Aumenta la fatiga hacia DeSantis entre los republicanos de Florida mientras flaquea su campaña para 2024

Ron DeSantis se enfrenta a una creciente reacción negativa en Florida mientras su campaña presidencial flaquea en todo el país. Analistas y adversarios políticos observan señales de que su apoyo está disminuyendo y pruebas de que los republicanos rechazan sus posturas extremistas sobre la esclavitud, la educación, el aborto y la inmigración.

Los indicios de este cambio en su posición aparecieron casi al final de la recién concluida sesión legislativa en su estado natal, cuando varios legisladores republicanos desafiaron al gobernador votando en contra de nuevas leyes que restringían el aborto o intensificaban su enemistad con Disney. A pesar de todo, fueron aprobadas.

Sin embargo, los observadores señalan que la fuerza de la resistencia parece haber adquirido impulso desde el lanzamiento de la campaña presidencial de DeSantis en mayo, que estuvo plagada de fallos, y los subsiguientes desaciertos en la campaña.

Estas señales incluyen su postura evasiva respecto a la aprobación de un nuevo plan de estudios en Florida en el que se enseña que los trabajos forzados durante la esclavitud beneficiaron a los negros, ofreciendo al mismo tiempo su pleno respaldo y afirmando: “Yo no lo hice y no participé en él” durante la misma comparecencia ante la prensa.

Esta semana despidió a un asesor de campaña, solo después de que se descubriera que creó y compartió un video que incluía simbología nazi. Y a medida que se desataba una crisis de seguros de casas en Florida, DeSantis fue duramente criticado por dar prioridad a impulsar su perfil en otros estados.

Las encuestas realizadas por la Florida Atlantic University (FAU) muestran que DeSantis conserva su índice favorable entre los habitantes de Florida como gobernador, aunque con un margen de 54%-41% considerablemente menor que el de su arrolladora reelección en noviembre.

“Lo que estamos observando en los votantes de Florida es que DeSantis todavía se mantiene a flote, pero está empezando a perder su ventaja. Y la gente está comenzando a reconsiderar el apoyo que le brinda”, explicó la diputada estatal Fentrice Driskell, líder demócrata de la minoría de la Cámara de Representantes en Tallahassee.

“Empezó a dar cada vez más tropiezos a nivel nacional. Se retorcía en el podio cuando tuvo que defender esos comentarios: ‘No fui yo, y también, por cierto, este es el lado bueno’. No, la esclavitud no tiene ningún lado positivo”.

En Tallahassee, Driskell ocupó un asiento en primera fila para observar la conducta de los legisladores republicanos durante una sesión legislativa en la que se aprobaron los proyectos de ley “de odio” de DeSantis que restringen los derechos de las personas transgénero, prohíben las discusiones sobre sexualidad e identidad de género en los salones de clase, restringen el voto de los negros y autorizan la portación de armas de fuego sin permiso.

Driskell bromea diciendo que en realidad se trataba de un asiento en la fila de atrás, debido a la supermayoría republicana, pero señaló que observó un notable cansancio entre los políticos del partido gobernante a medida que la sesión se acercaba a su fin.

“Observamos cruces en los que algunos republicanos, unos cuantos, consideraban que esos proyectos de ley eran insostenibles”, comentó. “Pero además de eso, hubo conversaciones discretas, tal vez vas al baño durante una reunión del comité y te encuentras con un miembro republicano que pone los ojos en blanco y dice lo mucho que le molesta”.

“Podían estar en su despacho en una reunión y alguien de la oficina del gobernador entraba con una enmienda para introducir en un proyecto de ley, cortesía del gobernador, sin darles opción alguna o sin hacerles sentir que tenían siquiera una opción. Ya saben, estaban cansados de eso”.

Driskell cree que se trata de un augurio para DeSantis: “Si no le salen bien las cosas en la escena nacional, creo que regresará como un político no reelecto”, señaló.

Ninguno de los republicanos electos del estado contactados por The Guardian para este artículo respondió, sin embargo, el exdiputado estadounidense del partido por Florida y estratega político David Jolly comentó que habló con colegas que estaban agotados.

“Yo usaría el término fatiga en lugar de la disminución de su apoyo, porque al menos desde el punto de vista legislativo del estado todavía es sumamente manipulado, donde los republicanos se reúnen en una especie de cámara de eco, por lo que el apoyo a las políticas derechistas siempre está ahí”, explicó.

“Pero nos encontramos ante un gobernador que lleva tanto tiempo arrasando. Corre el riesgo de perder fuerza y he escuchado entre algunos republicanos que su nivel de influencia en la próxima sesión legislativa probablemente no será el mismo que en la sesión anterior”.

“No puede volver a postularse y ahora está de gira en las zonas rurales del país, olvidándose de Florida, por lo que en parte se trata de la inevitable salida de un gobernador en funciones en su segundo mandato, pero también existe la idea de que su agenda y su régimen han sido demasiado intensos durante demasiado tiempo”.

Las críticas directas contra DeSantis por parte de los republicanos de Florida han sido en su mayoría apagadas. Tres representantes estatales que votaron a favor de sus nuevas políticas de inmigración de línea dura, que entre otras restricciones penalizan el transporte de extranjeros indocumentados, intentaron distanciarse de él en una incómoda conferencia de prensa el mes pasado, aunque no mencionaron a DeSantis por su nombre.

Dos de los políticos que rompieron su fachada son partidarios del rival de DeSantis por la candidatura para 2024, el expresidente Donald Trump. El senador estatal Joe Gruters, expresidente del partido republicano de Florida, arremetió contra el gobernador el mes pasado, acusándolo de denegar fondos para los proyectos de su distrito como represalia por su respaldo a Trump.

Mientras tanto, el diputado estadounidense Byron Donalds, que es negro, exigió al departamento de educación de DeSantis que “corrigiera” su postura respecto a los “beneficios personales” derivados de la esclavitud. Manny Diaz, comisionado de educación de Florida, respondió con un insulto, menospreciando a Donalds calificándolo de “congresista supuestamente conservador”.

Donalds, en particular, fue un exaliado de DeSantis que, junto con varios otros congresistas de Florida, frustró al gobernador cuando cambió su lealtad para apoyar a Trump.

Jolly prevé que habrá una mayor oposición por parte de los republicanos en caso de que fracase la candidatura presidencial de DeSantis. “No creo que quede significativamente debilitado, pero no tendrá el poder de estrella que ha ostentado los últimos cinco o seis años como resultado de todos estos actos”, comentó.

“Por decirlo amablemente, es resistente. Por decirlo críticamente, es testarudo. No dejará de lado su ego ni siquiera después de perder la contienda presidencial”.

Kevin Wagner, profesor de Ciencias Políticas de la FAU, que realizó la encuesta de este mes, señaló que el conflicto de DeSantis con Trump podría repercutir en su futura popularidad entre los republicanos. Trump, que anteriormente se atribuyó el crédito de llevar a DeSantis a la mansión del gobernador de Florida, ahora es un duro crítico, que crea apodos humillantes como “Meatball Ron”, y lo llama un candidato “sin personalidad”.

“Evaluado de forma independiente, DeSantis en realidad sigue siendo relativamente popular. Con respecto a su conflicto con el expresidente, tiene algunos problemas, y yo sospecharía que eso podría hacerle perder cierta popularidad entre los republicanos”, comentó Wagner.

“No he observado mucho al respecto, pero es algo que debemos tener en cuenta. Es importante recordar que se trata de un vistazo temporal y que a veces las encuestas pueden ser indicadores rezagados”.