Se suman militares a protestas contra el gobierno de Israel
Los pilotos de cazas F-15I dijeron que no participarían en un ejercicio de entrenamiento a finales de esta semana. Foto: Stocktrek Images, Inc./Alamy

Un número cada vez mayor de reservistas militares de Israel, entre ellos miembros del escuadrón más importante de sus fuerzas aéreas, se niegan a acudir al servicio, una medida sin precedentes que se produce en el marco del movimiento de protesta contra el nuevo gobierno de extrema derecha del país.

En un anuncio realizado el domingo, todos menos tres de los 40 pilotos reservistas del escuadrón de élite 69 de Israel indicaron que no participarían en un ejercicio de entrenamiento que se llevaría a cabo a finales de esta semana y que, en su lugar, participarían en las protestas públicas generalizadas, alegando que no estaban dispuestos a servir a un “régimen dictatorial”.

Los pilotos de los cazas F-15I son un escuadrón de importancia estratégica capaz de volar misiones de largo alcance, lo cual suscita dudas inmediatas sobre la competencia operativa de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF). Al parecer, a los funcionarios de seguridad también les preocupan las negativas a acatar órdenes y la insubordinación existente en las filas de los soldados en servicio, a medida que crece en amplios sectores de la sociedad israelí la oposición a los planes del primer ministro, Benjamín Netanyahu, de limitar los poderes judiciales.

Los jefes del ejército y de las fuerzas aéreas de Israel tenían previsto reunirse el martes con los pilotos de reserva –que habitualmente desempeñan funciones operativas– a raíz de la amenaza de que no asistirían a los entrenamientos.

Mientras tanto, El Al, la aerolínea nacional, se vio obligada a aclarar que se llevaría cabo el vuelo programado para trasladar a Netanyahu a Italia para una visita de Estado a finales de esta semana tal como estaba previsto, después de que se informara que miembros de la tripulación se habían negado a formar parte del personal del vuelo.

“Para mí es inimaginable que alguna vez llegara a hacer algo así. Estuve 31 años en las fuerzas aéreas: 16 de ellos bajo el mandato de Netanyahu, aunque nunca voté por él”, comentó Omer Denk, un navegante de aviones de combate F-15 de 51 años que se retiró del servicio activo en 2022.

“Esto no se trata de políticas. Se trata de una crisis de confianza en unos dirigentes que quieren destruir a Israel como democracia liberal”.

Entre las propuestas presentadas por los miembros más radicales de la coalición gobernante de Netanyahu se encuentran proyectos de ley que permitirían que los políticos designaran a todos los jueces de la Corte Suprema, y una cláusula de anulación que implicaría que una mayoría parlamentaria simple pudiera invalidar las sentencias de la Corte. Los cambios probablemente ayudarían al primer ministro a evitar ser procesado en su juicio por corrupción, en el que niega todos los cargos.

Los defensores de los cambios señalan que son necesarios para contrarrestar el sesgo izquierdista que se percibe en las decisiones de la Corte, mientras que los críticos indican que dichos cambios conducirán a retrocesos democráticos como los que se han observado en Hungría y Turquía.

La reforma prevista provocó el mayor movimiento de protesta de la historia de Israel, en el que cientos de miles de personas se manifestaron en las ciudades durante los dos últimos meses. Las protestas se volvieron violentas la semana pasada, y la policía desplegó granadas aturdidoras y cañones de agua.

Sectores que normalmente nunca se involucrarían en la política, como los economistas, el próspero sector de la alta tecnología de Israel y exaltos mandos militares y de los servicios de inteligencia, manifestaron su oposición a los planes judiciales.

“Cuando el gobierno nos llama anarquistas y agitadores no sirve de nada… la gente que está en las calles, algunos de nosotros cargamos con el Estado sobre nuestros hombros. No creo que los dirigentes comprendan cuán grave es la crisis”, señaló Denk.

En un discurso pronunciado en una ceremonia con motivo de la festividad judía de Purim en la noche del lunes, Netanyahu calificó el juramento de los reservistas de no presentarse al servicio como inaceptable y una amenaza “existencial”. Durante el fin de semana, publicó una fotografía de su cartilla militar en las redes sociales, junto con el texto: “Cuando nos llaman a filas, siempre nos presentamos. Somos una nación”.

Los reservistas son una parte importante del ejército israelí, y suelen ser llamados a filas hasta 60 días al año, incluso en tiempos de paz. Aunque grupos de unidades clave, como pilotos y agentes de inteligencia, amenazaron en el pasado con no acudir a filas por cuestiones como la retirada de la Franja de Gaza y la segunda guerra del Líbano, nunca se habían producido boicots de esta magnitud.

Exfuncionarios militares expresaron su preocupación por la posibilidad de que los cambios judiciales propuestos los expongan a un juicio internacional. Israel no es miembro de la Corte Penal Internacional, pues alega que su propio sistema jurídico investiga adecuadamente las acusaciones de irregularidades cometidas por las fuerzas armadas. Los palestinos y los grupos de derechos humanos han manifestado desde hace mucho tiempo que el escaso número de acusaciones en las investigaciones israelíes equivale a algo más que al encubrimiento de la ocupación.

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