Jefe de la OTAN: Occidente debe prepararse para apoyar a Ucrania en una larga guerra
Soldados ucranianos se dirigen hacia Bakhmut en un vehículo de combate de infantería. El jefe de la OTAN pidió a Occidente que siga suministrando ayuda. Foto: Aris Messinis/AFP/Getty Images

Vladimir Putin no tiene planes inmediatos de alcanzar la paz en Ucrania, por lo que Occidente debe prepararse para suministrar ayuda letal a Kiev durante un largo periodo de tiempo, advirtió el secretario general de la OTAN en una entrevista con The Guardian.

Jens Stoltenberg señaló que el presidente ruso está inmerso en una “guerra de desgaste” y manifestó su deseo de que los miembros de la OTAN aprueben un gasto mínimo del 2% del PIB en defensa en la próxima cumbre de la Alianza, que se llevará a cabo en Vilna, capital de Lituania.

Los encarnizados combates, actualmente concentrados en los alrededores de la ciudad de Bakhmut, en el este de Ucrania, demuestran que Rusia está dispuesta “a lanzar miles y miles de tropas más, a sufrir muchas bajas a cambio de ganancias mínimas”, señaló el jefe de la OTAN.

El presidente Putin no planea la paz, planea más guerra“, continuó Stoltenberg, añadiendo que Rusia estaba aumentando su producción industrial militar y “acercándose a regímenes autoritarios como Irán o Corea del Norte, y otros para intentar obtener más armas”.

En consecuencia, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y otros Estados occidentales tenían que estar preparados para apoyar a Ucrania con armas, municiones y repuestos durante un largo periodo de tiempo. “La necesidad seguirá existiendo, porque esta es una guerra de desgaste; es una cuestión de capacidad industrial para mantener el apoyo”, indicó el secretario general.

Actualmente, el combate era tan intenso que el uso de proyectiles de artillería por parte de Ucrania –de 4 mil a 7 mil diarios en comparación con los 20 mil de Rusia– estaba superando la producción occidental. “El ritmo actual de gasto en munición es mayor que el ritmo actual de producción“, indicó Stoltenberg, aunque los nuevos contratos significaban que la situación estaba cambiando.

A principios de esta semana, los miembros de la Unión Europea acordaron suministrar a Ucrania un millón de municiones, suficientes para aproximadamente seis meses. No obstante, de cara a la que se espera que sea su última cumbre, Stoltenberg comentó que deseaba que los miembros de la OTAN estuvieran dispuestos a destinar más fondos a contrarrestar la invasión rusa.

El informe anual de la OTAN, publicado el martes, reconoció que solo siete de los 30 Estados miembros –Estados Unidos, Reino Unido, Polonia, Grecia y los países bálticos– cumplieron el actual objetivo de gasto en defensa del 2% del PIB en 2022. Francia, con un 1.89%, y Alemania, con un 1.49%, no lograron cumplirlo, aunque ambos países se comprometieron a realizar aumentos.

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Jens Stoltenberg: ‘El presidente Putin no planea la paz, planea más guerra’. Foto: Kenzo Tribouillard/AFP/Getty Images

“En nuestra cumbre en Vilna en julio, espero que los aliados lleguen a un acuerdo sobre un nuevo compromiso de inversión en defensa más ambicioso, en el que se invierta como mínimo el 2% del PIB en nuestra defensa”, señaló Stoltenberg cuando se publicó el informe, un compromiso que, según destacaron fuentes internas, esperaba que aceptaran todos los miembros.

También es importante, dijo el jefe de la OTAN, disuadir a China de suministrar armas a Rusia, que también sufre escasez de municiones clave. Los miembros de la OTAN advirtieron a China, cuyo líder, Xi Jinping, visitó Moscú a principios de esta semana, que habría “consecuencias” si suministraba ayuda letal a Moscú.

El esfuerzo serio de China de actuar como mediador en el conflicto debe estar acompañado de un intento de “comprender las perspectivas de Ucrania”, señaló el jefe de la OTAN, y de “relacionarse directamente con el presidente Zelenski”. Sin embargo, aunque celebró cualquier iniciativa de paz, se quejó de que Beijing aún no había condenado la invasión rusa.

Stoltenberg consideró que Occidente había proporcionado suficiente equipo militar, que incluía tanques, vehículos de combate y artillería de cohetes, “para permitir a los ucranianos recuperar territorio y liberar más y más tierras” capturadas por Rusia tras la invasión inicial en febrero de 2022.

El objetivo, recalcó, era “hacer que los ucranianos puedan lanzar una ofensiva y recuperen territorio“, aunque precisó que la OTAN no era una parte en el conflicto, y que los miembros de la alianza tomaban su propia decisión respecto al suministro de armas y que dejaban los cálculos del campo de batalla en manos de los comandantes ucranianos.

No obstante, el jefe de la OTAN no descartó que los Estados miembros hicieran algo más enviando F-16 u otros jets occidentales a Ucrania, a raíz de la emotiva petición de “alas para la libertad” realizada por el presidente de este país, Volodímir Zelenski, en febrero. Este mes, Polonia y Eslovaquia acordaron proporcionar 17 cazas MiG-29 soviéticos, pero el número total de unidades disponibles es reducido.

Deberíamos seguir abordando la necesidad de contar con más capacidades“, indicó Stoltenberg, destacando que, a pesar de la aparente negativa inicial del presidente estadounidense, Joe Biden, a entregar los cazas de fabricación estadounidense, “no se ha tomado ninguna decisión respecto a los F-16”.

Por otra parte, la solicitud de adhesión de Suecia a la OTAN seguía progresando, indicó el jefe de la Alianza, a pesar de que Turquía bloqueaba su adhesión, mientras que permitía que Finlandia procediera. Suecia estaba, de hecho, “en la mesa de la OTAN”, señaló, porque fue invitada a la última cumbre y había obtenido garantías de seguridad de algunos miembros de la alianza.

El fracaso en la incorporación de Suecia, asunto en el que Stoltenberg invirtió mucho tiempo, no constituyó un revés personal, afirmó. Se estaban logrando algunos avances limitados, señaló, y añadió que la OTAN había logrado reanudar las reuniones y consultas con Ankara y Estocolmo.

Después de casi nueve años en el cargo, Stoltenberg, exprimer ministro de Noruega, comentó que lo dejaría definitivamente en octubre, después de que se hubiera renovado su mandato en tres ocasiones. “Dejé claro que mi mandato termina este otoño“, añadió.

El punto más bajo durante ese tiempo fue la invasión de Rusia contra Ucrania, “un shock, pero no una sorpresa” dado el largo historial de intervenciones militares de Moscú en Georgia, Siria y, enfatizó, Ucrania, donde las primeras incursiones rusas ocurrieron en 2014.

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