¿Demasiadas velas aromáticas? Así influyen los olores en la calidad del aire en tu hogar
Las velas aromáticas pueden refrescar el olor de una habitación, pero la ley no obliga a revelar las sustancias químicas utilizadas en su fabricación. Foto: knape/Getty Images/iStockphoto

No hay nada malo en querer que tu hogar huela bien y fresco, y desde las velas hasta los difusores, no hay escasez de productos para perfumar el hogar que te ayuden a lograrlo.

Sin embargo, la presencia desenfrenada de fragancias en el aire interior puede afectar drásticamente la calidad del aire y acarrear una serie de problemas potenciales.

La calidad del aire interior es una preocupación constante

Los habitantes de los países de altos y medianos ingresos pasan entre el 85 y el 90% de su tiempo en espacios cerrados. Una persona promedio inhala hasta 20 mil litros de aire al día, y la exposición a contaminantes atmosféricos en el aire estancado en interiores puede plantear riesgos para nuestra salud y bienestar, provocando síntomas como irritación de ojos, problemas respiratorios e incluso dolores de cabeza.

Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), los niveles de contaminantes del aire interior son habitualmente más de tres veces superiores a los del exterior. Las fuentes de la contaminación interior pueden ser muchas: la cocina, la calefacción y los productos de limpieza perfumados, así como los productos que utilizamos para desodorizar nuestros espacios vitales o de trabajo: velas, difusores, sprays ambientales, geles, perlas y otros productos.

El único objetivo de las fragancias domésticas es hacer que el aire huela bien. Esto significa que estamos liberando de forma intencional una mezcla de sustancias químicas en un ambiente interior y reduciendo potencialmente la calidad del aire interior.

Conoce los Compuestos Orgánicos Volátiles (COV)

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Los aromatizantes ambientales emiten más de 100 sustancias químicas diferentes pero, legalmente, no es obligatorio revelar las sustancias químicas utilizadas en estos productos. Foto: George Mdivanian/Alamy

Los aromatizantes ambientales emiten más de 100 sustancias químicas diferentes, entre ellas los compuestos orgánicos volátiles (COV). Se trata de sustancias químicas transportadas por el aire que incluyen una amplia variedad de compuestos orgánicos: terpenos como el limoneno (olor a limón), el alfa-pineno (olor a pino) y el beta-pineno; solventes como el etanol, el formaldehído, el benceno, el tolueno y el xileno; y muchos otros compuestos.

Estos COV reaccionarán con el ozono y otros oxidantes de interior y generarán una serie de productos de oxidación, que son moléculas potencialmente tóxicas. El nivel de exposición y la concentración determinan la toxicidad potencial.

Las fragancias y el ozono también pueden generar contaminantes como el formaldehído, el acetaldehído y los radicales libres, todos ellos clasificados como tóxicos o peligrosos por organismos como la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. El tipo y la cantidad de contaminantes creados por la fragancia de tu hogar dependerán de muchos factores, como el tipo de producto (¿se quema o es un vapor?), su composición (aunque no siempre se conocen los ingredientes) y el propio aire interior.

Todos los tipos de aromatizantes ambientales producen emisiones elevadas de compuestos orgánicos volátiles en algunos espacios. Según los informes, la forma en que los aromas se liberan en el espacio es menos importante en lo que respecta a las emisiones que la composición del aroma en cuestión. Sin embargo, desde el punto de vista legal, no es obligatorio revelar los productos químicos utilizados en los aromatizantes ambientales; los estudios han revelado una gran variación en cuanto a la información que se revela en la etiqueta.

Aparte de los compuestos de fragancia, una fragancia doméstica también puede emitir solventes como etanol, isopropanol, dipropilenglicol y decenas de otros. Los solventes inodoros son especialmente preocupantes, ya que para un consumidor es difícil predecir el impacto y ser consciente de las concentraciones más altas presentes en el aire.

Concretamente, los fabricantes de fragancias pueden utilizar las palabras “fragancia”, “perfume” y “aceite esencial” en su lista de ingredientes sin especificar cuáles son las sustancias químicas que realmente se utilizan para crear la fragancia. Normalmente pueden ser decenas o cientos de sustancias químicas diferentes que no son reveladas.

Lo ‘ecológico’ tampoco es siempre lo mejor

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Puede que las fragancias para el hogar hagan que las habitaciones huelan bien, pero también podrían estar reduciendo la calidad del aire interior. Foto: PhotoAllel/Getty Images/iStockphoto

Aunque los ingredientes figuren en la etiqueta, eso no significa que el producto esté completamente libre de culpa. Por ejemplo, es fácil engañar a los consumidores con etiquetas como “ecológico”, “orgánico” o “natural” en sus productos, lo que también se conoce como “lavado verde”.

Por lo general, no se es consciente de que las fragancias promocionadas como ecológicas u orgánicas liberan en el aire cantidades similares de materiales potencialmente peligrosos que otros productos, ya que no existe ninguna regulación sobre lo que se puede etiquetar como “ecológico”. Por ejemplo, los aceites esenciales son compuestos aromáticos naturales pero –una vez liberados al aire– pueden formar nanopartículas y contaminantes como el formaldehído, un conocido agente cancerígeno.

Mantener la frescura

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No es necesario que tires todas tus velas aromáticas a la basura, pero es muy recomendable usarlas con moderación. Foto: Westend61 GmbH/Alamy

Nuestra exposición a productos perfumados, incluso a niveles bajos, ha sido asociada a diversos efectos adversos para la salud. En un estudio realizado en Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Suecia, se informó que el 32.2% de las personas eran sensibles a las fragancias. En las personas sensibles, las fragancias son un factor de riesgo de asma y dolores de cabeza.

Todo esto no significa que debas tirar tus velas aromáticas a la basura. Sin embargo, es muy aconsejable utilizarlas con moderación si te preocupa la calidad general del aire interior.

Aunque no existe un nivel de exposición seguro a las partículas (como el hollín) y los COV, la combustión moderada de velas de soja, cera de abeja u otras velas sin parafina –junto con una ventilación y filtración adecuadas del aire interior– debería ser considerada segura en general. Dicho esto, eliminar los aromatizantes ambientales, las fragancias y las velas aromáticas probablemente mejorará la calidad del aire interior en general, y también hará que tu espacio vital sea más seguro para tu familia, mascotas y amigos.

Otras medidas que puedes considerar para hacer que tu ambiente interior sea más limpio y saludable son ventilar con frecuencia los espacios, utilizar aspiradoras con filtros Hepa, usar purificadores de aire, rodearte de vegetación y limpiar con regularidad.

Este artículo fue publicado originalmente por The Conversation.

Svetlana Stevanovic es profesora titular de Ingeniería Medioambiental en la Deakin University.

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