Las ventas de arroz glutinoso con mango tailandés se disparan tras la aparición del dulce en Coachella
Milli y su arroz con leche en el escenario de Coachella el sábado. Foto: Kevin Mazur/Getty Images for Coachella

La famosa tienda de arroz glutinoso con mango Mae Varee de Bangkok apenas ha podido satisfacer la demanda en los últimos días. Llegó un momento en el que había tantos repartidores haciendo fila afuera para recoger los pedidos que llegó la policía, preocupada de que sus motos estuvieran bloqueando el tránsito.

“Ayer tuvimos que cerrar las órdenes de entrega por momentos porque no podíamos preparar (el arroz) a tiempo”, dijo Naparom Suntiparadorn, cuya familia es propietaria de la tienda. El domingo, las órdenes de entrega fueron seis o siete veces más altas de lo habitual.

El frenesí se produjo después de que la rapera Milli, de 19 años, se convirtiera en la primera tailandesa en presentarse como solista en el festival de Coachella, en California, y conmemorara la ocasión comiendo el dulce manjar en el escenario.

Su presentación, incluida la forma en que se burló de los estereotipos clichés de Tailandia (“no monto en elefante”) y del gobierno tailandés, fue ovacionada por muchos jóvenes tailandeses. “El país es bueno, la gente es buena, nuestra comida es buena, pero el gobierno está bood (podrido)”, dijo.

En toda Tailandia, la demanda de arroz glutinoso con mango, uno de los postres más conocidos del país, se disparó desde entonces.

Una popular aplicación de entrega de comida informó a los medios de comunicación tailandeses que los pedidos se triplicaron con creces en las 24 horas posteriores a la presentación de Milli. Las redes sociales se llenaron de imágenes del postre: un meme sustituyó el Monumento a la Democracia de Bangkok por un enorme montículo de arroz glutinoso, protegido por cuatro rodajas de mango.

El gobierno ha intentado aprovechar la tendencia, a pesar de las fuertes críticas de Milli a su liderazgo. El primer ministro, Prayuth Chan-ocha, comentó que el Ministerio de Cultura podría proponer el reconocimiento del arroz glutinoso con mango –khao nieo mamuang, en tailandés– como elemento del patrimonio cultural tailandés a través de la Unesco.

“Es importante que Tailandia utilice su poder blando en el extranjero. Tenemos muchos recursos que pueden ser promocionados en la escena internacional”, dijo Prayuth, según el periódico Bangkok Post.

De forma incómoda para Prayuth, el año pasado Milli –cuyo nombre real es Danupha Khanatheerakul– fue multada con 2 mil bahts (aproximadamente mil 174 pesos mexicanos) por un “insulto público” después de que criticara la respuesta del gobierno a la pandemia de Covid-19.

Sin embargo, para las tiendas que venden el postre, el revuelo es un bienvenido alivio. Antes de la pandemia, la mayoría de los clientes de Mae Varee eran turistas, explicó Naparom, pero ahora depende de los clientes locales, ya que el sector de los viajes todavía no se ha recuperado.

Comentó que la tienda utilizaba los mejores ingredientes de todo el país. “El arroz tiene que estar en perfecto estado, sin grietas. Lo limpiamos bien y lo cocemos a vapor. El coco procede de la provincia de Surat Thani. Lo cocinamos a fuego lento. Su sabor es dulce, pero no demasiado dulce, y aromático. Nuestro mango también es aromático. Tiene un sabor dulce natural. Nuestro distintivo es que espolvoreamos frijoles mungo crujientes encima”.

Naparom agradecería el reconocimiento de la Unesco. “Supongo que es como un masaje tailandés, en el sentido de que hay que venir a Tailandia para experimentarlo”, comenta. “No sabrá igual si lo comes en cualquier otro lugar.

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