Los candidatos de Francia lanzan sus últimos argumentos mientras Macron amplía su ventaja en las encuestas frente a Le Pen
Las encuestas también prevén la menor participación electoral en una segunda vuelta presidencial en Francia desde 1969. Foto: Laurent Cipriani/AP

De cara a las elecciones en Francia, los dos aspirantes a la presidencia de Francia intercambiaron sus últimos golpes antes de la segunda vuelta decisiva del domingo, en la que las encuestas sugieren que el temor a la victoria de Marine Le Pen superaba la aversión a Emmanuel Macron y su historial.

Horas antes de que comenzara un apagón mediático a medianoche, el presidente en funciones y su contrincante de extrema derecha lanzaron sus últimos argumentos a los electores indecisos en entrevistas radiofónicas y en paseos entre la población, y Le Pen comentó que la ventaja de Macron en las encuestas resultaría engañosa.

“Las encuestas no son las que deciden una elección”, dijo la líder del partido Rassemblement National (Agrupación Nacional) en Étaples, su baluarte en el norte del país, atacando el “desdén y arrogancia” del actual presidente e insistiendo en que sus políticas resisten el escrutinio.

“Llamo a la gente a formar su propia opinión, a leer lo que realmente propongo”, comentó, y añadió que Macron “llama ‘extrema derecha’ a millones de electores franceses; para él es un insulto. Yo nunca he expresado la más mínima hostilidad contra sus electores”. En una entrevista radiofónica ahondó aún más, diciendo que a Macron “no le agradan los franceses”.

Criticando nuevamente el poco popular plan de su rival centrista de ampliar la edad de jubilación a los 65 años, diciendo que equivalía a “una sentencia de por vida”, Le Pen señaló que la decisión a la que se enfrentaban los electores franceses el domingo era “fundamental. Está en manos del pueblo francés. Es Macron, o Francia”.

Por su parte, Macron acusó a Le Pen de intentar dividir a Francia y estigmatizar a los musulmanes con su propuesta de prohibir el hiyab en la vía pública. “La extrema derecha vive del miedo y el enojo para crear resentimiento”, expresó. “Dice que excluir partes de la sociedad es la respuesta”.

Gran parte del programa de Le Pen, incluido su plan para otorgar a los ciudadanos franceses prioridad en el empleo y las prestaciones, “abandona los textos fundacionales de Europa que protegen a las personas, los derechos humanos y las libertades”, dijo el presidente en la radio francesa. Sus propuestas excluirían a las personas sin o con doble nacionalidad de muchos empleos en el sector público y restringirían su acceso a las prestaciones sociales, además de anular el derecho a la ciudadanía automática de los hijos de los no nacionales nacidos en Francia y dificultar la nacionalización.

También desestimó los planes de su contrincante para combatir la crisis del costo de la vida, el tema principal de su campaña, diciendo que ella “da la impresión de tener una solución, pero sus soluciones no son factibles“, aunque admitió que Le Pen había “logrado aprovechar algunas de las cosas que yo no logré hacer para apaciguar el enojo de la gente”.

El costo de la vida se ha convertido en el tema principal de la campaña electoral, con una presión constante que ha llevado a muchos electores a decir que tienen dificultades para llegar a fin de mes, a pesar de las ayudas otorgadas durante la pandemia, los límites al aumento de los precios de los combustibles y los datos que sugieren que todos los hogares franceses, excepto el 5% más pobre, se encuentran en una mejor situación que hace cinco años.

En su última visita de campaña en Figeac, en el suroeste rural, Macron prometió mejorar radicalmente los servicios públicos, incluyendo la atención médica y el transporte, en los pueblos rurales pequeños y medianos, indicando que la falta de inversión fuera de las grandes ciudades, en particular en la prestación de servicios médicos, era “un problema real que fomenta el enojo real”.

Las encuestas publicadas el jueves y el viernes tras el accidentado debate televisivo del miércoles mostraban que la puntuación de Macron se mantenía estable o aumentaba entre el 55.5% y el 57.5% y que la puntuación de Le Pen se situaba entre el 42.5% y el 44.5%, lo que supone una ventaja para el presidente en funciones de entre 10 y 14 puntos, pero una contienda mucho más reñida que el 66% vs. 34% registrado cuando los mismos dos contendientes se enfrentaron en las anteriores elecciones de 2017.

La reducción de la brecha refleja en parte el éxito de la larga campaña de Le Pen destinada a limpiar su partido y normalizar sus políticas, aunque el viernes se quejó amargamente de un intento coordinado por parte de los medios de comunicación y los comentaristas de “reintoxicar” la marca Le Pen.

Sin embargo, en las cifras también se refleja una fuerte percepción pública de Macron como un líder distante, arrogante y déspota, alejado de las preocupaciones de la gente común. Muchos izquierdistas, en particular, consideran que también se ha inclinado decididamente hacia la derecha durante su mandato, a pesar de su promesa de 2017 de no ser “ni de izquierda ni de derecha”.

Las encuestas también prevén una participación electoral de entre el 72% y el 74%, la más baja para una segunda vuelta presidencial desde 1969. La participación en la segunda vuelta electoral de 2017 fue del 74.56%. Las vacaciones de Semana Santa han comenzado en gran parte de Francia, lo que aumenta una tasa de abstención ya inflada por los muchos electores franceses que se sienten políticamente huérfanos a causa de la contienda de dos vueltas y que ya no están representados.

Ambos candidatos intentan ganar, sobre todo, a los 7.7 millones de electores que apoyaron al agitador de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon en la primera vuelta, el 10 de abril, y que ahora dicen estar tentados ya sea a no participar o a anular sus votos.

A partir de la medianoche, ninguno de los candidatos tendrá permitido conceder entrevistas, distribuir folletos o realizar actos de campaña hasta que cierren los centros de votación en la noche del domingo y comiencen a llegar los primeros cálculos de los resultados.

Los centros de votación abrirán el domingo a las 8 de la mañana y cerrarán a las 7 de la tarde en la mayor parte de Francia y a las 8 de la noche en las grandes ciudades. En los territorios franceses de ultramar la votación comenzará el sábado.

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