China y Arabia boicotean reunión del G20 que India organiza en territorio en disputa
Un paramilitar hace guardia durante la reunión de turismo del G20 en Srinagar, India. Foto: Saqib Majeed/Sopa/Shutterstock

La presidencia de India del grupo de países líderes del G20 se vio envuelta en una polémica después de que China y Arabia Saudita boicotearan la reunión organizada en Cachemira, la primera reunión de este tipo desde que la India puso a Cachemira bajo control directo del país de forma unilateral en agosto de 2019.

La reunión, un grupo de trabajo sobre turismo al que asistieron alrededor de 60 delegados de la mayoría de los países del G20 y que se llevará a cabo del lunes al miércoles, requirió un gran despliegue de seguridad en el aeropuerto internacional de Srinagar.

En 2019, el gobierno de India le quitó la semiautonomía a la disputada región de mayoría musulmana y la dividió en dos territorios federales en un intento de integrarla por completo a India.

Las autoridades indias esperaban que la reunión demostrara que los polémicos cambios han llevado “paz y prosperidad” a la región y que es un lugar seguro para los turistas.

La Guardia de Seguridad Nacional de élite de la India, que incluye su unidad antidrones y comandos marinos, ayudó a la policía y a las fuerzas paramilitares a proteger las sedes del evento.

China indicó que no asistirá a la reunión, alegando su firme oposición “a celebrar cualquier tipo de reunión del G20 en un territorio en disputa”. En abril, Pakistán, que también reclama Cachemira, pero no es miembro del G20, calificó la reunión como “irresponsable”. También se esperaba que Turquía, Arabia Saudita, Egipto e Indonesia no asistieran a la reunión.

La exministra principal de Jammu y Cachemira, Mehbooba Mufti, afirmó que India convirtió a la región en el equivalente de la prisión de Guantánamo sólo para albergar una reunión sobre turismo. También acusó al partido Bharatiya Janata, el partido del primer ministro, Narendra Modi, de secuestrar el G20 para sus fines promocionales.

La semana pasada, Fernand de Varennes, relator especial de la ONU sobre cuestiones de las minorías, emitió un comunicado en el que señaló que el G20 estaba “proporcionando de manera involuntaria una apariencia de apoyo a una fachada de normalidad” en un momento en el que las violaciones de los derechos humanos, la persecución política y las detenciones ilegales estaban aumentando en Cachemira.

De Varennes indicó que la reunión corría el riesgo de normalizar lo que algunos han descrito como una ocupación militar. La misión permanente de India ante la ONU en Ginebra criticó el comunicado calificándolo como infundado. India tenía derecho a organizar reuniones del G20 en cualquier parte del país, señaló la misión.

India dividió el estado de mayoría musulmana de Jammu y Cachemira en 2019 con el fin de crear dos territorios de administración federal: Jammu y Cachemira, y Ladakh. Ladakh es una región fronteriza en disputa situada a lo largo de la Línea de Control Actual entre India y China, y ambos países reclaman algunas partes de ella.

El coordinador jefe de la presidencia india del G20, Harsh Vardhan Shringla, comentó el domingo: “Tenemos la mayor representación de delegaciones extranjeras en la reunión del grupo de trabajo de turismo en Srinagar, que la que hemos tenido en las reuniones anteriores del grupo de trabajo”.

“Nuestra experiencia indica que, en cualquier reunión de un grupo de trabajo, lograr una asistencia tan numerosa de delegados no solo de los países del G20, sino también de las organizaciones internacionales que forman parte de él, constituye un proceso increíble. Si se tiene que reunir un grupo de trabajo sobre turismo en India, tenemos que hacerlo en Srinagar. No hay otra opción”.

El Alto Comisionado británico en India, Alex Ellis, indicó que los representantes del Reino Unido asistirían a la reunión. En una reunión que mantuvieron Modi y Rishi Sunak, primer ministro británico, en la cumbre del G7 celebrada en Hiroshima, ambas partes hablaron sobre los avances en la consecución de un acuerdo de libre comercio.

India sigue indignada por lo que considera una laxa respuesta por parte de la policía británica al ataque que perpetraron extremistas pro Jalistán contra la embajada india en Londres el 19 de marzo. Se ha reforzado la seguridad en el exterior de la embajada.

La presidencia del G20 se alterna entre los miembros cada año y la presidencia india siempre fue susceptible de resultar polémica, ya que India mantiene estrechos vínculos comerciales con Rusia y el gobierno de Modi está dispuesto a proteger a Rusia de las críticas de los miembros occidentales del G20 en relación con Ucrania.

Kiev solicitó asistir a una cumbre en septiembre, sin embargo, el gobierno indio argumenta que Ucrania no es relevante para el estado de la economía mundial –objetivo principal del G20– ni para los puntos clave de su agenda que incluyen el crecimiento inclusivo, la reestructuración de la deuda y el financiamiento climático.

Vladimir Putin no asistió a la cumbre del G20 que organizó Indonesia el año pasado, sino que envió a su veterano ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov.

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