Salva la ropa de segunda mano con estos consejos

Resulta difícil precisar el momento en que la ropa de segunda mano se convirtió en algo más que una moda. ¿Fue el año pasado, cuando Love Island colaboró por primera vez con eBay en lugar de hacerlo con sus habituales marcas de moda rápida? Tal vez fue esta semana, cuando Zendaya, Jenna Ortega y Gabrielle Union lucieron vestidos de Versace de más de 20 años de antigüedad en galas de premios, cuando podrían haber elegido entre un montón de diseñadores. O quizás fue cuando la prestigiosa tienda departamental británica Selfridges anunció que la mitad de sus interacciones con los clientes se basarían en la reventa, las reparaciones, la renta o la reposición de productos para el 2030. ¡La mitad!

Para aquellos que llevan muchos años navegando alegremente en eBay y Oxfam, la ropa de segunda mano no es cuestión de alfombras rojas y tendencias. Es una cuestión de necesidad, sentido común y, en ocasiones, diversión. Según la página de reventa Depop, más de la mitad de los británicos de entre 18 y 35 años compran ropa de segunda mano no solo porque reconocen que el consumo excesivo es una de las causas principales de la crisis medioambiental, sino porque pueden conseguir una ganga única por una fracción del precio.

Las tendencias se repiten, por lo que resulta desconcertante que alguien compre un nuevo par de jeans de tiro bajo de los años 2000 cuando se puede comprar el original, muchas veces por menos dinero.

Según GlobalData, el mercado de la ropa de segunda mano creció un 149% entre 2016 y 2022 en el Reino Unido, y se prevé que crezca aún más este año. Todo esto suena excelente, pero ¿qué ocurre cuando tus prendas de punto de Acne están llenas de bolitas y agujeros de polilla, tus Levi’s originales tienen la cremallera rota o tu abrigo vintage con estampado de leopardo apesta a cigarro?

Reparar y renovar la ropa no es algo que nos enseñen a hacer a todos. “Y, sin embargo, pensar en cómo cuidar y valorar la ropa le recuerda a las personas que son un recurso”, comenta Bronwen Jones, artista y reparadora textil afincada en Ámsterdam, que compra principalmente prendas de segunda mano. “La ropa vieja cuenta historias”, explica.

Con esta idea en mente, preguntamos a los expertos cómo renovar y reparar un guardarropa de segunda mano.

¿Cómo lidiar con las bolitas en las prendas de punto?

Primero lo primero: “Corta las bolitas en lugar de jalarlas”, aconseja Thaís Cipolletta, cofundadora del servicio de reparación de alta gama The Restory. El mejor método depende de la fibra y del tamaño del hilo, comenta Layla Sargent, fundadora del servicio de sastrería en línea The Seam. “Una prenda de punto de algodón grueso puede quedar mejor con unas tijeras afiladas de hoja plana, mientras que en el caso de las prendas de punto más finas, los suéteres con bolitas y las fibras de lana, lo mejor son las máquinas quita pelusa eléctricas”, explica. Si eso no funciona, prueba Steamery, una marca que dispone de una auténtica máquina quita bolitas”.

El mayor problema de los pantalones de mezclilla viejos es la ‘entrepierna rota’. ¿Se puede arreglar?

Sí, según dice Michael Pendlebury, alias el Doctor Denim radicado en Manchester, que repara 50 pares a la semana. La entrepierna rota hace referencia a “la parte interior del muslo que se rompe a lo largo de la costura” y Pendlebury sugiere reparar la zona con un parche de mezclilla. “Si lo pegas por dentro, coses demasiado la zona o a veces la zurces con hilo, queda bastante resistente”, comenta.

Sus clientes prefieren reparaciones invisibles en zonas delicadas, por lo que, explica, vale la pena hacer coincidir el color de la mezclilla, utilizando unos jeans viejos. “Nos gusta hacerlo de forma ecológica, especialmente si un par de jeans está demasiado desgastado y lo tirarán de todos modos”. Pendelbury explica que conviene prestar atención a los pequeños agujeros de los jeans cuando uno los compra, ya que no tardan mucho en convertirse en uno grande, “sobre todo si es en una costura”. Es muy probable que esa sea la razón por la que los desecharon en primer lugar.

La razón por la que esto ocurre con tanta frecuencia es sencilla: los skinny jeans. “Los jeans de mujer suelen tener entre un 2 y un 3% de licra para que queden entallados, y los de hombre entre un 1 y un 2%. Cuanta menos licra tenga un par de jeans, menos probabilidades hay de que se rompa en la parte de la entrepierna”, por eso hay que prestar atención a la etiqueta a la hora de comprarlos.

