Florida se tambalea a medida que aumenta el número de muertos por el huracán Ian
Escombros esparcidos en Pine Island Road como consecuencia del huracán Ian en Matlacha, Florida, el 1 de octubre. Foto: Ricardo Arduengo/AFP/Getty Images

Mientras Florida sigue enfrentándose a las devastadoras consecuencias del huracán Ian, la lista de número de muertos del estado aumenta y surgen historias de tragedia y retraso.

Se ha confirmado la muerte de más de 81 personas y se prevé que esa cifra aumente. Los equipos de rescate, que trabajan turnos brutales –a veces de 20 horas–, siguen buscando entre los escombros, y las inundaciones persisten en muchas partes del estado.

Florida ha movilizado más de 5 mil 200 soldados de su guardia nacional. Operando desde aerobotes y helicópteros, estas tropas, los guardacostas estadounidenses y las agencias locales de bomberos, policía y búsqueda y rescate han estado recorriendo las zonas afectadas en busca de supervivientes, a pesar de que sus esfuerzos se han visto retrasados por la falta de electricidad, servicio de telefonía móvil e infraestructura.

Tras dejar una huella de destrucción en Cuba, el huracán Ian tocó tierra en el suroeste de Florida el pasado miércoles, 28 de septiembre, como una potente tormenta de categoría 4. Miles de habitantes de Florida fueron evacuados o se refugiaron en albergues de emergencia.

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Autos sumergidos en el vecindario de Orlovista en Orlando, Florida, después del huracán. Foto: AFP/Getty Images

Ian trajo consigo violentas marejadas ciclónicas y 50 centímetros de lluvia, lo que significa que muchos residentes que creían estar a salvo tras sobrevivir a los vientos de la tormenta tuvieron que enfrentarse posteriormente a aterradoras inundaciones.

“Después de que haya pasado una tormenta, ese periodo de 48 horas ofrece la mayor oportunidad de encontrar supervivientes”, explicó el capitán del departamento de bomberos de Miami, Ignatius Carroll Jr, al periódico New York Times.

Hasta el domingo, más de mil 600 personas habían sido rescatadas, indicó la oficina del gobernador de Florida.

La situación es una “montaña rusa emocional”, comentó el gestor municipal de Naples, Jay Boodheshwar, a la cadena CNN. “Las personas necesitan cuidar su salud emocional y mental, porque realmente tendremos que trabajar juntos en esto”.

El ambiente de tensión en Florida se ha visto acrecentado por los debates sobre si las autoridades locales se habían preparado lo suficiente para afrontar la tormenta o si habían reaccionado con la suficiente rapidez cuando esta se dirigió a la costa occidental del estado.

Por ejemplo, el condado de Lee, que se ha visto particularmente afectado, no emitió una orden de evacuación hasta menos de 24 horas antes de que Ian tocara tierra. Las autoridades del condado habían pensado en un principio que la zona evitaría la trayectoria directa de la tormenta.

El comisionado del condado, Kevin Ruane, ha defendido la gestión del gobierno local respecto a la orden. “En cuanto vimos que el modelo cambió de rumbo hacia el noreste, hicimos exactamente lo que pudimos para alentar (la evacuación)”, indicó Ruane el domingo. Dijo que algunos residentes se volvieron “autocomplacientes” y no buscaron refugios.

Los trabajadores encargados de reparar las líneas de electricidad están trabajando sin descanso para restablecer la electricidad en los cientos de miles de hogares que no tienen servicio. Un funcionario de la empresa de servicios públicos ha señalado que podrían pasar semanas o meses antes de que algunas partes del estado vuelvan a estar conectadas a la red.

El 98% de la infraestructura eléctrica de Cape Coral quedó “destruida”, indicó el jefe de bomberos y director de gestión de emergencias de la ciudad a la cadena CNN. También hay más de 100 avisos de agua hirviendo en todo el estado de Florida, según informó el departamento de salud del estado.

Si se adapta a la inflación, es posible que Ian sea la segunda tormenta más costosa que haya afectado a Florida, después de Andrew en 1992. Una empresa de investigación, CoreLogic, ha calculado que la tormenta ocasionará hasta 47 mil millones de dólares en pérdidas aseguradas, entre 22 mil y 32 mil millones de dólares en daños por el viento y entre 6 mil y 15 mil millones de dólares en daños por inundaciones.

“El huracán Ian cambiará para siempre el sector inmobiliario y la infraestructura urbana”, afirmó el vicepresidente asociado de la empresa, Tom Larsen, en un comunicado de prensa. “Las aseguradoras se declararán en quiebra, los propietarios de viviendas se verán obligados a caer en la morosidad y los seguros se volverán menos accesibles”.

La tormenta fue particularmente devastadora en las islas barrera ubicadas en el suroeste de Florida. Ian destruyó la calzada que conectaba la isla Sanibel con el territorio continental, dejando a los residentes sin suministros ni ayuda inmediatos.

Los bomberos y agentes de policía locales también han expresado su inquietud ante la posibilidad de que se produzcan saqueos o actos de violencia, aunque hasta el momento no se han producido incidentes significativos de anarquía.

“Después de tres o cuatro días, las personas se sienten frustradas, exasperadas”, dijo Vincent Pangallo, miembro de un equipo de rescate que trabaja en Fort Myers Beach, al periódico New York Times. “Creen que se supone que volverá la electricidad”.

Pangallo añadió: “Se inquietan. Y empiezan a ir a ver qué pueden conseguir de su vecino porque su vecino no está. Y lo siguiente que se sabe es que comienzan los saqueos”.

“No hagan turismo de catástrofes”, indicó el director de la división de gestión de emergencias de Florida, Kevin Guthrie, el lunes. “Todo aquel que vaya a una zona solo para ver los daños tiene que marcharse”.

El presidente estadounidense Joe Biden y la primera dama Jill Biden visitarán Puerto Rico y Florida esta semana para mostrar el apoyo de la Casa Blanca. Los Biden llegarán a Florida el miércoles.

Los científicos del clima han llegado a la conclusión de que el calentamiento global ha fortalecido las tormentas, las cuales se nutren de las aguas cálidas del océano. Desde 1980 se ha registrado un número cada vez mayor de potentes tormentas de categoría 4 y 5, informó el periódico New York Times.

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