Cómo saber que estás comprando ropa de calidad

Tengo la tentación de empezar este texto escribiendo: una prenda bien hecha puede ser escurridiza, pero todos la reconocemos cuando la vemos. Lamentablemente, creo que decir esto es tan útil como el consejo de “hazlo tú”.

La realidad es que la calidad de nuestra ropa ha estado en constante declive desde finales de los años 90, cuando la moda rápida hizo que la producción y el consumo aumentaran y los precios cayeran en picada.

A pesar de esto, las prendas bien hechas sí existen, si sabes lo que estás buscando. Aquí, en la primera de una serie de dos partes, los expertos explican cómo saber si una prenda ha sido confeccionada con cuidado y destreza antes de que la lleves al probador.

La inspección inicial

El propietario de la tienda de consignación de época Shop Bruce, Dan Neilsenbeck, comenta: “La mejor manera de evaluar la calidad de la elaboración de una prenda es ver su revés“.

Cuando lo hagas, lo primero que debes comprobar es si el dobladillo y las costuras están bien cosidos. Según Max Sanderson, profesor de diseño de moda en Parson’s Paris, un dobladillo suelto se engancha fácilmente en el pulgar o el dedo gordo del pie.

A continuación, Sanderson explica que hay que examinar las costuras. Él busca puntos pequeños porque son más duraderas que las largas, los cuales son un indicio de que la prenda fue elaborada con rapidez. Por último, inspecciona toda la prenda en busca de defectos para asegurarse de que no hay hilos que se hayan descosido o signos evidentes de que fue dañada o jalada.

Revisa las etiquetas

Las etiquetas del interior de la prenda te indicarán dónde fue fabricada, cuál es la contextura de su tela y cómo cuidarla, aspectos clave cuando vas a decidir si algo se ajustará a tus necesidades. Por ejemplo, si buscas una prenda para el día a día, lo más probable es que quieras evitar las prendas con la etiqueta de lavar a mano o lavar en seco.

Contextura del material

Del mismo modo, la contextura de la tela te indica cómo se desgastará la prenda. Todo lo que esté hecho con una fibra proteica como la lana te mantendrá caliente cuando haga frío, pero también será transpirable si tienes calor. Además, tiene un revestimiento ceroso, por lo que no es necesario lavarla con frecuencia, y es resistente a las arrugas, así que es ideal para viajar.

Las fibras elaboradas con material vegetal, como el algodón, el lino o el rayón viscosa, son transpirables, pero no abrigan tanto. Son fáciles de lavar, lo que las hace ideales para lucirlas pegadas al cuerpo, aunque se arrugan con facilidad.

Las fibras sintéticas, como el poliéster o el nylon, son más complicadas. No transpiran y atrapan el olor corporal, por lo que si las llevas pegadas a la piel, puedes notar que te hacen sudar y oler. Sin embargo, Sanderson comenta que los sintéticos pueden ser necesarios para requisitos de rendimiento, como chamarras impermeables o resistentes al viento y ropa deportiva.

Cómo elegir una tela de buena calidad

De acuerdo con Neilsenbeck: “Las telas de alta calidad se sentirán mejor en tu piel y, por lo general, se ajustan, tienen mejor caída y lucen mejor“.

Para determinar la calidad de la tela de una prenda, hay que hacerse una idea del tacto de la prenda, es decir, cómo se siente. Para comprobar esto, la diseñadora Bianca Spender pasa la tela entre sus pulgares para ver si se estira o si mantiene su forma, y después la frota suavemente para checar si le sale pelusa.

Sanderson recomienda frotar la tela contra una parte de tu cuerpo que sea más sensible que la palma de tu mano, como el lateral de tu cuello o el antebrazo, donde la piel es más delicada.

El lugar en el que fue fabricada

Aunque tal vez hace 20 años era cierto que la etiqueta “hecho en Italia” indicaba un nivel superior de habilidad y calidad, en la actualidad no es necesariamente así. Los conocimientos y la experiencia varían mucho entre las fábricas y dentro de los países, y algunas de las tecnologías más avanzadas y la mano de obra más cualificada se encuentran en China y otras partes del sur del mundo.

No obstante, hay otras cosas que deben ser consideradas según el lugar de fabricación, como las protecciones medioambientales y la legislación laboral. Spender indica: “Siempre hay que hacerse la pregunta de si el precio de la ropa refleja el trabajo que se realiza en ella“.

Costuras

Una forma más técnica de determinar el cuidado y la atención puestas durante la fabricación de una prenda son las costuras. Spender comenta que ella “siempre comprueba si las costuras sobresalen y si la costura lateral tiene una caída recta, para comprobar que la tela no está desalineada”. Si una prenda está hecha con una tela estampada, Neilsenbeck señala que hay que asegurarse de que los patrones coinciden en las costuras.

El acabado de una costura en el revés de una prenda te puede decir mucho sobre el tiempo y el cuidado dedicado durante su confección. Una buena regla general es que no debe haber bordes sin coser. Una forma de cubrir los bordes sin coser es con las costuras tipo overlock. La técnica de overlock es un tipo de punto que llega hasta el borde de la tela y se extiende en líneas apretadas y en zigzag desde el borde hasta medio centímetro adentro.

De acuerdo con Sanderson, la costura overlock es la forma más rápida de hacer una prenda y puede ser más frágil. Pero en ciertas prendas, como las playeras tipo jersey o los suéteres, esto no necesariamente representa un problema. “Se trata de los acabados adecuados para los materiales adecuados”, explica Spender.

Por lo general, las prendas de mayor calidad tendrán costuras unidas, de modo que el borde sin coser de la tela queda cubierto. O costuras planas, en las que no hay bordes expuestos, por lo que la tela fue doblada dos veces y cosida por ambos lados. La costura francesa es similar a esta, pero es menos visible y suele ser utilizada para prendas de alta gama y transparentes.

La próxima semana, en el Consultorio del guardarropa, te explicaremos en qué debes fijarte cuando te pruebes la ropa.