Retiran los libros sobre la Plaza de Tiananmen de las bibliotecas de Hong Kong antes del aniversario
La policía en una manifestación en Hong Kong en 2021. La ley de seguridad nacional ha dado lugar a una importante restricción de las libertades políticas. Foto: Isaac Lawrence/AFP/Getty Images

Los libros sobre la masacre de la Plaza de Tiananmen, los movimientos de protesta de Hong Kong y otros temas que Beijing considera políticamente delicados fueron retirados de las bibliotecas públicas de la excolonia británica en el período previo al 34º aniversario de la matanza.

Los medios de comunicación de Hong Kong informaron sobre un notable aumento del número de libros y documentales retirados, que han incrementado desde la represión autoritaria del movimiento prodemocrático de Hong Kong y la promulgación de la ley de seguridad nacional en 2020. Esta medida ha dado lugar a una importante restricción de las libertades políticas en la ciudad y numerosas detenciones.

A finales del mes pasado, el informe del Comité de Auditoría del gobierno indicó que el Departamento de Servicios de Ocio y Cultura, encargado de gestionar las bibliotecas de Hong Kong, tenía que “reforzar sus esfuerzos para examinar el material de las bibliotecas con el fin de salvaguardar la seguridad nacional y aplicar medidas de seguimiento“.

El informe señaló que las Bibliotecas Públicas de Hong Kong realizaron una revisión preliminar de libros centrada en autores y editores “sospechosos de haber publicado anteriormente libros sobre la ‘independencia de Hong Kong’“.

El informe indicó que el proceso de revisión de títulos, que comenzó en 2021, seguía en curso y que era poco probable que tuviera una fecha concreta de finalización.

El martes, los medios de comunicación de Hong Kong informaron que, al parecer, la revisión supuso la retirada de los estantes públicos de cientos de libros sobre la masacre de manifestantes estudiantiles del 4 de junio de 1989. El medio Photon Media buscó 149 títulos que estaban disponibles en 2009 y solo encontró cuatro.

El periódico Ming Pao informó que había desaparecido cerca del 40% de los libros, revistas y videos de temática política que estaban disponibles a finales de 2020, 96 de ellos fueron retirados este año. También señaló que faltaban varios documentales, entre ellos los de la emisora pública RTHK.

Durante la búsqueda que realizó The Guardian en el catálogo en línea de las bibliotecas públicas de Hong Kong, se encontraron algunos títulos relacionados con la masacre en la Plaza de Tiananmen, aunque en la mayoría de los casos “no hay ejemplares disponibles para préstamo“. Se encontró que cuatro libros sobre las protestas de la Revolución de los Paraguas sí tenían ejemplares disponibles.

Los libros que incluyen contenidos sospechosos de infringir la ley de seguridad nacional u otras leyes locales son retirados de forma inmediata para su revisión“, comentó un vocero del Departamento de Servicios de Ocio y Cultura al periódico South China Morning Post.

Algunas figuras del gobierno han defendido la persecución de los libros como una forma de salvaguardar la seguridad nacional.

El jefe del Ejecutivo de Hong Kong, John Lee, señaló que los libros aún estaban disponibles para su compra en librerías privadas, una afirmación cuestionada por activistas y residentes, quienes indicaron que varias librerías cerraron o retiraron libros sensibles de sus existencias por temor a contravenir la ley de seguridad nacional. Las bibliotecas escolares ya habían retirado los libros considerados políticamente delicados en los meses posteriores a la promulgación de la ley.

“Lo que tienen que hacer las bibliotecas es asegurarse de que los libros que quizás no sean adecuados para la circulación, que cumplan con su deber”, indicó el martes el secretario de Seguridad de Hong Kong, Chris Tang.

“Los principios que utilizamos, y que yo apoyo, son, en primer lugar, garantizar que no se infringe ninguna ley de Hong Kong, incluyendo, por supuesto, los derechos de autor, etcétera, y también si se difunde algún tipo de mensaje que no sea en beneficio de Hong Kong”.

Tang comentó que estaba seguro de que “salvaguardar la seguridad nacional ocupa un lugar prioritario en la agenda de todos y cada uno de los departamentos y oficinas”.

En 2021, Tang indicó que los sectores de la cultura y de los medios de comunicación eran una fuente emergente de amenazas para la seguridad nacional, donde los activistas a favor de la independencia podrían llevar a cabo una “resistencia moderada”.

Continúa la persecución gubernamental de los medios de comunicación y la literatura, y uno de los ejemplos más destacados fue la condena por sedición dictada contra cinco miembros de un sindicato de fisioterapeutas a causa de la publicación de un libro infantil.

El juez consideró que el libro, en el que aparecían ovejas huyendo de lobos invasores, pretendía incitar al odio contra China.

A finales del mes pasado, Google reveló en su informe semestral que la policía de Hong Kong solicitó que se retiraran de internet los contenidos relacionados con el libro debido a que el tribunal los consideraba “sediciosos”. Google se negó a hacerlo.

La creciente censura, amparada en la ley de seguridad nacional, también ha apuntado contra medios de comunicación, caricaturas, películas, documentales y exposiciones de arte. En respuesta, un número cada vez mayor de proyectos internacionales están archivando o publicando los contenidos censurados.

Varios de ellos operan de manera encubierta, según explicó un operador de un proyecto que recibe libros sensibles donados por personas de Hong Kong para su redistribución en el extranjero. Comentó que la gente se pasaba los libros de amigo a amigo, motivada por la necesidad de preservar títulos e información sobre la sociedad y la historia de Hong Kong.

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