Los combates entre Israel y los grupos militantes en la asediada Franja de Gaza cumplen su tercer día a pesar de los intentos de alto al fuego negociados por Egipto.
Palestinos inspeccionan los escombros de la casa destruida de un miembro de la Yihad Islámica el jueves después de los ataques aéreos israelíes en la Franja de Gaza. Foto: Mohammed Saber/EPA
Los combates entre Israel y los grupos militantes en la asediada Franja de Gaza cumplen su tercer día a pesar de los intentos de alto al fuego negociados por Egipto, lo que supone el peor estallido de violencia en la región en meses y ha causado 25 muertos en Gaza, entre ellos al menos 10 civiles, y 76 heridos.
La más reciente conflagración comenzó en las primeras horas del martes, cuando Israel lanzó ataques aéreos sorpresivos contra las viviendas de tres altos mandos de la Yihad Islámica Palestina, el segundo grupo más poderoso en la franja después de Hamás, a pesar del frágil alto al fuego establecido desde la jornada de disparos transfronterizos de la semana pasada.
Parece que las conversaciones para establecer un alto al fuego que comenzaron en la noche del miércoles se han estancado. Muhammad al-Hindi, funcionario de la Yihad Islámica, señaló que las facciones presentes en Gaza dejarían de lanzar disparos si recibían el compromiso de Israel de poner fin a las operaciones de asesinatos selectivos, compromiso que ha rechazado Israel hasta la fecha.
En las primeras horas del jueves, un ataque aéreo perpetrado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, contra un edificio de viviendas mató a otro alto cargo, Ali Hassan Muhammad Ghali, jefe del programa de cohetes de la Yihad Islámica. El grupo confirmó la muerte de Ghali.
Los 2.3 millones de palestinos que viven en la Franja de Gaza y los israelíes que residen en el sur del país temen que se produzca una mayor escalada a medida que continúe el intercambio de disparos y aumente el número de muertos y heridos.
Tras los bombardeos iniciales del martes, la Yihad Islámica y Hamás prometieron tomar represalias, las cuales se materializaron en descargas de cohetes en la tarde del miércoles, dirigidas contra ciudades ubicadas en el sur de Israel y Tel Aviv, la capital comercial y cultural del país, situada a unos 65 km de distancia.
Desde entonces se han disparado aproximadamente 500 cohetes desde Gaza hacia Israel, causando 25 heridos leves y paralizando la vida diaria al tiempo que sonaban las alarmas y se ordenaba a las comunidades que viven cerca de la frontera que permanecieran cerca de los refugios antibombas.
En Gaza, Israel indica que atacó instalaciones de lanzamiento de cohetes, pero todavía se desconoce si algunas de las personas muertas en los bombardeos son combatientes o civiles.
A través de mediadores egipcios, Israel comunicó que su único objetivo era la Yihad Islámica, organización con la que las tensiones aumentaron la semana pasada desde la muerte, en huelga de hambre y bajo custodia israelí, de Khader Adnan, una destacada figura política afiliada al grupo.
Hamás se ha mantenido prácticamente al margen de los recientes brotes de violencia. No obstante, ante la inesperada operación selectiva del martes y el elevado número de civiles muertos, ambos grupos se enfrentaron a una gran presión para responder.
Un comunicado conjunto de las facciones que reivindican la responsabilidad del ataque de represalia que comenzó en la tarde del miércoles lo describió como una “respuesta general”, sin embargo, al parecer las autoridades israelíes esperan que Hamás no desee arriesgarse a un retorno al conflicto de gran escala.
Las tensiones en el conflicto palestino-israelí han aumentado vertiginosamente en el último año: más de 125 palestinos y al menos 19 israelíes y extranjeros han muerto en lo que ha transcurrido de 2023 en todo Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza.
Israel y Hamás han librado cuatro guerras desde que el grupo militante islámico tomó el control de Gaza en 2007, no obstante, hasta el año pasado Cisjordania permaneció relativamente en calma desde la segunda intifada, o levantamiento palestino, que finalizó en 2005.
La población de Gaza, de 2.3 millones de habitantes, carece prácticamente de libertad de desplazamiento, y los servicios de atención médica, electricidad, saneamiento y otras infraestructuras cruciales se encuentran prácticamente colapsados desde que Israel y Egipto impusieron un estricto bloqueo a la pequeña zona después de que Hamás tomara el poder de la misma.
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