‘EU está preparado para luchar en el espacio’, dice oficial militar
Un satélite iraní lanzado por Rusia despega del cosmódromo de Baikonur en Kazajistán en agosto, en medio de la controversia sobre si Moscú podría utilizarlo para vigilar Ucrania. Foto: Yuri Kadobnov/AFP/Getty

Estados Unidos está preparado para un conflicto en el espacio exterior, según indicó un alto mando militar, tras haber desarrollado tecnologías antisatélite para contrarrestar las amenazas que representan países como Rusia y China.

El general de brigada Jesse Morehouse, del Comando Espacial de Estados Unidos, rama del ejército responsable de las operaciones espaciales, señaló que la agresión rusa y la visión de China de convertirse en la potencia espacial dominante a mediados de siglo habían dejado a Estados Unidos “sin otra opción” más que prepararse para conflictos orbitales.

“Estados Unidos de América está preparado para luchar esta noche en el espacio si es necesario”, comentó Morehouse a los periodistas en una reunión informativa ofrecida en la embajada estadounidense en Londres. “Si alguien fuera a amenazar a Estados Unidos de América, o cualquiera de nuestros intereses, incluidos los de nuestros aliados y socios con los que tenemos tratados de apoyo de defensa mutua, estamos preparados para luchar esta noche”.

Los satélites sustentan gran parte de la vida moderna, desde los sistemas bancarios hasta los pronósticos meteorológicos, y son cruciales para las operaciones militares debido a la recopilación de información, las comunicaciones, la navegación y la orientación. Sin embargo, la dependencia excesiva a los satélites significa que un ataque contra los activos en órbita de un país podría tener consecuencias de gran alcance.

Cuatro países, China, Estados Unidos, India y Rusia, han probado su capacidad antisatélite destruyendo sus propios satélites con misiles lanzados desde tierra. No obstante, este tipo de demostraciones, que Estados Unidos prohibió de forma unilateral el año pasado, crean enormes nubes de desechos que suponen un riesgo de varias décadas para otros satélites.

Cuando Rusia derribó uno de sus propios satélites en 2021, la explosión inundó su órbita con más de mil 500 fragmentos rastreables. “Cuando creas esa nube de escombros y se queda en órbita durante décadas, prácticamente es como detonar un arma nuclear en tu propio patio trasero”, comentó Morehouse. “Tú también pagas el precio”.

Ante la posibilidad de una nueva carrera espacial, Morehouse indicó el jueves que Estados Unidos seguiría desarrollando tecnologías antisatélite “no porque queramos luchar esta noche, sino porque es la mejor manera de impedir que ocurra un conflicto”, y añadió que lo haría “sin participar en pruebas irresponsables”.

Rusia y China están trabajando en naves espaciales que puedan realizar operaciones antisatélite. En 2020, Estados Unidos acusó a Rusia de lanzar un proyectil desde uno de los dos satélites que estaban siguiendo a un satélite espía estadounidense.

Entretanto, China lanzó un satélite que dispone de un brazo robótico capaz de agarrar otros satélites, y creó un método para colocar explosivos en las boquillas de los motores de los satélites adversarios. Los explosivos están diseñados para pasar desapercibidos durante largos periodos y cuando detonan aparentan una inocente avería del motor.

Además de las armas que agarran, se estrellan o derriban sus objetivos, existen otros métodos que interfieren en las transmisiones por satélite o dañan los equipos con láseres, aerosoles químicos o microondas de alta potencia.

“Disponemos de diversas capacidades que podemos utilizar y seguiremos desarrollando otras capacidades que nos permitan mantener una postura de disuasión verosímil”, señaló Morehouse. “¿Se puede desarrollar una capacidad que se pueda utilizar para contrarrestar satélites, que funcione estupendamente, y validar que funciona sin tener que crear una nube de escombros en órbita cada vez que se haga? Por supuesto que sí”.

Desde su invasión contra Ucrania, Rusia ha amenazado con atacar satélites comerciales occidentales que considera que están involucrados en la guerra. Poco después del inicio de la invasión, Elon Musk acordó suministrar a Ucrania satélites de la constelación Starlink, que rápidamente se convirtieron en elementos cruciales para el ejército del país. Sin embargo, en febrero, Starlink anunció que impediría que se utilizaran los satélites para controlar drones ucranianos, alegando que nunca pretendió que la tecnología se utilizara con “fines ofensivos”.

Morehouse señaló que una de las lecciones aprendidas del conflicto fue la resistencia que demostró tener Starlink. Esta red de comunicaciones está compuesta por miles de pequeños satélites en órbita terrestre baja que se pueden reemplazar y actualizar con facilidad para contrarrestar las amenazas a las que se enfrentan. “No tiene sentido que Rusia intente siquiera derribar uno porque hay miles de ellos y ellos no tienen miles de misiles antisatélite”, indicó.

“Es evidente que los ucranianos no tienen capacidades espaciales militares orgánicas para atacar de alguna forma”, añadió. “Pero… han sido muy agresivos al intentar anular esos servicios comerciales, lo cual creo que será un elemento normal de la guerra en el futuro. Las comunicaciones por satélite son cada vez más comunes en muchos ejércitos, por lo que el poder contrarrestarlas es algo que les interesa a muchos países”.

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