‘Imperdonable’ el envenenamiento de niñas: líder supremo de Irán
El ayatola Ali Jamenei reza con un grupo de adolescentes musulmanas en la capital iraní, Teherán, en febrero. Foto: Oficina del Líder Supremo iraní/Zuma Press Wire/Rex/Shutterstock

El líder supremo de Irán calificó el presunto envenenamiento de estudiantes iraníes en los últimos meses como un crimen “imperdonable”, en medio de los indicios de que cientos de alumnas fueron tratadas en el hospital, un número mucho mayor de lo que el régimen admitió anteriormente.

“Las autoridades deberían investigar seriamente la cuestión del envenenamiento de las estudiantes. Se trata de un gran crimen imperdonable… Los perpetradores de este crimen deberían ser castigados severamente”, señaló el ayatola Ali Jamenei. Añadió que no habría amnistía para quienes fueran declarados culpables.

Se trató de su primera reacción pública desde que comenzaron los presuntos envenenamientos hace tres meses.

Las autoridades iraníes solo reconocieron los incidentes en las últimas semanas y no han proporcionado detalles sobre quién puede ser el responsable de los ataques o qué sustancias químicas fueron utilizadas.

El lunes se reveló que las autoridades detuvieron a un periodista radicado en Qom, Ali Pourtabatabaei, que informaba con regularidad sobre los presuntos envenenamientos.

Shahriar Heydari, miembro de la Comisión de Seguridad del parlamento iraní, exigió que el Consejo de Seguridad del país intensificara sus investigaciones sobre lo que calificó como un movimiento organizado.

Según las autoridades iraníes, cientos de niñas de escuelas de al menos 25 de las 31 provincias del país se han visto afectadas desde el primer reporte sobre un presunto ataque con veneno en la ciudad santa de Qom en noviembre.

Algunos políticos sugieren que las jóvenes podrían haber sido atacadas por grupos religiosos extremistas que se oponen a la educación de las niñas, en consonancia con el pensamiento de los talibanes en Afganistán.

Las sospechas de envenenamiento han propagado aún más el miedo entre los padres en los meses de agitación desencadenados por la muerte bajo custodia de Mahsa Amini en septiembre.

Los videos de padres disgustados y estudiantes en salas de urgencias con vías intravenosas en los brazos han inundado las redes sociales. Algunos padres sacaron a sus hijas de la escuela y organizaron protestas contra el régimen.

Por primera vez desde la Revolución Iraní de 1979, las estudiantes se han sumado a las protestas que se desencadenaron tras la muerte de Amini.

Algunos activistas acusaron a la clase dirigente de envenenarlas como venganza.

El lunes hubo reportes de presuntas intoxicaciones que afectaron a 39 estudiantes en Shandarman Masal, a 30 estudiantes en Qochan y a 16 estudiantes y un profesor en Neishabur. Un grupo de estudiantes de una residencia femenina de la ciudad de Mashhad también fue trasladado al hospital, así como un grupo de jóvenes en Kohdasht.

Habib Haibar, vicerrector de la Universidad de Ciencias Médicas Ahvaz Jundishapur, señaló que solo en los hospitales de Juzestán habían sido tratadas mil 104 alumnas por síntomas vinculados a posibles ataques de envenenamiento.

A diferencia del vecino Afganistán, Irán no tiene antecedentes de extremistas religiosos que atenten contra la educación de las mujeres y las niñas. Incluso en el momento más crítico de la revolución de 1979, las mujeres y las niñas siguieron asistiendo a las escuelas y universidades.

En la sociedad iraní abundan las teorías sobre la causa de los incidentes, que abarcan desde que las niñas poseen un sentido del olfato agudizado, hasta una paranoia colectiva, obra de los servicios de inteligencia de Israel o de fanáticos reaccionarios.

La polémica se vio agravada por los intentos de algunos políticos de mentalidad conservadora del parlamento de oponerse a la celebración de cualquier debate.

Irán impuso estrictas restricciones a los medios de comunicación independientes desde que se desencadenaron las protestas a escala nacional en septiembre, lo cual dificulta la tarea de determinar la naturaleza y el alcance de los incidentes.

Al parecer, las niñas afectadas se han quejado de sufrir dolores de cabeza, palpitaciones, sensación de letargo o incapacidad para moverse. Algunas describen olores a mandarinas, cloro o productos de limpieza.

La Organización Mundial de la Salud documentó un fenómeno similar en Afganistán entre 2009 y 2012, cuando cientos de niñas de todo el país se quejaron de olores extraños y envenenamiento. No se encontraron pruebas que respaldaran estas sospechas y la OMS indicó que parecía tratarse de “enfermedades psicogénicas masivas”.

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