Primeras lecciones de las elecciones intermedias de EU, mientras se siguen contando los votos
El control del Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos sigue siendo incierto la mañana siguiente a la jornada electoral. Foto: Samuel Corum/Getty Images

El simple hecho de que existan tantas incógnitas en la mañana siguiente a la jornada electoral es señal de que la noche no transcurrió como muchos esperaban. Los republicanos aún no han tomado el control del Senado ni de la Cámara de Representantes y, si lo hacen, no será por un gran margen. El resultado final no será la victoria aplastante de los republicanos que los demócratas temían ni la gran sorpresa que los demócratas esperaban. Sin embargo, no habrá mucho tiempo para la conmiseración o la celebración. Ambos partidos tendrán que reagruparse rápidamente de cara a las elecciones presidenciales de 2024 y evaluar las lecciones aprendidas de estas elecciones intermedias. Estas son algunas de las lecciones que ya quedaron claras el miércoles:

Elige bien a tus amigos. A los candidatos que apostaron por el poder de la asociación con el presidente Trump no les fue bien. JD Vance, el candidato apoyado por Trump en Ohio, ganó su elección, pero fue uno de los pocos que lo logró. En Michigan, la elección de Trump, Tudor Dixon, perdió, mientras que en Pensilvania, los candidatos republicanos que contaban con el apoyo de Trump perdieron tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Y en Florida, el gobernador Ron DeSantis ganó por un amplio margen manteniendo su distancia con Trump, que recientemente lo apodó “Ron DeSanctimonious”.

Cuando se enfrentaron a candidatos que no les gustaban, en lugar de aguantar, los votantes estuvieron dispuestos a dividir su boleta. Esto ocurrió en Georgia, donde el candidato al Senado de un tercer partido, Chase Oliver, logró obtener el 2% de los votos, lo que hace probable que se lleve a cabo una segunda vuelta el 6 de diciembre entre el senador demócrata Raphael Warnock y el contrincante republicano Herschel Walker, ya que necesitan el 50% de los votos para ser un claro ganador.

No hay que quitarle los derechos a las personas. Wisconsin es un ejemplo de la forma en que la política nacional puede desarrollarse a nivel regional. En lugares como Nueva York, donde es mucho menos probable que los votantes teman perder el acceso al aborto, la cuestión sigue siendo ideológicamente poderosa pero menos persuasiva a nivel práctico. No obstante, en Wisconsin, una prohibición de 173 años entró en vigor en junio y, desde entonces, el acceso al aborto se ha visto gravemente limitado en el estado.

En ese lugar, los demócratas obtuvieron una reñida victoria gracias a una campaña que hizo hincapié en la importancia del derecho al aborto en el estado. En las semanas previas a las elecciones, el registro de votantes entre las mujeres aumentó considerablemente y las encuestas sugerían que los jóvenes iban a participar en cifras récord.

Los partidos tienen un aspecto diferente en comparación con hace cuatro años. Se produjeron algunas victorias históricas para grupos subrepresentados. En Maryland, Wes Moore se convirtió en el primer gobernador afroamericano del estado. Maxwell Frost, un conductor de Uber de medio tiempo de 25 años y representante demócrata en Florida, se convirtió en el primer miembro de la generación Z en llegar al Congreso. James Roesener fue elegido para la legislatura de New Hampshire, convirtiéndose en el primer hombre abiertamente transgénero que gana en unas elecciones legislativas estatales y Maura Healey de Massachusetts se convirtió en la primera gobernadora abiertamente lesbiana del país.

No son solo los demócratas. Los republicanos contaron con muchos candidatos pertenecientes a minorías, tanto para la Cámara de Representantes como para el Senado, como parte de la estrategia a largo plazo del partido para asegurar una base de votos más sustentable. Y parece estar funcionando. A principios de esta semana, una encuesta realizada por el periódico Wall Street Journal reveló que los votantes afroamericanos e hispanos preferían a los candidatos republicanos en mayor número.

Los votantes también son consumidores. Durante meses, las encuestas mostraron constantemente que la economía era una de las principales preocupaciones de los votantes, muchos de ellos se han visto afectados por los altos precios en lo que respecta a la renta, las hipotecas, la gasolina y los alimentos (en resumen, casi todo). Las encuestas de salida sugieren que la economía siguió predominando en la jornada electoral, con casi un tercio de los votantes indicando que la inflación condicionó su voto para la Cámara de Representantes más que cualquier otra cuestión.

Con unas predicciones económicas poco alentadoras para los próximos meses, e incluso posiblemente años, los demócratas tendrán que trabajar arduamente para perfeccionar su mensaje económico de cara a las elecciones presidenciales de 2024. Pero por el momento, muchos simplemente respirarán aliviados por el hecho de que no se materializó la ola roja.

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