Myanmar ejecuta a activistas por la democracia
Phyo Zeya Thaw, de 41 años, exlegislador del partido de la destituida líder Aung San Suu Kyi, fue uno de los cuatro hombres ejecutados por la junta de Myanmar. Foto: Aung Shine Oo/AP

La junta de Myanmar ejecutó a cuatro presos, entre ellos un expolítico y un veterano activista, provocando conmoción y repugnancia por tratarse de la primera aplicación de la pena capital en el país en décadas.

Los medios de comunicación controlados por la junta informaron el lunes que cuatro hombres, entre ellos Phyo Zeya Thaw, rapero y exlegislador del partido de Aung San Suu Kyi, y el destacado activista por la democracia Kyaw Min Yu, conocido como Jimmy, fueron ejecutados. Estaban acusados de conspiración para cometer actos terroristas y fueron condenados a la pena de muerte en enero en juicios llevados a cabo a puerta cerrada.

El relator especial de la ONU, Thomas Andrews, comentó que estaba “indignado y devastado” por las ejecuciones. “Los asesinatos generalizados y sistemáticos de manifestantes, los ataques indiscriminados contra pueblos enteros, y ahora la ejecución de líderes de la oposición, exigen una respuesta inmediata y firme de los Estados miembros de las Naciones Unidas”, manifestó.

Francia y Japón también condenaron las ejecuciones, mientras que el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos calificó los asesinatos como “atroces”.

Aung Myo Min, ministro de Derechos Humanos del Gobierno de Unidad Nacional (GUN) de Myanmar, creado en el exilio por políticos electos, representantes de minorías étnicas y activistas, señaló que se sentía sumamente entristecido. “¿Qué más necesitamos para demostrar cuán cruel es el ejército asesino de Myanmar?”, expresó.

Tras la noticia de las ejecuciones, los manifestantes de la ciudad de Rangún desplegaron un cartel en el que se leía “nunca tendremos miedo”.

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Manifestantes sostienen un cartel en el que se lee “nunca tendremos miedo” en una protesta en Rangún el lunes. Foto: NurPhoto/REX/Shutterstock

En un puente de Rangún colgaron otro cartel en el que se advertía que la junta debería “estar preparada para pagar la deuda de sangre”. El texto inferior indicaba: “RIP Zeyar Thaw, Jimmy, Hla Myo Aung y Aung Thura”.

Los medios de comunicación locales informaron que los familiares de los hombres viajaron a la prisión de Insein, en Rangún, exigiendo ver los cuerpos de sus seres queridos.

Una fuente cercana a la familia de Kyaw Min Yu comentó que habían recibido la confirmación por parte del subdirector de la prisión de Insein de que se había aplicado la pena de muerte. No se proporcionó información sobre cuándo se llevó a cabo la ejecución. Las autoridades penitenciarias se negaron a entregar el cuerpo a los familiares, señalaron, a pesar de que la normativa penitenciaria establece que debe hacerlo a menos que exista un motivo especial.

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La prisión de Insein en Rangún. Foto: AFP/Getty Images

La junta militar de Myanmar tomó el poder en un golpe de Estado efectuado en febrero de 2021, destituyendo al gobierno electo de Aung San Suu Kyi, y desde entonces ha desplegado una campaña de violencia brutal para reprimir a la oposición.

Un total de 14 mil 847 personas han sido detenidas desde que se produjo el golpe de Estado, mientras que 11 mil 759 permanecen detenidas, según informó la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) de Birmania, la cual monitorea las detenciones y los asesinatos.

De acuerdo con AAPP Birmania, 76 presos han sido condenados a pena de muerte desde el golpe de Estado, entre ellos dos niños. Otras 41 personas fueron condenadas a la pena de muerte en ausencia. Antes de las ejecuciones del lunes, Myanmar no había aplicado la pena capital en más de 30 años, según indica la ONU.

Un gran número de habitantes de Myanmar cambiaron sus fotos de perfil en las redes sociales a imágenes de color negro y rojo en señal de luto. Otros publicaron frases de las letras y los discursos de los hombres, entre ellas la frase “no pasará nada si todos estamos unidos” de una de las canciones de rap de Phyo Zeya Thaw.

Phyo Zeya Thaw, de 41 años, fue detenido en noviembre cuando alrededor de 100 policías y soldados efectuaron una redada en un complejo residencial en Rangún. Antes de entrar a la política fue un activista y rapero. En el año 2000 publicó el primer álbum de rap del país, después de haber fundado el grupo de hip-hop Acid. Sus letras, y sus críticas poco disimuladas contra el anterior régimen militar, captaron la ira y las frustraciones de una generación de jóvenes oyentes.

Phyo Zeya Thaw era un activista que formaba parte del movimiento Generation Wave, el cual utilizaba grafitis, folletos y material de protesta en clave para llevar a cabo una campaña contra el régimen anterior. Al igual que muchos de los miembros del grupo, fue detenido y encarcelado. Posteriormente se convirtió en parlamentario de la Cámara Baja en abril de 2012, el mismo año en que Aung San Suu Kyi fue elegida para el parlamento.

Kyaw Min Yu, de 53 años, un veterano activista, fue detenido en una redada nocturna en octubre. Era un destacado líder del Grupo de Estudiantes Generación 88, que lideró los levantamientos prodemocráticos contra el ejército, y fue encarcelado en 1988 por su papel en las protestas. Fue liberado en 2005, no obstante, volvió a ser encarcelado desde 2007 hasta 2012.

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Kyaw Min Yu era un destacado líder del Grupo de Estudiantes Generación 88. Foto: Khin Maung Win/AP

Kyaw Min Yu también era escritor, y mientras estuvo en prisión tradujo obras como El Código Da Vinci y Ángeles y Demonios, de Dan Brown, además de escribir la novela titulada The Moon in Inle Lake (La luna en el lago Inle). Su libro de autoayuda Making Friends, de 2005, fue un bestseller, según PEN International.

Los otros dos hombres ejecutados –Hla Myo Aung y Aung Thura Zaw– fueron acusados de matar a una mujer de la que sospechaban era una informante militar en Rangún, según informó la agencia de noticias Agence France-Presse.

Los hombres intentaron presentar una apelación, no obstante, la sentencia fue confirmada en junio. Según los informes, se les negó el acceso a un abogado durante su apelación, lo que supone una violación del derecho internacional de los derechos humanos.

El periódico Global New Light of Myanmar, controlado por la junta, indicó el lunes que los hombres habían dado “instrucciones, hecho preparativos y conspirado para cometer actos de terrorismo brutales e inhumanos”.

La junta no proporcionó detalles sobre cómo fueron ejecutados los hombres.

Yee Mon, ministro de Defensa de la UNG, escribió en Facebook: “Esta revolución no terminará hasta que hagamos justicia contra (el jefe de la junta) Min Aung Hlaing. No tendrá ni un centímetro de tierra por donde huir, (lo) perseguiremos hasta el fin del mundo”.

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