El autor del tiroteo en Texas estuvo dentro de la escuela durante unos 40 minutos, según las autoridades
Flores colocadas en un monumento improvisado frente a la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas. Foto: Chandan Khanna/AFP/Getty Images

El tirador de Texas que disparó y mató a 19 niños y dos profesoras estuvo dentro de la escuela durante aproximadamente 40 minutos antes de ser abatido por los agentes de la patrulla fronteriza, según informaron las autoridades, mientras los testigos hablaban de su frustración por lo que consideraban retrasos por parte de los cuerpos policiales.

Los primeros informes sobre un hombre armado que se acercaba a la escuela comenzaron a aparecer alrededor de las 11:30 horas del martes. Poco después de la 1 de la tarde, se confirmó la muerte del joven de 18 años tras recibir un disparo cuando se encontraba en el salón de clases de la escuela primaria Robb, en la pequeña ciudad de Uvalde.

Han surgido informes contradictorios sobre lo que ocurrió antes de que el tirador entrara al edificio y sobre la forma en que los agentes policiales que estaban en el exterior intentaron “enfrentarse” a él y detenerlo.

Transcurrieron aproximadamente “40 minutos” desde que el tirador abrió fuego contra el agente de seguridad de la escuela, entró a la escuela a través de una puerta trasera y cuando el equipo de la patrulla fronteriza le disparó, informó el director del departamento de seguridad pública de Texas, Steve McCraw, en una conferencia de prensa.

Las autoridades indicaron que los agentes que se encontraban en el lugar de los hechos lograron “contener” al autor del tiroteo hasta que pudieron llegar más agentes especialmente entrenados.

El teniente Christopher Olivarez, del departamento de seguridad pública, comentó a la cadena CNN que el tirador irrumpió en un salón de clases donde “se atrincheró cerrando la puerta y comenzó a disparar contra los niños y las profesoras que se encontraban dentro del salón”.

Otro oficial de policía familiarizado con la investigación dijo a la agencia Associated Press que los agentes de la patrulla fronteriza tuvieron problemas para abrir la puerta del salón de clases y que tuvieron que conseguir que un miembro del personal abriera el salón con una llave.

Los testigos también han dicho que instaron a los agentes de policía a entrar en la escuela, afirmando que se podrían haber tomado más medidas.

Juan Carranza, de 24 años, que presenció la escena desde el exterior de su casa, al otro lado de la calle de la escuela, comentó a Associated Press que creía que los agentes deberían haber entrado a la escuela con mayor rapidez. “¡Entren ahí! ¡Entren ahí!“, gritaron las mujeres que se encontraban cerca a los agentes poco después de que comenzara el ataque, explicó. Carranza dijo que los agentes no entraron.

Javier Cazares, cuya hija de cuarto año, Jacklyn Cazares, murió en el ataque, relató que acudió rápidamente a la escuela cuando se enteró del tiroteo, y que llegó cuando la policía todavía se encontraba concentrada afuera del edificio.

Molesto por el hecho de que la policía no se movilizara, propuso la idea de entrar a la escuela junto con otros transeúntes.

Entremos rápidamente porque la policía no está haciendo nada de lo que se supone que debe hacer“, dijo. “Se pudo haber hecho más… No estaban preparados”.

El jefe de la patrulla fronteriza de Estados Unidos, Raúl Ortiz, comentó a CNN que decenas de agentes en servicio y fuera de servicio respondieron al tiroteo, y añadió que en cuanto llegaron los agentes “no dudaron.”

“Respondimos desde varios lugares. Tenía tanto agentes en servicio como fuera de servicio, gente que estaba en un entorno de entrenamiento, todos acudieron a este lugar”, dijo Ortiz, añadiendo que respondieron entre 80 y 100 agentes.

“No dudaron. Elaboraron un plan. Entraron a ese salón de clases y se encargaron de la situación tan rápido como pudieron”.

El tirador también discutió sus planes en Facebook antes de cometer el ataque, dijo el gobernador de Texas en una conferencia de prensa el miércoles.

