Júbilo y esperanza con la aprobación final al nuevo proyecto de Constitución de Chile
El nuevo proyecto de Constitución de Chile. Los chilenos deben votar para aprobarlo o rechazarlo en un plebiscito que se llevará a cabo el 4 de septiembre. Las encuestas indican que la mayoría se inclina por rechazar el proyecto. Foto: Cristian Rudolffi/AFP/Getty Images

El proceso de redacción de la nueva Constitución de Chile llegó a un abrupto y jubiloso final tras las rápidas votaciones finales de los 154 miembros de la convención constitucional con igualdad de género.

Apiñados entre las arcadas del antiguo edificio del Congreso en Santiago, el cual ha albergado el proceso constitucional de Chile, los delegados se abrazaron y vitorearon cuando se finalizó el proyecto.

“Fue muy oportuno que termináramos así”, comentó Tiare Aguilera, de 40 años, delegada que representa al territorio polinesio de Chile, Rapa Nui, o Isla de Pascua, en las escaleras situadas fuera del edificio.

“Así ha sido todo el proceso, fechas límites ajustadas y mucha incertidumbre mientras intentábamos abordar el turbulento proceso político de nuestro país”.

El proyecto de Constitución será presentado formalmente en una ceremonia el 4 de julio, antes de que todos los ciudadanos chilenos mayores de 18 años deban votar para aprobarlo o rechazarlo en un plebiscito nacional que se llevará a cabo el 4 de septiembre.

Se prevé que las campañas de ambas posturas sean muy reñidas y divisorias.

No obstante, tras un año de tensas negociaciones y en ocasiones amargas luchas internas, el proyecto de 388 artículos aparta decididamente el desarrollo de Chile del consenso neoliberal de la actual Constitución, que fue redactada sin aportaciones democráticas por un equipo de confidentes del dictador general Augusto Pinochet.

El nuevo proyecto, en cambio, responsabiliza en términos generales al Estado de la prestación de servicios, consagra un conjunto de derechos sociales y culturales y garantiza la paridad de género en el gobierno y en las empresas públicas.

También establece una vía de autonomía para los pueblos indígenas de Chile, a quienes se les garantizó una representación en la convención constitucional.

“(El proyecto) logra dos cosas en particular”, señaló Tomás Laibe, un hombre de 31 años que representa a Aysén, una zona de la Patagonia chilena situada en el extremo sur del país.

“Replantea la relación del Estado con los derechos sociales y consagra la democracia representativa para abrir la puerta a otras formas de participación”.

El recorrido de Chile hacia la sustitución de su Constitución comenzó hace mucho tiempo, sin embargo, cobró un impulso arrollador a finales de 2019, cuando millones de personas salieron a las calles para denunciar su insatisfacción con sus vidas y con las fuerzas políticas que los gobernaban.

El gran movimiento social precipitó un acuerdo de paz, del que el actual presidente Gabriel Boric fue firmante, lo cual sentó las bases para la celebración de un plebiscito un año después, el 25 de octubre de 2020.

Casi el 80% de los chilenos votó a favor de la redacción de una nueva Constitución, y la convención, de mayoría izquierdista, quedó inaugurada en julio del año pasado.

En mayo de este año, la convención redactó un borrador que contenía casi 500 artículos, los cuales fueron simplificados y condensados.

No obstante, las tensiones se agudizaron y la ceremonia quedó brevemente suspendida debido a una violenta batalla en las calles, en la que los manifestantes lanzaron bloques de concreto mientras la policía respondía con cañones de agua y gases lacrimógenos.

Desde entonces, se ha gestado una clamorosa campaña que pretende socavar el proceso y, aunque las encuestas actualmente sugieren que la mayoría de los chilenos piensan votar en contra del proyecto, muchos delegados siguen estando orgullosos de su trabajo.

“El proceso ha estado lleno de esperanza desde el principio”, comentó Félix Galleguillos, de 36 años, quien se sentó en el escaño reservado para la comunidad indígena Lickanatay del desierto de Atacama.

“Nunca ha habido un proceso constitucional como este y nunca habrá otro. Es único”.

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