Médicos Sin Fronteras retira las imágenes de una adolescente superviviente de una violación tras protestas
MSF tomó la decisión después de que fotógrafos, activistas y abogados de derechos humanos condenaran las imágenes en Twitter. Foto: Régis Duvignau/Reuters

Médicos Sin Fronteras (MSF) retiró de su página web las fotografías de una adolescente superviviente de una violación, tras las críticas sobre la falta de ética y el racismo de las imágenes.

MSF retiró dos fotos de una joven de 16 años de la República Democrática del Congo (RDC) que fue violada por tres hombres armados después de que fotógrafos, activistas y abogados de derechos humanos condenaran las imágenes en Twitter.

Un vocero indicó que la ONG médica aceptó que había sido “un criterio erróneo… publicar fotos identificables de una menor que había pasado por esta experiencia”.

Señaló que la niña huérfana, que fue violada dos meses antes de la sesión fotográfica, consintió que la fotografiaran, no obstante, MSF decidió que esto no era suficiente justificación para publicar las imágenes “considerando su edad y el tipo de trauma por el que había pasado”.

Las fotografías, que muestran a la niña recostada en una banca después de recibir tratamiento en un hospital de MSF, fueron tomadas en Drodro, un campamento de refugiados en la provincia de Ituri. Las fotografías fueron criticadas después de que Benjamin Chesterton, director de la productora cinematográfica británica Duckrabbit, criticara que el retrato de las mujeres y niñas afroamericanas de Africa que habían sobrevivido a una violación era racista y deshumanizado.

MSF inicialmente defendió el proyecto, sin embargo, tras las continuas condenas de Chesterton, que anteriormente trabajó para la ONG en la República Democrática del Congo, retiró cinco fotos, incluidas dos de la menor, de un artículo de su página web en el que también se menciona su nombre de pila.

La fotógrafa de la agencia iraní Magnum Newsha Tavakolian, que tomó las fotos, señaló que MSF retiró las imágenes sin informarle.

Tavakolian comentó que MSF seleccionó las fotos para su publicación: “También se abstuvieron de explicar públicamente las razones por las que tomaron esta decisión, ni destacaron el hecho de que nunca me dijeron que no tomara imágenes de menores. Sencillamente, nunca se discutió el tema”, dijo.

La fotógrafa defendió el proyecto –Ituri, a Glimmer through the Crack (Ituri, un destello a través de la grieta)– que, según dijo, reflejaba el hecho de que muchas supervivientes de violaciones en la República Democrática del Congo eran adolescentes. Ella “no es la ‘típica’ chica de 16 años que vive una vida infantil en un mundo de comodidad. No, ella vive en el este del Congo, en una zona donde la violación es un instrumento de guerra”, señaló.

El vocero de MSF aceptó que las guías de la ONG para sus fotógrafos y cineastas sobre cómo tratar estos casos, en los que un menor que ha sobrevivido a la violencia sexual no tiene padres o tutores, eran inadecuadas.

“Por este motivo, estamos trabajando para revisarlas con el propósito de ofrecer una mayor claridad sobre las cuestiones relativas a las imágenes de menores identificables que han sufrido un trauma significativo”, indicó.

Sherizaan Minwalla, abogada de derechos humanos que trabaja con supervivientes yazidíes de esclavitud sexual por parte del ISIS, refutó la opinión de MSF de que la niña hubiera sido capaz de dar su consentimiento informado.

“Aunque ella estuviera deseando contarle a todo el mundo que fue violada en grupo para que pudiera ayudar a otras personas, tienen que poder decir que es ella es una menor de edad, que los perpetradores siguen en libertad, que no estamos actuando en el mejor interés de la víctima si seguimos adelante”, dijo, añadiendo que las guías de MSF necesitaban ser reforzadas para evitar la explotación de menores. “La están poniendo en riesgo de sufrir represalias, además de estigmatizarla y avergonzarla“, señaló.
Martha Tadesse, una fotógrafa de Etiopía que también criticó las fotos en Twitter, comentó que existía una doble moral racista en el tratamiento de las supervivientes afroamericanas de África de violencia sexual. Era inconcebible que se hubieran publicado fotos semejantes de una menor blanca europea o estadounidense, señaló.

“No se puede destruir su infancia de esa manera solo por ser un menor afroamericano”, dijo. “No me vengan con esa pornografía del trauma afroamericano, convirtiéndola en ‘Oh, el Congo es diferente’. Eso es gaslighting“.

En una declaración interna firmada hace dos años por mil empleados actuales y exempleados de MSF se acusaba a la ONG de ser institucionalmente racista y de reforzar el colonialismo y la supremacía blanca en su labor humanitaria.

Magnum Photos completó una revisión de seguridad de su archivo de más de un millón de imágenes el año pasado tras las acusaciones de que puso a disposición fotografías que podían mostrar la explotación sexual de menores.

Un vocero de la agencia expresó: “Estamos satisfechos con el hecho de que las fotos de Newsha y el relato de su viaje a la RDC con MSF cumplen con el código ético de Magnum y que, dado el contexto específico, Newsha actuó con consideración hacia las personas que fotografió”.

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