuerpos de los habitantes de Mariúpol “tapizados por las calles”.

Boychenko también acusó a las fuerzas rusas de haber bloqueado la entrada de convoyes humanitarios a la ciudad durante semanas, en un intento de ocultarle la matanza ocurrida en la ciudad al mundo exterior.
La ciudad de Mariúpol ha quedado aislada por los ataques rusos que comenzaron poco después de que el presidente ruso Vladimir Putin lanzara la invasión contra Ucrania a finales de febrero, y ha sufrido algunos de los ataques más brutales de la guerra.

Boychenko proporcionó nuevos detalles sobre las recientes denuncias de funcionarios ucranianos de que las fuerzas rusas llevaron equipos móviles de cremación para deshacerse de los cadáveres de las víctimas del sitio. “Llegaron crematorios móviles en forma de camiones: Lo abres y adentro hay una tubería y estos cuerpos son quemados”, dijo.

Las fuerzas rusas han llevado un gran número de cadáveres a un enorme centro comercial donde hay instalaciones de almacenamiento y refrigeradores, indicó.

Alrededor de 120 mil civiles necesitan urgentemente alimentos, agua, calor y medios de comunicación, dijo el alcalde. Solo los residentes que han pasado los “campos de filtración” rusos son liberados de la ciudad, explicó Boychenko.

Se organizaron prisiones improvisadas para las personas que no pasaron el “filtro”, mientras que al menos 33 mil personas fueron llevadas a Rusia o a territorio separatista en Ucrania, afirmó.
Un funcionario separatista aliado con Rusia, Eduard Basurin, se mostró a favor del uso de armas químicas el lunes, diciendo a la televisión estatal rusa que las fuerzas respaldadas por Rusia deberían tomar una gigantesca planta metalúrgica en Mariúpol bloqueando primero todas las salidas de la fábrica.

“Y después usaremos tropas químicas para hacerlos salir de ahí”, comentó.

La legisladora ucraniana Ivanna Klympush indicó que Rusia utilizó una “sustancia desconocida” en Mariúpol y que la gente sufría de insuficiencia respiratoria, pero desconocía si se habían utilizado armas químicas.

Casi dos tercios de todos los niños ucranianos -4.8 millones- han huido de sus hogares desde el comienzo de la invasión rusa, informó la agencia de la ONU para la infancia el lunes. La ONU ha verificado la muerte de 142 jóvenes, aunque es muy probable que la cifra sea mucho mayor, indicó la agencia.

Esto se produce en un momento en el que la ONU ha escuchado cada vez más relatos de violaciones y violencia sexual en Ucrania y en el que solicitó una investigación sobre la violencia contra las mujeres y una mayor protección para los niños ucranianos. Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres, comentó al consejo de seguridad de la ONU: “La combinación de desplazamientos masivos con los grandes resultados de presión de los reclutas y mercenarios y la brutalidad mostrada contra los civiles ucranianos ha levantado todas las banderas rojas”.

La defensora del pueblo ucraniano para los derechos humanos dijo que registró horribles actos de violencia sexual cometidos por las tropas rusas en Bucha y otros lugares, incluyendo un caso en el que mujeres y niñas fueron retenidas en un sótano durante 25 días, informó el periódico New York Times. Nueve de esas víctimas ahora están embarazadas, según la defensora del pueblo, Lyudmyla Denisova.

En otros acontecimientos:

Funcionarios estadounidenses señalaron nuevos indicios de que el ejército ruso se está preparando para una gran ofensiva en el Donbás oriental de Ucrania, cambiando su enfoque después de haber fracasado en su campaña inicial de tomar Kiev. Un alto funcionario de defensa estadounidense describió un largo convoy que actualmente se dirige a la ciudad oriental de Izyum con apoyo de artillería, aviación e infantería, como parte del nuevo despliegue en el este.

Las autoridades ucranianas advierten a la población que no se acerque a lo que dicen que son minas terrestres que son lanzadas sobre Kharkiv. Zelenski también habló de “cientos de miles de objetos peligrosos”, entre ellos minas y proyectiles sin explotar, dejados por las fuerzas rusas en regiones del norte de Ucrania.

El canciller austriaco, Karl Nehammer, comentó que le dijo a Putin durante las gélidas conversaciones que “todos los responsables” de los crímenes de guerra deben ser llevados ante la justicia y advirtió que las sanciones occidentales se intensificarían mientras siguieran muriendo personas en Ucrania.
El partido gobernante de Suecia comenzó a debatir si el país debería ingresar a la OTAN, y la vecina Finlandia espera tomar una decisión en las próximas semanas, al tiempo que Moscú advirtió que la adhesión de las naciones nórdicas “no aportaría estabilidad” a Europa.