¿Rishi Sunak reconstruirá la agenda verde destrozada por Liz Truss?
Rishi Sunak en la COP26, donde se comprometió a convertir al Reino Unido en el centro financiero verde del mundo. Foto: Alberto Pezzali/AP

El hecho de que algunos grupos ecologistas y parlamentarios conservadores verdes acojan con satisfacción la perspectiva de que Rishi Sunak sea primer ministro quizás demuestre hasta qué punto se ha desplazado la ventana de Overton en las últimas semanas.

Sunak nunca ha sido considerado como un miembro plenamente comprometido con la agenda verde, e incluso sus aliados admiten que consideró los “costos más que los beneficios” de la acción medioambiental cuando fue canciller. Pero después de poco más de un mes de gobierno de Liz Truss, muchos consideran que el gobierno de Sunak es un grato alivio.

Bajo el mandato de Truss, se destruyeron años de buenas relaciones con grupos como RSPB, Wildlife Trusts y National Trust, se provocaron luchas internas entre los conservadores por su insistencia en la fracturación hidráulica, y sus primeras acciones en el poder incluyeron el intento de prohibir la energía solar en la mayor parte de las tierras de cultivo de Inglaterra y el debilitamiento de las protecciones medioambientales incluidas en el proyecto de ley de la Unión Europea, las zonas de inversión y el retroceso en el programa de pagos a la agricultura respetuosa con la naturaleza.

Shaun Spiers, director ejecutivo del centro de estudios medioambientales Green Alliance, comentó: “Sunak dijo que quería atenerse al programa de 2019, que era bastante bueno en este aspecto, y que Liz Truss quería desecharlo”.

Spiers espera que un nuevo gobierno pueda sanar las relaciones con los grupos ecologistas: “Necesitamos un secretario de Estado en DEFRA (Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales) que pueda exigir respeto, quizás George Eustice o Tracey Crouch. Después de que cinco años de muy buenas relaciones entre los grupos ecologistas y DEFRA fueran tirados por la borda en seis semanas, sería bueno que pudieran reconstruirse”.

Los conservadores verdes también apoyaron a Sunak. Philip Dunne, presidente del Comité de Auditoría Medioambiental en el Parlamento, es un poco rebelde en materia de medio ambiente y ha puesto en aprietos a sus colegas por los vertidos de aguas negras en los canales de Inglaterra.

Cree que Sunak escuchó a sus colegas más ecologistas: “En la campaña electoral del verano, cuando hubo muchos candidatos, organizamos una campaña de la red conservadora de medio ambiente para cada uno de ellos y todos hicieron sus propuestas medioambientales. Él fue directo al decir que cree en la Gran Bretaña de cero neto, que tiene una propuesta específica para aislar las casas con mayor rapidez y que es muy fuerte en cuanto a la naturaleza”.

“Me convenció que forma parte del amplio consenso en el Partido Conservador de que tenemos que dejar el medio ambiente en mejor estado del que lo hemos dejado”.

Los colegas ecologistas del excanciller le piden que demuestre su compromiso con la causa eliminando, o al menos reformulando, el proyecto de ley de la Unión Europea que Jacob Rees-Mogg ha retenido, el cual eliminaría cientos de leyes de protección del medio ambiente.

Dunne comentó: “El tema de la legislación de la Unión Europea tiene potencial para ser significativamente perjudicial, estoy seguro de que lo analizará muy cuidadosamente”.

Aquellos que sirvieron bajo el mandato de Boris Johnson y que creen en las medidas medioambientales del programa de 2019 piensan que Sunak cumplirá con las promesas hechas en dicho programa.

Rebecca Pow, exministra de Medio Ambiente que renunció tras el escándalo del Partygate, dijo: “Siempre he sabido que Rishi entiende perfectamente la cuestión… Apoyó las conclusiones del informe Dasgupta (sobre la economía de la biodiversidad) y después encargó nuevos estudios para averiguar cuáles son exactamente nuestros activos naturales”.

“También fue la persona de la COP26 que se comprometió a convertirnos en el centro financiero verde del mundo … Si se convierte en primer ministro, (los bancos y las empresas) tendrán la certeza de que todas las leyes medioambientales que acabamos de aprobar seguirán adelante”.

Un exministro, que no quiso ser identificado, comentó: “Él seguiría a grandes rasgos el programa de 2019 y definitivamente mantendría ELMS (las subvenciones a la agricultura respetuosa con la naturaleza), por lo que estaría mucho más cerca del régimen de Johnson que el de Truss”.

Puede que sea una exigencia baja para un primer ministro, pero muchos dicen que Sunak escucha a los expertos y se atiene a la evidencia. “Creo que todo su enfoque sería menos ideológico y tiene una gran capacidad para captar y comprender rápidamente los detalles complejos”, comentó el exministro.

Victoria Prentis, que fue ministra de Agricultura en DEFRA bajo el gobierno de Johnson y que ahora es ministra del Ministerio de Trabajo y Pensiones, indicó que Sunak escuchó a los apasionados del medio ambiente, incluidas sus hijas, y que “realmente entiende la agricultura”.

Sin embargo, es cierto que Sunak nunca ha sido un ecologista apasionado. Siempre ha votado en consonancia con su partido en materia de medio ambiente –es decir, mayoritariamente en contra de las medidas destinadas a evitar el colapso climático– y nunca se ha sentido lo suficientemente fuerte como para rebelarse. No obstante, votó a favor de una mayor regulación en materia de fracturación hidráulica en 2015.

Craig Bennett, director ejecutivo de Wildlife Trusts, espera que los grupos ecologistas tengan una mejor relación con Sunak que la que tuvieron con Truss.

“Desde un principio Liz Truss lanzó este ataque contra la naturaleza, tendremos que ver lo que hace Rishi Sunak, pero parece estar un poco más abierto a la evidencia, a la razón y a la lógica”, señaló.

No obstante, Truss creó mucho trabajo como para que Sunak recupere las credenciales ecológicas que alguna vez tuvo el Partido Conservador.

Bennett comentó: “Lo primero que debería hacer es eliminar la derogación del proyecto de ley de la Unión Europea retenido que, por supuesto, amenaza al menos 570 piezas de la legislación medioambiental”.

“En segundo lugar, debería descartar las propuestas de zonas de inversión, son un acta de contaminadores que establece una carrera hacia el fondo para las ciudades en el Reino Unido, una competencia de quién puede tener los peores estándares ambientales”.

“En tercer lugar, debería llevar a cabo la transición agrícola, tal como se prometió en el programa de 2019, recompensando generosamente a los agricultores por su contribución a la naturaleza. También debería volver a imponer la prohibición de la fracturación hidráulica, ya que es una total mentira que vaya a hacer algo por la seguridad energética. En su lugar, debería liberar la inversión para el aislamiento en el Reino Unido”.

Otro motivo de preocupación es que Sunak cuenta con el apoyo de diputados escépticos sobre el cambio climático, entre ellos Kemi Badenoch, quien calificó el objetivo de cero neto como “desarme económico unilateral”, y Steve Baker, fundador del Net Zero Scrutiny Group de parlamentarios conservadores.

Baker, cuando se le preguntó si Sunak sería bueno para el medio ambiente como primer ministro, respondió de forma astuta: “Será increíble en todo”.

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