EU y México piden despliegue internacional para acabar con el dominio de las pandillas en Haití
Personas desplazadas por la violencia de pandillas en Cité Soleil se refugian en la plaza Hugo Chávez en Puerto Príncipe el 16 de octubre. Foto: Ricardo Arduengo/Reuters

Estados Unidos y México han propuesto el despliegue de una fuerza multinacional en Haití para ayudar a poner fin al dominio de las pandillas sobre la distribución de combustible, agua y otros bienes básicos.

Al presentar una resolución en una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU el lunes, la enviada de Estados Unidos a la ONU, Linda Thomas-Greenfield, pidió “una misión limitada y cuidadosamente definida, no perteneciente a la ONU, dirigida por un país socio que tenga la profunda y necesaria experiencia”.

Se adelantó la sesión del Consejo al viernes, en vista de las pésimas condiciones, ya que el principal puerto y la terminal de combustible están bloqueados por pandillas, y hay una hambruna generalizada y un brote de cólera. Mientras se convocaba la sesión se produjeron manifestaciones en todo Haití, pidiendo la renuncia del primer ministro, Ariel Henry. Las negociaciones con los grupos de la oposición para resolver la crisis han llegado a un estancamiento.

Thomas-Greenfield indicó que el objetivo de la fuerza sería “mejorar la situación de seguridad en el terreno para que la entrega de la ayuda que se necesita desesperadamente pueda llegar a las personas necesitadas y hacer frente a la actual crisis del cólera”.

No se trataría de una fuerza de la ONU integrada por las Fuerzas de Paz, sino de una resolución de Estados Unidos y México, que contaría con el respaldo del Consejo de Seguridad y que le otorgaría autoridad para usar la fuerza en caso de ser necesario, en virtud del Capítulo VII de la Carta de la ONU.

Se desconocía si Estados Unidos estaba preparado para enviar tropas como parte de la fuerza, o si se limitaría a proporcionar financiamiento y apoyo logístico, como lo hizo Washington con la misión de mantenimiento de la paz de la ONU, MINUSTAH.

Thomas-Greenfield señaló que Estados Unidos “considerará los medios más eficaces para apoyar, habilitar y dotar de recursos de forma directa” y que “dependerá del apoyo de los Estados miembros de la ONU y este proyecto de resolución pide explícitamente contribuciones de personal, equipos y otros recursos”.

El embajador adjunto de China, Geng Shuang, cuestionó si el pueblo haitiano recibiría favorablemente una fuerza extranjera o si esta se enfrentaría a la resistencia de los grupos de la oposición.

“En un momento en que el gobierno haitiano carece de legitimidad y es incapaz de gobernar, ¿el envío de una fuerza de acción inmediata de este tipo a Haití recibirá la comprensión, el apoyo y la cooperación de las partes en Haití, o se enfrentará a la resistencia o incluso desencadenará una confrontación violenta por parte de la población?” preguntó Geng.

Dmitriy Polyanskiy, representante permanente adjunto de Rusia, también planteó la preocupación de que una fuerza extranjera pueda enfrentarse a la resistencia popular.

“Muchos grupos de la oposición piden que no se permita ninguna intervención extranjera y hacen referencia, por decirlo en términos moderados, a una experiencia no muy exitosa con la injerencia extranjera en los asuntos del país”, dijo Polyanskiy.

Estados Unidos y México presentaron una segunda resolución que impondría sanciones selectivas a los líderes de las pandillas, como Jimmy Chérizier, un expolicía conocido como “Barbecue”, que lidera una alianza de pandillas llamada G9 y Familia.

Las pandillas han cerrado el puerto de Puerto Príncipe, incluida la principal terminal de combustible del país. La ONU ha advertido que casi 5 millones de haitianos se enfrentan a una hambruna grave, con 19 mil personas en condiciones de hambruna catastrófica.

El 7 de octubre, el gobierno haitiano solicitó el despliegue inmediato de una “fuerza internacional especializada” para apoyar a la policía haitiana, que está superada en armamento y personal, con el fin de permitir la distribución de combustible, agua y otras necesidades básicas.

En la sesión del Consejo de Seguridad se estaban considerando las opciones presentadas por el secretario general de la ONU, António Guterres, sobre cómo responder, entre las que figuran una fuerza especial multinacional de asesores policiales, o una fuerza especial compuesta por unidades policiales especiales para que lleven a cabo operaciones de seguridad como apoyo a la policía de Haití.

Otras opciones incluyen el aumento del apoyo de la ONU a la policía haitiana, programas bilaterales de entrenamiento policial y mayores esfuerzos para detener el flujo de armas que llega a las pandillas.

Estados Unidos ha desplegado un buque de la guardia costera para patrullar la costa haitiana y, junto con Canadá, entregó el domingo a la policía haitiana una remesa de equipos, incluidos vehículos blindados, que se había retrasado mucho.

Richard Gowan, director de la ONU para el grupo internacional de crisis, indicó que lo más probable es que cualquier fuerza enviada a Haití cuente con la participación sustancial de Estados Unidos y parte de Canadá.

“A fin de cuentas, si un gobierno de Haití lo ha solicitado, si México y Brasil dicen que quieren esto, China difícilmente puede bloquearlo”, indicó Gowan. “Los rusos podrían utilizar el veto para avergonzar a Estados Unidos, pero si Washington desea enviar una pequeña fuerza, al final lo hará. Así que Rusia probablemente solo perdería reputación al usar su veto en un asunto como este”.

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