México investigará presuntas violaciones de DH perpetradas por el ejército tras las denuncias de espionaje
La plaza del Zócalo en Ciudad de México, México. Los legisladores llevarán a cabo una investigación federal sobre las presuntas violaciones de derechos humanos cometidas por el ejército a raíz de las acusaciones de espionaje. Foto: Nicolas Asfouri/AFP/Getty Images

Los legisladores crearán esta semana una comisión federal para investigar las denuncias de violaciones de los derechos humanos perpetradas por el ejército del país, entre ellas el uso de una potente tecnología de espionaje, anunció el líder del partido gobernante Morena en el Senado.

La comisión, integrada por legisladores de las cámaras alta y baja del Congreso de México, solicitará un informe al ejército a raíz de los recientes reportes de los medios de comunicación en los que se denuncia que el ejército utilizó un software israelí conocido como Pegasus para hackear el teléfono de un destacado activista de derechos humanos.

“El espionaje es delicado y grave en cualquier sociedad y en cualquier momento”, dijo el senador Ricardo Monreal a la prensa el lunes, añadiendo que esperaba que se instaurara la comisión en el transcurso de esta semana. “A mí me han espiado toda la vida y obviamente desapruebo cualquier tipo de espionaje indebido o ilegal”.

La investigación federal surge después de que una coalición de medios de comunicación informara que las fuerzas armadas del país utilizaron el programa Pegasus para interceptar las comunicaciones que mantuvieron el activista Raymundo Ramos y varios periodistas en relación con las denuncias de ejecuciones extrajudiciales cometidas por el ejército.

Los reportes, basados en un documento hackeado de los servidores militares el año pasado por el colectivo conocido como Guacamaya, alegan que el ejército mexicano estuvo vigilando las conversaciones privadas en agosto de ese año entabladas entre Ramos y reporteros de medios de comunicación como El País y El Universal.

Según los reportes, un análisis del teléfono de Ramos realizado por el Citizen Lab de la Universidad de Toronto reveló que el teléfono había sido interceptado mediante el programa Pegasus en el mismo periodo en que se produjeron dichas conversaciones.

Las conversaciones tuvieron lugar en plataformas de mensajería cifrada, lo que significa que solo una herramienta tan sofisticada como Pegasus podría haber interceptado los chats.

Es una violación de mi privacidad, de mis derechos humanos“, dijo Ramos en una entrevista telefónica. “Obviamente me pone en riesgo, pone en riesgo a mi familia, a mis colaboradores, a las víctimas”.

El ejército de México tiene un largo historial de espiar a activistas y periodistas, incluso en 2017 cuando el ejército fue acusado de usar el programa Pegasus para hackear los teléfonos de los abogados que investigaban la desaparición de 43 estudiantes acaecida en 2014.

Los defensores de los derechos humanos sostienen que este uso de tecnología sofisticada por parte del ejército es ilegal, puesto que el ejército no puede investigar a civiles y, aunque pudiera, una interferencia de este tipo requeriría la aprobación del poder judicial mexicano.

“La Secretaría de la Defensa no tiene facultades para solicitar esto a un juez, por esa razón no lo hacen”, señaló Leopoldo Maldonado, director regional de Article 19, un grupo de defensa de la libertad de expresión. “Por esa razón lo hacen de forma ilegal”.

Las últimas denuncias llegan en un momento delicado para el gobierno mexicano, que se enfrenta a un creciente escrutinio en torno al papel del ejército en las violaciones de derechos humanos, así como a su incapacidad para combatir de forma significativa los crecientes índices de violencia en el país.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, o AMLO como se le conoce popularmente, fue elegido bajo la promesa de sacar a los militares de las calles y acabar con las prácticas de espionaje que se producían en gobiernos anteriores.

Sin embargo, desde que asumió el cargo, López Obrador amplió enormemente el presupuesto y los poderes del ejército, y le encomendó todo tipo de tareas, desde la construcción de aeropuertos hasta el despliegue de la campaña de vacunación de México contra el Covid-19.

Cuando se le preguntó por las denuncias del uso del software espía la semana pasada, el presidente pareció reiterar su apoyo al ejército, rechazando las afirmaciones como una simple operación de “inteligencia” y acusando a los medios de comunicación que sacaron a la luz las acusaciones de formar parte de la oposición.

“No espiamos a nadie”, dijo AMLO durante su conferencia de prensa matutina. “Confío en los dirigentes (del ejército) porque saben muy bien que el espionaje está prohibido”.

Tales comentarios sugieren que existen pocas posibilidades de que se exijan cuentas a la Secretaría de la Defensa, señalan los defensores.

Ramos comentó lo siguiente sobre la respuesta de AMLO: “Me da la impresión de que está capturado por el ejército, de que no puede controlar a su ejército”.

La investigación del Congreso constituye un paso positivo, señalan los defensores, no obstante, aún está por verse si realmente producirá resultados.

“Lo que está proponiendo el senador Monreal es importante, es urgente, es necesario”, comentó Maldonado, de Article 19. “Pero tenemos nuestras dudas a menos que veamos avances significativos en dicha rendición de cuentas”.

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