Joe Biden, presidente de EU, visita Kiev en una muestra de apoyo a Ucrania

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, visitó la capital ucraniana, Kiev, desafiando las amenazas de ataques rusos con misiles, para anunciar un nuevo paquete de suministros adicionales de armamento estadounidense valorado en 500 millones de dólares (unos 9 mil millones de pesos), mientras Ucrania se prepara para conmemorar el lúgubre aniversario de la invasión rusa a gran escala que inició el año pasado.

El presidente estadounidense, rodeado estrechamente por un gran dispositivo de seguridad, fue escoltado por su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, en un paseo por el centro de Kiev mientras se podían escuchar las sirenas antiaéreas, lo que confirmó los rumores de una visita que circularon durante la mañana.

Biden pudo conocer de primera mano el terror con el que viven los ucranianos desde hace casi un año, ya que las sirenas antiaéreas sonaron sobre la capital cuando él y Zelenski salían de la cúpula dorada de la catedral de San Miguel.

En una publicación en sus redes sociales, Zelenski le dio la bienvenida a Biden a Kiev publicando una fotografía de los dos hombres de pie delante de banderas ucranianas y estadounidenses.

“Joseph Biden, ¡bienvenido a Kiev! Su visita es una señal extremadamente importante de apoyo para todos los ucranianos”, señaló Zelenski en Telegram.

Aunque los presidentes estadounidenses visitaron zonas de conflicto en el pasado –entre ellas Irak y Afganistán–, no es habitual que los presidentes visiten una zona que no esté bajo control aéreo estadounidense, lo cual hace que su viaje se asemeje más a la visita de John F. Kennedy a Berlín en 1963, en el momento más crítico de la Guerra Fría.

Aunque aún se desconocen los detalles concretos de la visita de Biden, se supo que Washington mantuvo “una comunicación básica con los rusos… para garantizar condiciones de menor conflicto” inmediatamente antes de la visita, con el objetivo de evitar un error de juicio peligroso, aunque los funcionarios se mostraron cautelosos respecto al tipo de información que se transmitió. Luciendo una corbata con rayas azules y amarillas –los colores de Ucrania–, Biden fue grabado caminando con Zelenski por la plaza Mikhailovsky y pasando por enfrente del palacio Mariinski, la residencia oficial del presidente ucraniano.

La visita se produjo al tiempo que se revelaba que Biden anunciaría en los próximos días una ayuda militar adicional de 500 millones de dólares (unos 9 mil millones de pesos), que incluiría munición de artillería, sistemas antiblindaje y radares de vigilancia aérea. El momento elegido –antes de un discurso previsto de Vladimir Putin– fue interpretado como una reprimenda deliberada contra el presidente ruso.

En un comunicado emitido por la Casa Blanca, Biden señaló que se encontraba en Kiev para reafirmar el “compromiso inquebrantable e incansable de Estados Unidos con la democracia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”.

“Cuando Putin lanzó su invasión hace casi un año, pensaba que Ucrania era débil y que Occidente estaba dividido”, indicó el comunicado. “Pensó que podría resistir más que nosotros. Pero estaba absolutamente equivocado”.

Hablando posteriormente junto a Zelenski en el palacio Mariinski, Biden recordó los temores de hace casi un año de que las fuerzas de invasión rusas pudieran tomar rápidamente la capital ucraniana.

“Un año después, Kiev sigue en pie”, señaló Biden, moviendo su dedo para enfatizar. “Y Ucrania sigue en pie. La democracia permanece. Los estadounidenses están con ustedes y el mundo está con ustedes”.

Zelenski comentó que él y Biden hablaron sobre “armas de largo alcance y el armamento que se puede seguir suministrando a Ucrania, aunque no se haya suministrado anteriormente”. Sin embargo, no especificó ningún nuevo compromiso.

En medio de fuertes medidas de seguridad, y en una visita que parece haber sido planeada desde hace mucho tiempo, se cerraron al tránsito varias calles importantes y zonas céntricas de la ciudad.

Antes del viaje de Biden a Europa, circulaban rumores de que podría reunirse con Zelenski ya fuera en Varsovia o en la frontera de Polonia con Ucrania.

La visita de Biden a Kiev, casi un año después de que la ciudad quedara casi rodeada por las tropas rusas en los primeros días de la guerra, constituye una fuerte señal de apoyo de Estados Unidos a Ucrania dirigida a Moscú y a la comunidad internacional, entre otras cosas por motivos de seguridad.

Al parecer, en las últimas semanas se agilizó la seria planificación de esta visita altamente sensible. Según Jim La Porta, de la revista Rolling Stone, que tuvo conocimiento de la visita con antelación y a quien se le pidió que la mantuviera en secreto, a Biden le habían presentado una “serie de planes” para este viaje a Ucrania que incluían una reunión entre él y Zelenski en la frontera polaca o en la ciudad ucraniana occidental de Lviv.

Biden, no obstante, al parecer insistió en que debía visitar Kiev, ciudad que se convirtió en símbolo de la resistencia en las primeras semanas de la guerra.

Los combates continúan en el este de Ucrania y Rusia lleva a cabo periódicamente ataques con misiles más allá de las líneas del frente. En Nochevieja y Año Nuevo varios misiles cayeron sobre edificios y casas civiles en Kiev, matando al menos a cinco personas e hiriendo a docenas más. Las sirenas antiaéreas volvieron a sonar en la ciudad en la mañana del lunes.

Se bloquearon varias calles importantes del centro de la ciudad y en imágenes grabadas se vio cómo un largo convoy de miniautobuses y vehículos blindados se adentraba en la zona.

El viaje de Biden se llevó a cabo en un momento en que los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea se reunían en Bruselas para debatir la posibilidad de adquirir conjuntamente municiones para suministrar a Ucrania. “Es la cuestión más urgente.

Si fracasamos en eso, el resultado de la guerra está en peligro”, indicó el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, antes de la reunión.

Politico informó el domingo que el gobierno de Biden estaba presionando a Ucrania para “consolidar sus logros y tal vez lanzar su propio contraataque”, ya que los analistas y funcionarios occidentales señalaron que Rusia era incapaz de lanzar una contraofensiva propia a gran escala o sorpresiva.

Zelenski presionó a favor de una mayor ayuda occidental para acelerar la guerra en la Conferencia de Seguridad de Múnich celebrada el fin de semana, en la que los políticos occidentales expresaron su continuo apoyo a Ucrania, sin embargo, no lograron que el Sur global respaldara la causa. Mientras tanto, Estados Unidos señaló que China podría empezar a suministrar ayuda militar a Rusia. Se dice que Beijing es el único actor externo que puede influir en Moscú y el apoyo militar chino le proporcionaría a Rusia una ventaja significativa.

Biden es el primer presidente estadounidense que visita Ucrania desde la visita de George W. Bush en abril de 2008. Como vicepresidente de Barack Obama, Biden visitaba Ucrania con regularidad, entablando una estrecha relación con el expresidente ucraniano Petro Poroshenko.

“No creo que los rusos estarían sorprendidos”, comentó Tatiana Stanovaya, fundadora de R.Politik, una empresa de análisis político. “Para ellos será otra prueba de que Washington eligió inequívocamente su bando… Es una prueba de ruptura total con Rusia, la confirmación de que ahora Occidente apuesta por la derrota estratégica de Putin”.

La visita de Biden tuvo lugar un día antes del discurso previsto de Putin sobre el estado de la nación, que podría suponer una nueva escalada rusa en la guerra. “Preveo que mañana Putin puede mostrarse extremadamente extremista con Occidente en su discurso anual”, señaló Stanovaya.