Greg Abbott señaló que el tirador “publicó” información en Facebook tres veces antes de la masacre mortal en la escuela primaria de Robb.

Aunque Abbott los describió como publicaciones, que normalmente son difundidas a una amplia audiencia, Facebook intervino posteriormente para señalar que el tirador envió mensajes directos individuales, no publicaciones públicas, y que no fueron descubiertos hasta “después de la terrible tragedia”.

“Estamos cooperando estrechamente con la policía en su investigación en curso”, tuiteó el miércoles el vocero de Facebook, Andy Stone.

En el primer mensaje, enviado 30 minutos antes de que el tirador acudiera a la escuela, dijo que le dispararía a su abuela. El segundo indicaba: “Le disparé a mi abuela”. Y el tercero, enviado aproximadamente 15 minutos antes del ataque, decía: “Le dispararé a una escuela primaria”. No especificó qué escuela, indicaron las autoridades, y se desconocía quiénes eran los destinatarios de los mensajes.

El gobernador de Texas describió los mensajes en una conferencia de prensa en la que señaló que el tirador, identificado como Salvador Ramos, de 18 años, utilizó un AR-15 para atacar la escuela ubicada en Uvalde, una ciudad predominantemente latina de alrededor de 16 mil habitantes en una zona agrícola situada a aproximadamente 120 km de la frontera con México y a 136 km de San Antonio. Abbott también indicó que la abuela del tirador llamó a la policía antes de que este le disparara.

El tiroteo fue el más mortífero ocurrido en una escuela estadounidense en casi una década. Las autoridades indicaron que todas las víctimas murieron en el mismo salón de clases de cuarto grado, donde el tirador se atrincheró.

Ramos, que abandonó la preparatoria, vivía en Uvalde y no se tenía conocimiento de que tuviera antecedentes penales o problemas de salud mental, dijo Abbott.

Los investigadores también han estado analizando una cuenta de Instagram que aparentemente pertenecía al autor del tiroteo. En los días previos al tiroteo, las publicaciones mostraban una foto de una mano sosteniendo un cargador de municiones y otra foto de dos fusiles tipo AR-15. La cuenta le pidió a otra usuaria de Instagram que compartiera esta última foto con sus 10 mil seguidores; la usuaria se negó, diciendo que la foto era “aterradora” y que apenas lo conocía.

Durante la mañana de la masacre, la cuenta vinculada al atacante le envió un mensaje siniestro: “Estoy a punto de”.

Instagram declinó responder las preguntas de la agencia Associated Press sobre las publicaciones.

Es probable que el último tiroteo masivo intensifique la presión sobre las empresas de redes sociales para que refuercen su vigilancia de las comunicaciones en la red. El ataque en Texas se produce después del tiroteo en un supermercado situado en la localidad de Búfalo hace menos de dos semanas, en el que el hombre armado utilizó las redes sociales para planear, promover y transmitir en vivo la masacre en la que murieron 10 personas. El fiscal general de Nueva York inició una investigación sobre Twitch, 4chan, 8chan y Discord, junto con otras plataformas que el tirador de Búfalo utilizó para amplificar el ataque.

La empresa matriz de Facebook, Meta, señaló que vigila los mensajes privados de los usuarios para detectar algunos tipos de contenido nocivo, como enlaces relacionados con programas maliciosos o imágenes de abusos sexuales infantiles. Sin embargo, las imágenes pueden ser detectadas mediante identificadores únicos –un tipo de firma digital– que hacen que los sistemas informáticos las detecten con relativa facilidad. En cambio, intentar interpretar una cadena de palabras amenazantes –que pueden parecerse a un chiste, una sátira o la letra de una canción– es una labor mucho más difícil para los sistemas de inteligencia artificial.

Por ello, Facebook y otras plataformas dependen de las denuncias de los usuarios para detectar amenazas, acoso y otras violaciones de la ley o de sus propias políticas. Como demuestran los últimos tiroteos, la información suele aparecer demasiado tarde, si es que lo hace.

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