Copa Mundial 2026: la revelación de la ciudad anfitriona deja al descubierto un asunto que genera dinero
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, aparece con el trofeo de la Copa Mundial el jueves en la ciudad de Nueva York. Foto: Peter Foley/EPA

La multitud enloqueció, un torbellino de gritos, saltos, banderas ondeando y puños de alegría rojiblanca y azul. ¿Y por qué no? Kansas City acababa de ganar la Copa Mundial de 2026.

El proceso de selección de las ciudades sede del torneo en Estados Unidos, México y Canadá se desarrolló de forma muy parecida a la propia Copa Mundial: unos cuantos candidatos sin esperanzas, algunos menos favoritos que llegaron más lejos de lo esperado, un par de fracasos sorprendentes y triunfos previsibles para los favoritos.

Los aficionados presentes en la watch party de KC Live! para el anuncio de los ganadores del jueves celebraron lo que hasta hace poco tiempo parecía una victoria improbable. Cuando la FIFA analizó la candidatura de Kansas City en 2018, esta obtuvo una de las puntuaciones más bajas en lo que respecta a alojamiento y transporte entre los aspirantes.

Sin embargo, el aeropuerto está en proceso de reconstrucción, existe una vibrante cultura futbolística, la familia Hunt es una de las dinastías más influyentes del deporte en Estados Unidos y Missouri aprobó un proyecto de ley que exime a las entradas de la Copa Mundial de los impuestos sobre las ventas, a diferencia de Colorado.

En cualquier caso, habría sido un descuido no elegir ninguna ciudad del medio oeste, aunque el mapa de sedes sigue pareciendo extraño. Se produjo una flagrante omisión incluso antes de que la candidatura norteamericana unida derrotara a Marruecos en 2018, ya que el entonces alcalde de Chicago –la tercera ciudad más grande de Estados Unidos, apasionada por el deporte y sede de la Federación de Futbol de los Estados Unidos– se fijó en las posibles responsabilidades financieras y se opuso. Al igual que Montreal, que se retiró de la contienda el verano pasado cuando el gobierno de Quebec se negó a contribuir con 75 millones de dólares.

Edmonton fue rechazado por la FIFA, lo que significa que Canadá solo cuenta con dos ciudades frente a las tres de México y las 11 de Estados Unidos. Además, Kansas City venció a Washington DC. “Es imposible imaginar que una Copa Mundial llegue a Estados Unidos y que la capital no tenga también un papel importante“, comentó Colin Smith, director del área de torneos y eventos de la FIFA, a los periodistas el jueves. Sin embargo, eso es lo que está ocurriendo”.

Ni siquiera el hecho de unir fuerzas con la vecina Baltimore y su sólido estadio ubicado en el centro de la ciudad, después de que los inspectores de la FIFA rechazaran el sombrío y distante FedEx Field, pudo convencer al órgano rector, que prefirió Boston, otro lugar que tiene una sede problemática, pero que cuenta con un influyente respaldo en el multimillonario propietario del equipo, Robert Kraft. Un senador estadounidense describió a la FIFA como un “sindicato criminal al estilo de la mafia” en una audiencia en el Congreso en 2015 en Washington, así que quizás los poderosos agentes del futbol mundial no se sentirán demasiado perturbados por prescindir de la ciudad.

Esta Copa Mundial se parecerá muy poco a la de Estados Unidos de 1994, aunque Diana Ross vuelva a aparecer en la ceremonia inaugural (no apuesten en contra de ello.) Cuando comenzó aquel torneo de 24 equipos, la Selección de Futbol de Estados Unidos solo había participado en un Mundial desde 1950, y la Major League Soccer (MLS) aún no había surgido.

