El victorioso Macron promete unir a Francia tras defenderse de la amenaza de Le Pen

El centrista proeuropeo Emmanuel Macron prometió unir a una Francia dividida tras ganar un segundo periodo como presidente francés en una victoria decisiva contra la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, que sin embargo ganó más de 13 millones de votos en un máximo histórico para su partido antiinmigración.

Macron se convirtió en el primer líder francés que gana la reelección desde hace 20 años, al obtener el 58.54% frente al 41.46% de Le Pen.

Hablando en un mitin de victoria a los pies de la Torre Eiffel, donde sus partidarios ondeaban banderas francesas y europeas, Macron prometió responder “eficazmente” al “enojo y desacuerdo” de los electores que eligieron a la extrema derecha.

“Sé que muchos franceses votaron por mí hoy, no para apoyar mis ideas, sino para frenar las ideas de la extrema derecha”, expresó y pidió a sus partidarios que sean “amables y respetuosos” con los demás, porque el país estaba desgarrado por “muchas dudas, muchas divisiones”.

Y añadió: “Ya no soy el candidato de un solo bando, sino el presidente de todos nosotros”.

Macron venció a Le Pen con un margen inferior al 66% que obtuvo contra ella en 2017. La participación electoral también fue menor a la de hace cinco años, con una abstención estimada en un récord del 28%.

Le Pen logró que la extrema derecha obtuviera el mayor resultado de su historia en unas elecciones presidenciales francesas, tras realizar una campaña sobre la crisis del costo de la vida y prometer la prohibición del velo musulmán en los lugares públicos, así como medidas nacionalistas para dar prioridad a las personas nativas francesas sobre las demás en materia de empleo, vivienda, prestaciones y atención médica, políticas que Macron criticó como “racistas” y “divisorias”. Le Pen calificó su resultado como “una brillante victoria en sí misma”, añadiendo: “Las ideas que representamos están alcanzando nuevas alturas”.

La victoria de Macron fue rápidamente acogida por los líderes de la Unión Europea tras una campaña que el presidente francés describió en sus últimos días como una “batalla por Europa” contra la euroescéptica Le Pen.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, tuiteó: “Bravo Emmanuel. En esta época turbulenta, necesitamos una Europa sólida y una Francia totalmente comprometida a favor de una Unión Europea más soberana y más estratégica.” La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, expresó:

“Me complace poder continuar con nuestra excelente cooperación”. El canciller alemán, Olaf Scholz, señaló que los electores franceses habían emitido “un fuerte mensaje a favor de Europa”. Se espera que el primer viaje al extranjero de Macron como presidente sea para visitar a Scholz en la ciudad de Berlín.

Varios centenares de manifestantes de grupos de ultraizquierda salieron a la calle en algunas ciudades francesas para protestar contra la reelección de Macron y el resultado de Le Pen. La policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar las concentraciones en París, Lyon y la ciudad occidental de Rennes.

Se registró una gran presencia policial en el centro de París horas después de la victoria electoral, después de que la policía abriera fuego contra un automóvil, matando a dos personas en su interior, según los informes locales. Según se informa, el vehículo circulaba en sentido contrario a la circulación en el Pont Neuf cuando se dirigió a toda velocidad hacia los agentes. Se inició una investigación por “tentativa de homicidio imprudente contra personas encargadas de la autoridad pública”, informó la agencia de noticias Agence France-Presse. Se desconoce si el incidente estuvo relacionado con el resultado de las elecciones.

‘Presidente de los ricos’

Durante las frenéticas últimas dos semanas de campaña, Macron recorrió las plazas de toda Francia para quitarse de encima lo que, en su opinión, era una etiqueta injustamente persistente de ser un “presidente de los ricos” distante. Prometió dedicar los próximos cinco años a restablecer el pleno empleo en Francia, argumentando que sus políticas, como la flexibilización de la legislación laboral francesa, ya habían logrado crear empleos y que pondría fin definitivamente a las décadas de desempleo masivo en el país.

Sin embargo, aunque Macron prometió su propio y rápido paquete de leyes para abordar la crisis del costo de la vida y matizó su marco temporal para elevar la edad de jubilación, en última instancia se centró mucho menos en su propio manifiesto en los últimos días y más en detener lo que denominó “impensable”: que la candidata de extrema derecha y antiinmigración Le Pen tomara el mando en Francia, la segunda mayor economía de la eurozona y una potencia nuclear.

Macron aprovechará su victoria para impulsar su proyecto para aumentar la defensa de la Unión Europea, una colaboración más estrecha en materia de inmigración y una mayor regulación para contrarrestar el peso de las gigantescas plataformas tecnológicas como Google. Francia ostenta la presidencia rotatoria del Consejo Europeo hasta finales de junio.

Macron planteó la elección entre él y Le Pen como “un referéndum sobre Europa, la ecología y el laicismo” y señaló que las exigencias de la líder de extrema derecha de cambiar el tratado de la Unión Europea habrían conducido a la salida de Francia del bloque. La calificó como una “escéptica del cambio climático” y dijo que su plan de prohibir el velo musulmán en todos los lugares públicos, incluida la calle, violaría la Constitución francesa y las libertades religiosas, y que desencadenaría “una guerra civil“.

Macron acusó a Le Pen de ser financieramente “dependiente” de la Rusia de Vladimir Putin a raíz de que ella pidió un préstamo ruso para su partido en 2014, y señaló que los vínculos de Le Pen con el Kremlin significaban que ella habría sido una opción peligrosa durante la guerra en Ucrania. Le Pen, en cambio, señaló que “el miedo era el único argumento que le quedaba a él”.

No obstante, Macron sabía que, tras llevar a cabo una campaña para frenar a Le Pen, su apoyo en las urnas reflejaría tanto el rechazo a la extrema derecha como el apoyo a su propio programa.

“Si los franceses depositan su confianza en mí el 24 de abril, sé perfectamente (…) que habrá una parte de las personas que habrán votado por mí que lo habrán hecho para bloquear al Frente Nacional”, dijo en el programa de televisión Quotidien, utilizando deliberadamente el antiguo nombre del partido de Le Pen, ahora rebautizado como Agrupación Nacional. “Y por eso no significará que me hayan dado una carta abierta y que apoyen y consideren brillantes todos los puntos de mi programa”.

Un número significativo de los 7.7 millones de electores de la primera vuelta que votaron por Jean-Luc Mélenchon, de la izquierda radical, que no llegó a la final por poco, expresaron que se sentían indecisos entre abstenerse o votar para impedir la victoria de Le Pen.

Macron se acercó a la izquierda en los últimos días para intentar atraer a los electores de Mélenchon, prometiendo acelerar las medidas contra la crisis climática y ampliar la política medioambiental. Su primera labor es nombrar un nuevo primer ministro, que prometió se dedicaría específicamente a abordar la crisis climática.

La atención ahora se centrará en las elecciones parlamentarias de junio, en las que Macron intentará conseguir una mayoría para su agrupación centrista, posiblemente ampliando las alianzas con la derecha. Macron prometió un “nuevo gran movimiento político” y podría incluso llegar a cambiar el nombre de su partido, La République En Marche. Tanto Le Pen como Mélenchon buscan aumentar el número de legisladores con los que cuentan sus partidos.

Como primera acción, Macron prometió introducir un paquete de medidas para reducir la presión de la crisis del costo de la vida antes del verano, incluyendo la continuidad de los límites de los precios del gas y la energía.