La noticia de la acusación del jurado tomó por sorpresa a Trump
Trump en Ohio en febrero. Los asesores de Trump se enteraron a través de una notificación del periódico The New York Times de que lo había acusado un gran jurado de Nueva York. Foto: Alan Freed/Reuters

Donald Trump y sus principales asesores se vieron sorprendidos por la noticia de que el gran jurado de Manhattan lo había acusado por el pago de un soborno a la estrella de cine para adultos Stormy Daniels, ya que esperaban que no se presentaran cargos hasta al menos finales de abril o incluso potencialmente nunca.

El expresidente consideró –al igual que sus asistentes– que la reciente noticia de que el gran jurado se tomaría un descanso a partir de la próxima semana significaba que los fiscales de la fiscalía estaban reconsiderando la posibilidad de presentar una acusación sobre el asunto.

Sin embargo, ese optimismo resultó desacertado cuando Trump fue advertido en Mar-a-Lago de la acusación por sus asesores, algunos de los cuales habían decidido regresar a Washington tras cansarse de esperar con él durante varias semanas a que se materializaran los cargos.

El expresidente emitió un combativo comunicado en respuesta a la noticia y arremetió contra la acusación por considerarla de carácter político y un esfuerzo para perjudicar su campaña presidencial de 2024, antes de aparecer en la cena como de costumbre junto al resto de invitados a este complejo turístico ubicado en Florida.

Sin embargo, en privado, Trump se mostró más apagado a medida que asimilaba la trascendencia de convertirse en el primer presidente en funciones o expresidente en ser acusado y el cambio de realidad que supone trabajar bajo la amenaza de un eventual juicio penal, indicaron varias fuentes cercanas a él.

La reacción en privado demostró que, a pesar de todos sus alardes externos –entre ellos las afirmaciones de que quería que lo detuvieran y lo esposaran para un “perp walk” (momento en que la policía pasea al sospechoso esposado frente a la prensa y medios de comunicación) porque quería proyectar una actitud desafiante si alguna vez lo acusaban–, en el fondo Trump siempre temió la posibilidad de ser acusado penalmente y sus consecuencias.

Los cargos siguen sellados, pero se espera que aborden los 130 mil dólares (unos dos millones de pesos) que Trump le pagó a Daniels a través de su entonces abogado Michael Cohen en los últimos días de la campaña de las elecciones de 2016. Trump posteriormente le reembolsó el dinero a Cohen con cheques de 35 mil dólares, y Cohen se declaró culpable en 2018 de cargos federales relacionados con el dinero.

El estado de ánimo de Trump respecto a la investigación sobre el soborno ha variado en las últimas semanas: desde criticar la posibilidad de que se presentaran cargos penales, hasta mostrarse impaciente e insistir en que deberían acusarlo ya, para después volver a atacar la investigación con vehemencia.

Después del primer mitin de su campaña para 2024 en Texas, Trump comentó a un periodista de la cadena NBC News que no se sentía frustrado por el caso a pesar de que lucía bastante frustrado.

“No me siento frustrado por ello. Es una investigación falsa”, señaló Trump. “Son noticias falsas, y la NBC es una de las peores. No me hagas más preguntas”.

Trump se volvió más optimista esta semana, creyendo –sin basarse en ninguna evidencia real– que las noticias sobre que el gran jurado se tomaría un descanso durante la mayor parte de abril podrían significar que el fiscal del distrito tenía dudas sobre llevar a juicio el caso del soborno y que “todo había terminado”.

Algunos de los asesores de Trump lo interpretaron como una oportunidad para salir de Palm Beach, donde llevaban semanas esperando con él la presentación de la acusación.

Poco después de las cinco de la tarde del jueves, los asesores de su campaña para 2024 se enteraron a través de una notificación del periódico The New York Times que Trump había sido acusado, lo cual los tomó desprevenidos en parte porque asumieron que se enterarían primero por los abogados de Trump, quienes a su vez asumieron que se enterarían de manera confidencial primero a través de los fiscales.

Aunque Trump había indicado que esperaba ser una de las primeras personas a las que se les informara si lo habían imputado en el caso del soborno, las fuentes indicaron que, cuando se supo la noticia, Trump parece haber sido una de las últimas personas en enterarse.

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