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Funcionarios de la ciudad celebran durante un mitin en Filadelfia el jueves después de saber que la FIFA la seleccionó como una de las 11 ciudades estadounidenses elegidas para ser sede de los partidos de la Copa Mundial de 2026. Foto: Joseph Kaczmarek/REX/Shutterstock

También será sumamente diferente a Qatar 2022, ya que la Copa Mundial pasa de ser una competencia invernal comprimida de 32 equipos y 64 partidos en un país más pequeño que Connecticut a una extravagancia transcontinental de 48 naciones y 80 partidos en verano.

En el mundial de Estados Unidos de 1994 hubo nueve ciudades anfitrionas. Las regiones de Boston, el Área de la Bahía de San Francisco, Los Ángeles, Nueva York y Dallas volverán a participar, pero no se utilizará ninguno de los estadios de 1994 en 2026. El viejo Rose Bowl, en el que Brasil ganó su cuarto título, fue descartado a favor del nuevo y lujoso estadio SoFi.

La FIFA no ha revelado los lugares donde se disputarán los partidos definitivos. Nueva York es la favorita para la final, pero ¿qué tanta importancia tiene? La homogeneización es un objetivo de cualquier gran empresa internacional eficiente, ya sea que se trate de Starbucks o de una organización suiza sin fines de lucro que dirige el futbol mundial.

“El exotismo ahora se diluye. La gente habla de albergar la Copa Mundial”, escribió el periodista y escritor Jonathan Wilson en 2014, “pero en realidad todos los Mundiales ahora se llevan a cabo en Fifalandia, una burbuja genérica libre de impuestos en la que el nombre de la sede está escrito en un cartel publicitario cerca de la línea de mitad de cancha porque, de lo contrario, no sería posible saber dónde estás”.

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, estuvo presente en Manhattan durante la presentación en vivo, aunque en vista del elitismo económico del torneo, quizás Davos hubiera sido un lugar más adecuado.

El crecimiento de los ingresos es asombroso. La FIFA indicó que en el torneo de 1994 obtuvo un excedente de casi 100 millones de dólares con ingresos de 235 millones. Cuando presentó su candidatura para 2026, la candidatura norteamericana preveía ingresos de 14 mil millones de dólares y un excedente de 11 mil millones de dólares para la FIFA. El órgano rector es, literalmente, una ley en sí mismo, que insiste en que los gobiernos acepten proporcionar “exenciones respecto a la ley laboral y otras legislaciones”, agilizar los procesos de permisos fronterizos y de trabajo y exenciones fiscales.

Parecen un conjunto de imposiciones escandalosas, la afirmación de la soberanía de la FIFA sobre los gobiernos democráticos. Una vez más, las autoridades locales y estatales derrochan fondos públicos y exenciones fiscales en favor de los deportes profesionales y citan los beneficios económicos ilusorios. Empresas multimillonarias que pagan un impuesto más bajo que el individuo promedio. ¿Qué podría ser más estadounidense?

Los estadios de la NFL con canchas problemáticas, como las sedes de Los Ángeles y Dallas, tendrán que ser remodelados, y se deberá colocar pasto sobre el césped artificial, no obstante, una clara ventaja con respecto a las últimas Copas Mundiales, que hará que 2026 sea más rentable y genere menos pérdidas, es que no será necesario construir o reconstruir de forma significativa ningún estadio para el torneo, lo cual evitará escándalos relacionados con su legado, como el estadio de Brasil, de 550 millones de dólares, que se convirtió en un estacionamiento de autobuses.

Y no todo lo relacionado con el evento deportivo más importante del planeta puede ser cuantificado y monetizado. “Esta parte del mundo no se da cuenta de lo que pasará aquí en 2026. Estos tres países estarán de cabeza y después volverán a cambiar”, dijo Infantino a los periodistas. “El mundo invadirá Canadá, México y Estados Unidos. Y se verán invadidos por una gran ola de alegría y de felicidad”.

La fiesta comenzó el jueves, en Kansas City, Vancouver, Atlanta, Monterrey y una docena más de ciudades del continente.

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