El retiro de Serena Williams es una decisión desgarradora entre la familia y la carrera
'Créanme, nunca quise tener que elegir entre el tenis y una familia', escribió Serena Williams en su despedida en la revista Vogue. 'No creo que sea justo'. Foto: Tom Jenkins/The Guardian

Los retiros deportivos rara vez se producen de la manera en que son representados en las películas. Imaginamos a un atleta que termina con una victoria contra todo pronóstico, que ha logrado todo lo que quería en el deporte y que avanza felizmente hacia la siguiente etapa de su vida.

En realidad, son muy pocos los atletas que terminan con una victoria. No importa lo mucho que lo deseen, se marchan después de haber perdido una final, o sin siquiera llegar a ella. Y, con demasiada frecuencia, el retiro es forzado –por una lesión o por no ser seleccionados– y el atleta se queda con la molesta sensación de haber dejado un asunto inconcluso.

A los ojos de la mayoría de las personas, Serena Williams entra más en la categoría de fantasía de Hollywood. Ostenta el récord de la “era abierta” de 23 títulos de Grand Slam; tiene cuatro medallas de oro olímpicas; y su infancia quedó plasmada en la película Rey Richard de 2021. Ha sido ella misma de forma franca y sin remordimientos, y ha inspirado a personas de todo el mundo.

Si gana el Abierto de Estados Unidos el próximo mes, tendrá incluso la posibilidad de completar el final de un cuento de hadas: despedirse con una victoria en el mayor escenario.

Salvo que, en la mente de Williams, no sería un cuento de hadas. No se siente de la misma manera que muchos atletas cuando se retiran después de una larga carrera, física y emocionalmente destrozada por haber pasado años en el muchas veces brutal mundo del deporte de élite. A pesar de todos sus logros, de su vitrina llena de trofeos, de los millones de personas a las que ha inspirado, es probable que Williams se retire con la sensación de que tiene un asunto pendiente, independientemente de si gana o no ese último torneo.

Ella está tomando una decisión que las mujeres de todo el mundo toman todos los días: ¿familia o carrera? La mujer de 40 años ha sido sincera respecto a su deseo de tener un segundo hijo. Después de las complicaciones que casi la matan tras el nacimiento de su primera hija, Olympia, el hecho de tener otro hijo no es una cuestión sencilla ni clara, y tras una larga reflexión, tomó la comprensible decisión de no intentar compaginar el tenis profesional con el embarazo en esta ocasión.

En su despedida del tenis, publicada en la revista Vogue el martes, Williams fue directa al grano respecto a cuán injusta es su decisión.

“Créanme, nunca quise tener que elegir entre el tenis y una familia”, comentó. “No creo que sea justo. Si yo fuera un hombre, no estaría escribiendo esto porque estaría allá afuera jugando y ganando mientras mi esposa hacía el trabajo físico de expandir nuestra familia”.

Aunque se trata de un problema abrumadoramente predominante en el deporte femenino, ciertamente no es una cuestión que esté limitada al deporte. Resulta notable en el deporte debido a su visibilidad pública y a que se trata de un trabajo físicamente exigente. Solo el mes pasado, la exjugadora de netball del equipo Queensland Firebirds, Romelda Aiken–George, afirmó que no le ofrecieron un contrato para la próxima temporada porque el club la consideró “demasiado riesgosa” (El club niega rotundamente que no le hayan ofrecido un contrato por estar embarazada).

No obstante, incluso en el mundo de los trabajos de oficina que implican traslados en tren en lugar de sesiones de entrenamiento, se están haciendo sacrificios muy similares. Cada vez más mujeres que hombres aceptan trabajos de medio tiempo para evitar llevar a sus hijos a guarderías de tiempo completo, por razones económicas o simplemente porque se sienten culpables. Piden mayor flexibilidad para recoger a sus hijos de la escuela. Deciden no postularse para ese ascenso o no aprovechar la oportunidad de viajar debido a que la carga de organizar el cuidado de los niños para satisfacer esas mayores demandas de tiempo es demasiado.

Las palabras de Williams sobre su decisión tienen un profundo significado para muchas mujeres que equilibran estas múltiples vidas.

“Definitivamente, no quiero volver a estar embarazada como atleta”, dijo. “Necesito estar dos pies dentro del tenis o dos pies fuera”.

Se trata de algo con lo que muchas mujeres han soñado, la oportunidad de dedicarse por completo a sus carreras mientras están trabajando y dedicarse por completo a sus familias fuera de ellas. Sin embargo, estas vidas interfieren entre sí y el hecho de sentirse obligada a elegir es desgarrador. A veces parece que estamos intentando ser demasiadas personas diferentes al mismo tiempo.

El retiro de Williams –y el hecho de que se ha mostrado tan abiertamente resentida por tener que tomar esta decisión– son un duro recordatorio de que, incluso en el año 2022, el momento de las mujeres no suele ser nuestro. Cuando una de las mujeres más exitosas del mundo se ve obligada a elegir entre su familia y su carrera, cuando se trata de una elección que no quiere hacer, resulta inquietante detenerse y considerar lo que eso significa para el progreso que hemos logrado.

“Voy a extrañar esa versión de mí, esa niña que jugaba tenis”, dijo Williams al final de su despedida. Es un sentimiento sencillo, pero que parece sincero. Muchas mujeres tenemos versiones de nosotras mismas enterradas en lo más profundo y que extrañamos todos los días.

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