Evo Morales es vetado de Perú mientras se culpa a intereses extranjeros de las protestas mortales
Evo Morales en La Paz en 2021. Morales y otros ocho bolivianos fueron acusados el lunes de llevar a cabo actividades políticas en el país. Foto: David Mercado/Reuters

Perú prohibió la entrada al país al expresidente boliviano Evo Morales, al acusar a intereses extranjeros de provocar protestas mortíferas en apoyo del encarcelado expresidente Pedro Castillo.

Perú ha vivido varias semanas de violentos disturbios tras la destitución el mes pasado de Castillo, quien fue detenido el 7 de diciembre después de que intentara disolver el Congreso con la pretensión de evitar su juicio político.

El martes, las fuerzas de seguridad mataron a otros 17 manifestantes, lo cual eleva a casi 40 el número de muertos.
Morales ha manifestado abiertamente su apoyo a Castillo, otro izquierdista que adquirió notoriedad a través de organizaciones campesinas, y denunció su detención como ilícita, tanto en Twitter como en sus viajes a Perú.

En un comunicado emitido por el nuevo gobierno de Perú, encabezado por la presidenta Dina Boluarte, Morales y otras ocho personas de nacionalidad boliviana fueron acusadas el lunes de llevar a cabo actividades políticas en el país, violando las leyes de inmigración.

Morales, no obstante, ha calificado los acontecimientos ocurridos en Perú como el último de una serie de “golpes” perpetrados por fuerzas de derecha en todo el continente, incluida la reciente condena por corrupción de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, y su propia destitución en 2019, cuando renunció tras unas elecciones impugnadas, protestas masivas de la oposición y la sugerencia del ejército de que lo hiciera.

Algunos gobiernos de izquierda, incluidos los de Bolivia, México, Argentina y Colombia, también criticaron la detención de Castillo y pidieron su restitución.

Morales respondió a la prohibición de viajar al país en Twitter, señalando que con ella se pretendía distraer la atención de “los abusos contra los derechos humanos que se cometen contra nuestros hermanos peruanos”.

No es la primera vez que Morales suscita polémica por sus actividades en el sur de Perú, que tanto él como sus exministros acostumbraron a visitar tras la llegada de Castillo al poder en julio de 2021.

En la región de Perú que limita con Bolivia y que también se encuentra junto al lago Titicaca, gran parte de la población es indígena y de lengua aymara o quechua. En algunos aspectos guarda más similitudes con el altiplano boliviano adyacente que con zonas urbanas como Lima, la capital peruana.

De la misma manera que Morales sigue siendo una figura influyente entre las organizaciones campesinas de Bolivia, también lo es en estas zonas de Perú.

Mientras Castillo estuvo en el poder, Morales realizó varios viajes a Cusco, la antigua capital del imperio inca, aparentemente para promover Runasur, una nueva organización de movimientos sociales latinoamericanos que creó recientemente.

En diciembre de 2021 estaba previsto que se realizara una reunión de Runasur en la ciudad de Cusco, con Morales como invitado especial.

Sin embargo, el evento fue suspendido en medio de una creciente ola de infecciones por coronavirus, y después de que Morales fuera declarado persona non grata por el Congreso de Perú debido a su supuesta interferencia política.

En los últimos días, los políticos peruanos volvieron a acusar a Morales de utilizar Runasur para promover el separatismo en el sur de Perú.

Las últimas protestas mortíferas ocurrieron en Juliaca, ciudad situada a orillas del lago Titicaca. Los manifestantes exigen la renuncia de Boluarte, la liberación de Castillo y el cierre del Congreso.

En referencia a ellos en un tuit, Morales escribió: “El Perú profundo ha despertado”.

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