Serena Williams demuestra que el espectáculo no ha terminado con una impresionante victoria en el Abierto de EU
Serena Williams celebra su victoria en el Abierto de Estados Unidos contra Danka Kovinic. Foto: Al Bello/Getty Images

Serena Williams prolongó su presunta gira de despedida al menos dos días más.

La 23 veces campeona de los grandes torneos individuales superó los nervios iniciales y un saque fallido para ganar por 6-3 y 6-3 contra Danka Kovinic en su encuentro de primera ronda del Abierto de Estados Unidos en el estadio Arthur Ashe, iniciando así el que se espera sea el último torneo de su deslumbrante carrera profesional de 27 años con una victoria.

Williams, quien anunció a principios de este mes sus planes de retirarse, llegó al partido principal de la noche del lunes en Queens en el puesto 605 del mundo tras haber ganado un partido de individuales en 450 días. No obstante, la estadounidense logró su victoria número 107 en el torneo que ha ganado en seis ocasiones, ante un público de más de 23 mil espectadores que llenó el ambiente de una gran final, con miles de personas más viéndolo en una pantalla gigante instalada en la plaza de la fuente afuera del estadio.

“Cuando salí, el recibimiento fue realmente abrumador”, comentó Williams después del partido. “Fue fuerte y pude sentirlo en mi pecho. Es una sensación que nunca olvidaré”.

Williams, que cumplirá 41 años el próximo mes, se enfrentó a una presión constante en su saque desde el principio, cometiendo cinco dobles faltas en sus tres primeros saques y enfrentándose a puntos de quiebre en cada uno de ellos. Sin embargo, encontró el ritmo en las últimas fases del primer set, en el que sumó 11 puntos consecutivos, culminados con un quiebre en cero de 5-3, antes de servir el primer set en 55 minutos.

El saque de la estadounidense mejoró a partir de ese momento y Kovinic, la jugadora de Montenegro de 27 años que ocupa el puesto 80 del ranking, no pudo igualar su nivel. Cuando su oponente logró un revés desde el fondo de la cancha en el punto de victoria después de 1 hora y 40 minutos, Williams levantó los brazos en medio de ensordecedores aplausos.

El camino no será más fácil a partir de ahora. Williams avanza para enfrentarse a la segunda clasificada, Anett Kontaveit, de Estonia, en un partido de segunda ronda el miércoles. También participará en el torneo de dobles con su hermana mayor, Venus, y su partido de primera ronda está programado para el miércoles o el jueves.

Las posibilidades de Williams en el invierno de su carrera permanecieron en un estado de limbo durante los 12 meses que estuvo alejada del torneo, entre las derrotas en la primera ronda de Wimbledon del año pasado y de este año. No obstante, su comprometida condición física ha sido objeto de un duro análisis en las tres semanas que han transcurrido desde que anunció su “evolución” fuera del tenis en un ensayo escrito en primera persona que fue publicado en el número de septiembre de Vogue: una racha que incluyó una derrota de 6-2 y 6-4 ante la medallista de oro olímpica Belinda Bencic en Toronto, seguida inmediatamente por una contundente derrota de 6-4 y 6-0 a manos de Emma Raducanu en Cincinnati.

Sin embargo, en su regreso a Flushing Meadows, Williams volvió el tiempo atrás ante un público que la adoraba, moviéndose en la cancha mejor de lo que se ha movido en años y aumentando su nivel en los puntos de presión, con lo que se garantizó al menos una aparición más en la misma cancha en la que venció a Venus para conseguir el primer título de Grand Slam de la familia en 1999, antes de recibir una llamada telefónica de felicitación del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, quien presenció el partido del lunes desde las gradas.

El posible último partido de la carrera de Williams casi eclipsó cualquier otro acontecimiento en el primer día del último Grand Slam de la temporada. Después de que se proyectara un video tributo narrado por Queen Latifah en el interior del estadio, Williams salió del túnel con la canción Diamonds From Sierra Leone de Kanye West, en una escena que parecía más la entrada al ring de un boxeador que la de un tenista en un partido de primera ronda.

Spike Lee se encargó de lanzar la moneda y docenas de celebridades aparecieron entre el público, como Martina Navratilova y Mike Tyson, que se sentaron juntos en el palco presidencial de la cancha. La inusual ostentación generó nervios en ambos lados de la red, pero Williams fue la primera en calmarse antes de mostrar el saque final propio de una campeona.

Después, Williams, que ha insinuado con insistencia, aunque no de forma definitiva, que el Abierto de Estados Unidos de este año será su último torneo, se mostró tímida cuando se le presionó al respecto.

“Sí, he sido bastante ambigua al respecto, ¿verdad?”, dijo con una sonrisa. “Me mantendré ambigua porque uno nunca sabe”.

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