El sastre Han Ates, cuyo estudio de confección Blackhorse Lane Ateliers tiene su sede en la zona londinense de Walthamstow, sugiere arreglar el agujero con un parche colocado por detrás y luego zurcirlo por encima con algodón, utilizando una máquina. Culpa a las bicicletas: “En realidad, se supone que no se debe andar en bici con jeans, ni siquiera con los buenos. El ciclismo desgasta mucho las fibras de la entrepierna”.

¿Compraste un abrigo viejo? No hace falta llevarlo a la tintorería

“Hace 20 años que no llevo nada a la tintorería”, comenta Laura Mountford, una gurú del hogar cuyo nuevo libro, Live Laugh Laundry, considera la limpieza como un acto de mindfulness. “La mayoría de las cosas se pueden lavar en la lavadora. De lo contrario, con algo como un abrigo de lana, un vaporizador para ropa –que también sustituye al planchado– supone un cambio radical y es mucho más asequible”. Cipolletta coincide, ella vaporiza su ropa para “refrescarla”, ya que también elimina bacterias y olores.

Pero sí lava tus jeans

Uno de los mayores mitos sobre la mezclilla es que no se debería lavar. “Quien dijo eso estaba pensando en los chicos de la mina de carbón de hace 140 años, cuando no tenían lavadoras”, comenta Ates.

Probablemente lavarás tus jeans de segunda mano antes de ponértelos por primera vez, pero a partir de entonces “solo lávalos cuando estén (sucios), no cada vez que te los pongas, y a menos que estén realmente sucios (y no solo sudados), elige una temperatura de 30ºC al revés, solo con agua”. También es mejor para el medio ambiente. O mételos en el congelador durante unas horas”, aconseja Cipolletta. “Los renueva sin necesidad de lavarlos”.

¿Y si tu playera vintage huele a cigarro?

La solución preferida de Mountford es el vinagre blanco. Sugiere ponerlo en la sección de suavizante de la lavadora, en lugar del detergente, y lavar la ropa con normalidad. “Es posible que al principio huela a tienda de papas fritas, pero neutralizará el olor”. Mountford también utiliza perlas intensificadoras del aroma, “porque realmente hacen que mi ropa se sienta más fresca durante más tiempo”. Sin embargo, señala, el olor floral es persistente, algo que no le gusta a todo el mundo. “El vinagre no huele a nada y no he encontrado nada que funcione igual de bien”.

¿Y los zapatos que huelen mal?

Intenta poner bolsitas de té en los zapatos. Extraen la humedad de los zapatos, que es lo que atrae a las bacterias. 24 horas deberían bastar. Y no, no las que ya estén usadas.

¿Necesitas una máquina para reparar la mezclilla?

“Puedes arreglar la mezclilla con una máquina de coser, pero es un tejido duro y los tipos más gruesos desgastarán tu máquina con bastante rapidez”, comenta Pendlebury. Si se trata de mezclilla de orillo, que tiene un tejido más cerrado y es más duradero, es posible que necesites una máquina de punto de cadeneta o algo más industrial, aconseja Ates. “Es un tejido grueso”.

La especialista en reparaciones Jessica Smulders-Cohen utiliza un método llamado sashiko en la mezclilla más fina: un tipo de bordado japonés que se emplea como refuerzo decorativo. “Simplemente arreglas el agujero recortando el borde, lo parcheas por detrás con un trozo de tela y después usas puntada corrida por todo el contorno”. Ella utiliza una aguja para jeans, que es extra afilada y tiene una punta gruesa para atravesar la mezclilla.

¿Qué se puede hacer con una maltratada bolsa o chaqueta de piel?

Para empezar, no utilices toallitas desinfectantes sobre la piel, indica Cipolletta. “El alcohol la reseca, lo cual puede provocar que se agriete”. Siempre y cuando la piel no esté demasiado deteriorada, utiliza en su lugar cera de carnauba (el tipo de producto que se encuentra en la grasa para zapatos), que evitará que se siga secando y agrietando.

Si la piel está manchada, envíala a un especialista, comenta Sargent. “El cuero es una piel y, por tanto, es poroso, así que puede que sea necesario eliminar el acabado por completo e igualar el pigmento para garantizar que nunca se sepa que en primer lugar había una mancha”.

¿Y la ropa manchada?

Mountford dejó de usar diversos quitamanchas hace varios años y ahora solo tiene Oxi Powder en su alacena. Los quitamanchas se aprovechan del pánico de las personas, comenta.

“Compras uno porque tienes una mancha de tinta, pero ¿cuántas manchas de tinta experimentarás en realidad?”.

Cuanto más vieja sea la mancha, más difícil será quitarla, por lo que no hay garantías. No obstante, existen algunos trucos sencillos: en el caso de la sangre, aclárala con agua fría, luego mezcla dos partes iguales de bicarbonato de sodio y agua, y después lava. En el caso de los chicles, mete la prenda al congelador y en ocasiones podrás quitarlos mediante una palanca. El desodorante se puede quitar sumergiendo la prenda en vinagre blanco durante una hora, talladola con un cepillo de dientes y lavándola. ¿Vino tinto? Remoja la prenda de nuevo en vinagre blanco, y guarda el vino blanco.

