Las cámaras chinas dejan a la policía británica vulnerable al espionaje, dice un organismo de control
Cámaras Hikvision. El Reino Unido es uno de los mayores mercados de la empresa china. Foto: Fred Dufour/AFP/Getty Images

La policía británica se está exponiendo al espionaje de Beijing debido a su dependencia de las cámaras de seguridad fabricadas en China, según indica un informe del organismo de control independiente del gobierno en materia de vigilancia.

La mayoría de los cuerpos de policía de Inglaterra y Gales utilizan equipos de cámaras que o bien son fabricados en China o contienen componentes chinos importantes, advirtió el comisionado de biometría y cámaras de seguridad.

Fraser Sampson, comisionado designado públicamente, advirtió que estos equipos representan un problema tanto de seguridad como ético, en un momento en que las tensiones con Beijing ya son altas.

El informe llega un día después de que el primer ministro, Rishi Sunak, advirtiera que los aviones británicos están preparados para derribar globos de vigilancia chinos en caso de que se detecten en el espacio aéreo del Reino Unido. Y el informe es publicado tan solo tres meses después de que el gobierno prohibiera los sistemas chinos de CCTV en las propiedades gubernamentales.

Sampson señaló: “Existen importantes preocupaciones de seguridad en relación con muchas de estas cámaras, tanto en términos de la tecnología que contienen como de lo que ocurre con los datos que proceden de ellas. Si uno compra un sistema de este tipo, tiene que poder confiar en la empresa a la que se lo compra”.

Añadió que el uso de cámaras de fabricación china también plantea cuestiones éticas, ya que algunas se han visto implicadas en ayudar al gobierno chino a vigilar los campos de internamiento de uigures en la provincia de Xinjiang.

Sus comentarios surgieron después de que Sir Alex Younger, exjefe del MI6 (Servicio de Inteligencia Secreto), señalara que el Reino Unido debería “despertar” ante la amenaza que representa China, después de que la semana pasada Washington tomara la decisión de derribar un globo que, según creían las autoridades, llevaba a cabo tareas de vigilancia.

Younger comentó en el programa Today de la cadena BBC que los países occidentales estaban “bajo plena presión del espionaje chino”.

La oficina de Sampson encuestó a los 43 cuerpos de policía de Inglaterra y Gales, preguntándoles sobre la tecnología que utilizan en drones, helicópteros, cámaras corporales, cámaras de tránsito y otros tipos de equipos de vigilancia.

La mayoría de ellos –39– respondieron la encuesta, 24 de ellos indicó que utilizaban cámaras de CCTV dentro de sus edificios fabricadas por una de las cinco empresas que, o son chinas o, según cree la oficina del comisionado, utilizan múltiples piezas chinas.

Dieciocho cuerpos de policía señalaron que utilizaban equipos fabricados por esas empresas en los sistemas de CCTV externos, mientras que 11 indicaron que era el caso en las cámaras de reconocimiento de matrículas.

De las cinco empresas, tres son chinas, una taiwanesa y una estadounidense. Las empresas chinas son Hikvision, Dahua y Huawei.
La empresa taiwanesa es Nuuo, y la estadounidense es Honeywell. Anteriormente se descubrió que las cámaras de Honeywell contenían piezas fabricadas por Huawei, mientras que Sampson indicó que los agentes descubrieron que ocurría lo mismo con las cámaras de Nuuo. Nuuo no respondió la petición de comentarios.

Hikvision, el mayor fabricante mundial de equipos de vigilancia, es el principal proveedor de este tipo de productos de la policía británica.

El Reino Unido es uno de los mayores mercados de Hikvision, sin embargo, la empresa ha sido objeto de escrutinio en los últimos años debido a su papel en el suministro de cámaras para el gobierno chino para su uso en la provincia de Xinjiang. En 2019, fue una de las 28 empresas incluidas en una lista negra comercial de Estados Unidos, ya que funcionarios de Washington la acusaron de estar implicada en “violaciones y abusos de los derechos humanos”.

Al menos dos cuerpos de policía señalaron que utilizaban cámaras Hikvision en sus cámaras corporales, las cuales, advirtió Sampson, podrían ser utilizadas para enviar datos a Beijing.

El informe destaca el riesgo concreto de que los sistemas podrían descargar actualizaciones automáticas de software que les permitirían llevar a cabo labores de vigilancia cuya capacidad no se había anunciado originalmente. Por ejemplo, sería sencillo actualizar a distancia las cámaras de CCTV para que pudieran leer las matrículas de los vehículos.

“Las empresas chinas pueden suministrar fácilmente actualizaciones de sistema a dichas cámaras que les permitirían grabar el video o el audio y descargarlos en servidores chinos”, explicó.

Su informe advierte: “Es evidente que se desconoce en gran medida toda la capacidad de algunas de las tecnologías que poseen algunos de los encuestados, ya sea en el momento de la compra o posteriormente, cuando se descargan las actualizaciones de software”.

Mientras tanto, los datos revelados por el periódico Telegraph el martes descubrieron que dos tercios de los drones con cámara que utiliza la policía británica están fabricados por la empresa china DJI, que también figura en la lista negra de Estados Unidos.
DJI domina el mercado mundial de drones con cámara de uso civil, en parte porque su tecnología tiene un precio muy inferior a la de sus rivales occidentales. No obstante, las autoridades estadounidenses advierten que Beijing podría confiscar la información procedente de ellos sin previo aviso, en virtud de la ley de inteligencia nacional del país. Esta ley establece que las empresas deben “apoyar, ayudar y cooperar” con los servicios de inteligencia del Estado.

El informe de Sampson reveló que 23 de los 31 cuerpos de policía que utilizan drones fabricados por DJI indicaron que eran conscientes de los riesgos que representan los drones, pero que siguen utilizándolos de igual modo.

El informe pedía que se proporcionara mayor orientación a los funcionarios encargados de las adquisiciones sobre las empresas con las que era seguro comprar. Sin embargo, también cuestionaba si dichos funcionarios recabaron suficiente información antes de realizar compras anteriores.

“Es evidente que existen problemas con los procesos de adquisición existentes, si la aplicación estricta de las normas actuales da lugar a que un cuerpo policial adquiera tecnología de un fabricante o proveedor sobre el que existen preocupaciones legítimas de seguridad o éticas”, señala el informe.

Un vocero del gobierno indicó: “El Centro Nacional de Ciberseguridad elaboró nuevas directrices para ayudar a la policía, y a otras organizaciones, a evaluar y adquirir confianza en su cadena de suministro de ciberseguridad”.

“Estamos comprometidos con la promoción del desarrollo y el despliegue éticos de la tecnología en el Reino Unido y en el extranjero. Tenemos conocimiento de varias empresas tecnológicas chinas vinculadas a las violaciones que se están cometiendo en Xinjiang y estamos monitoreando la situación con detenimiento”.

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