¿Cómo puedo lavar la ropa de segunda mano sin que se desgaste aún más?

“Yo uso bolsas para lavadora para prendas delicadas, pero también para prendas de punto, porque evitan que los tejidos se froten entre sí”, explica Mountford. “En el caso de los pantalones, sube las cremalleras porque si los dientes quedan al descubierto se enganchan con las fibras”. Presta atención también a las etiquetas de cuidado de las prendas.

¿Los pantalones son demasiado grandes?

Tendrás que hacer algo más que desplazar los botones. “Es un error limitarse a desplazar un botón a lo largo de la cintura cuando se quiere cambiar la talla”, comenta Ates. “Es necesario fijarse en la costura trasera entre el glúteo izquierdo y el derecho, que llega hasta la entrepierna. Eso es lo que se tiene que separar y después volver a unir, idealmente mientras la persona lo está usando”.

Nunca intentes teñir chaquetas de mezclilla desteñidas o manchadas

Al igual que el tinte para el cabello, el color que aparece en la caja rara vez es el mismo que el que se obtiene al final. “Si se trata de una marca desteñida, entonces mi consejo es que pongas un parche y lo cosas por encima”, comenta Pendlebury. Simplemente no intentes teñirlo.

“El tinte es impredecible. Nunca he visto que a alguien le salga bien. Además, algunas mezclillas contienen poliéster, un material que rechaza el tinte, y suele estar en las costuras, por lo que puede quedar un poco raro”. No hace falta decir que el tinte también es irreversible. “Te sorprendería saber cuántas personas creen que se puede volver atrás en el tiempo”.

¿Cuál es la solución rápida para un dobladillo deshilachado?

“Cuando se descose un dobladillo es habitual que la tela se deshilache, sobre todo si el material es delicado, como la tela shiffon”, explica Sargent. Primero, deja de usar la prenda. Después, tus opciones son volver a coser el dobladillo (que puedes hacerlo tú mismo) o fusionarlo, lo cual evita que “los hilos delicados se sigan descosiendo”. Esto puede requerir un especialista.

Zurce un agujero de polilla con una naranja o un foco

El zurcido es un poco más complicado que los parches –el parche consiste en coser un trozo de tela sobre el agujero; el zurcido significa que se vuelve a coser el agujero hacia delante y hacia atrás–, pero “en realidad, lo único que se hace es rellenar un agujero”, comenta Smulders-Cohen.

Una seta de zurcir de madera, que sujeta la lana mientras la reparas, resulta útil en zonas curvas como los codos. Pero también puedes usar tu mano si puedes sujetarla con suficiente tensión y el agujero no es demasiado grande. ” De lo contrario, agarra una naranja o un foco, y tendrán la misma superficie curva que la seta”, explica.

“Si el agujero está en una manga, puedes meter un libro pequeño dentro. Debería darte suficiente estructura para empezar a zurcir”.

Presta atención a tu material de zurcido. “Zurcir es la mejor forma de arreglar agujeros en prendas de punto gruesas”, comenta Bronwen Jones. “Y puedes hacerlo mezclando materiales: por ejemplo, zurcir lana con una mezcla de lana y fibras sintéticas aporta cierta resistencia; basta con que te asegures de que tiene el mismo grosor”. También conviene recordar con qué material se zurció la prenda a la hora de lavarla, ya que se puede encoger, añade.

¿Cómo puedes saber si los colores se van a desteñir cuando lavas algo por primera vez?

Quizás la etiqueta se desprendió o se borró, por lo que no sabes de qué está hecha la prenda, o quizás estás lavando una prenda de rayas y no estás seguro de si debes ponerla en una carga clara u oscura. Mountford insiste en utilizar productos que capten el color. “Básicamente es una franela blanca que se introduce en la lavadora y absorbe cualquier color suelto. Antes no eran reutilizables, así que suponían un poco de desperdicio, pero ahora fabrican unos que duran unas 30 lavadas”. Ella recomienda Dr Beckmann Magic Leaves.

Por último, no te preocupes por si tus reparaciones son visibles

Un colorido parche de cachemira en una axila roja puede sonar raro. Pero ese es el encanto de los parches visibles –es decir, de las reparaciones deliberadamente visibles– comenta Smulders-Cohen. Sugiere utilizar telas, sábanas y linos viejos para los parches, el tipo de cosas que de otro modo podrían convertirse en un trapo. “Hacer que las reparaciones sean invisibles es algo casi imposible”, añade. “Yo lo veo como personalizar la ropa en un mundo lleno de prendas producidas de forma masiva”.