La disputa entre China y Filipinas podría convertirse en un conflicto de superpotencias, dicen los analistas

Una disputa territorial entre China y Filipinas, aliada de Estados Unidos, corre un riesgo cada vez mayor de convertirse en un conflicto que involucre a las dos superpotencias, dijeron analistas, luego de que los guardacostas chinos usaran un cañón de agua contra un barco filipino.

Un experto advierte sobre una “importante potencial de escalada” después de que los guardacostas chinos usaran cañones de agua contra una embarcación filipina y se desatara la disputa entre China y Filipinas.

La preocupación mundial por las actividades navales de China crece a medida que el país se expande y moderniza su ejército, y muestra una creciente agresión en sus reclamos sobre el Mar de China Meridional y Taiwán. Los simulacros conjuntos con Rusia, durante los cuales una flotilla navegó cerca de Alaska este fin de semana, también han aumentado la preocupación por la coordinación militar entre Beijing y Moscú.

El sábado, la guardia costera de China dirigió cañones de agua a los barcos de reabastecimiento de la guardia costera filipina que se dirigían al Banco de arena Ayungin (Second Thomas Shoal) en las Islas Spratly, que también reclama Beijing. El personal militar filipino vive a bordo de un antiguo buque de guerra encallado, el Sierra Madre, hundido deliberadamente en Ayungin en 1999 para reforzar los reclamos de Manila. La guardia costera de China también usó cañones de agua contra un equipo de suministro de Filipinas en noviembre de 2021.

La guardia costera filipina ha acusado a la tripulación china de conducta ilegal y maniobras peligrosas, y su gobierno ha citado al embajador chino para presentar una protesta diplomática. Su Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que no pudo comunicarse con sus homólogos de Beijing durante el incidente de esta disputa entre China y Filipinas.

Estados Unidos, la Unión Europea, Francia, Japón y Australia estuvieron entre las naciones que expresaron su apoyo a Filipinas y su preocupación por las acciones de China. Washington también reafirmó su compromiso con las obligaciones en virtud de un tratado de defensa mutua, para defender a Filipinas si sus embarcaciones y fuerzas públicas son objeto de un ataque armado.

Blake Herzinger, investigador del Centro de Estudios de Estados Unidos de la Universidad de Sídney, dijo que había una “importante potencial de escalada” en tierras filipinas del Mar de China Meridional. “El comportamiento arriesgado de Beijing en la región tiene el potencial de llevar a las dos potencias al conflicto incluso sin tener la intención de hacerlo”, dijo Herzinger.

Qué actividad desencadenaría el tratado y qué tan cerca estuvo el incidente del fin de semana sigue sin estar claro, dijo Alessio Patalano, profesor de guerra y estrategia en el este de Asia en el King’s College de Londres. Ambas partes han publicado imágenes de la confrontación. El portavoz de la guardia costera filipina, Jay Taryela, también publicó fotos que supuestamente muestran barcos de la milicia marítima de China que ayudan a interceptar la misión de suministro de Filipinas.

Pero Patalano dijo que Estados Unidos le estaba enviando a Beijing un mensaje de que consideraba que la actividad en áreas en disputa como Ayungin estaba cubierta por el tratado.

“Si estas cosas continúan aumentando, habrá una conversación seria con Estados Unidos y Filipinas sobre cómo cooperar para que Filipinas mantenga el control firme de la situación tanto como sea posible”.

Beijing dice que su guardacostas fue “profesional y moderado” al “detener legalmente” dos embarcaciones filipinas a las que acusó de violar la soberanía china.

Bajo la administración de su presidente, Bongbong Marcos, quien sucedió a Rodrigo Duterte en junio de 2022, Filipinas ha fortalecido sus lazos y aumentado la cooperación con Estados Unidos, particularmente para rechazar los reclamos territoriales de China.

Amanda Hsiao, analista principal de China en Crisis Group, dijo que Beijing tradicionalmente había tratado de trazar una línea entre el transporte de suministros humanitarios y de equipos de construcción de Filipinas a Ayungin. Las declaraciones sugirieron que estaba culpando de este incidente a Filipinas por transportar esto último.

“Es poco probable que esta sea la motivación principal”, dijo en Twitter. “El uso de una táctica más contundente (aunque no nueva) probablemente está más relacionado con las preocupaciones de Beijing con la inclinación estadounidense hacia la administración de Marcos y la política más progresista del Mar de China Meridional que con los detalles del reabastecimiento”.

En 2016, La Haya consideró que el reclamo de soberanía de China sobre aproximadamente el 90% del Mar Meridional de China no tenía base legal, pero Beijing continúa ignorando ese fallo y ha aumentado su presencia en la región, en particular a través de su guardacostas.

“China ha creado una guardia costera con la misión de expandir el control chino en el Mar de China Meridional. Todo esto se basa en una narrativa histórica distorsionada que tiene poca relación con la evidencia”, dijo Bill Hayton, autor de The South China Sea: The Struggle for Power in Asia.

Combinado con la creciente cooperación entre Washington y Manila para hacer retroceder a China, “esto está estableciendo un ciclo de acción y reacción que se está volviendo más peligroso”, dijo Hayton.

Las reacciones seguían aumentando el martes. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China repitió los llamados a Filipinas para que retire inmediatamente el Sierra Madre de Ayungin y lo “devuelva a su estado deshabitado”.

En respuesta, un alto funcionario del consejo de seguridad nacional de Filipinas dijo que nunca abandonaría su puesto y que haría “lo que fuera necesario” para reabastecerlo.

Al mismo tiempo, la guardia costera de China estaba desafiando a los barcos filipinos en el Mar de China Meridional, su armada estaba realizando simulacros con Rusia frente a las costas de Alaska. El ejercicio suscitó cierta preocupación sobre la creciente cooperación entre Pekín y Moscú, cuyos líderes declararon una asociación “ilimitada” en 2021, pero no provocó la misma reacción oprobiosa de Estados Unidos que el incidente de Filipinas.

La información disponible sugiere que los 11 buques de guerra chinos y rusos estaban en la zona económica exclusiva de Estados Unidos, donde la convención de la ONU sobre la ley del mar (CONVEMAR) dice que la actividad militar extranjera es legal siempre que no se inmiscuya en las aguas territoriales.

Estados Unidos desplegó cuatro destructores de la Armada estadounidense en el área, pero las declaraciones gubernamentales y militares no sugirieron que la presencia fuera una amenaza. Sin embargo, los senadores de Alaska, Lisa Murkowski y Dan Sullivan, describieron la actividad como una “incursión” y pidieron una mayor financiación militar para su región.

“Reaccionar llamando a esto una amenaza, o una incursión, le está haciendo el juego a Beijing en particular, ya que comúnmente etiqueta la actividad marítima estadounidense legal de la misma manera cuando se opone a ella”, dijo Herzinger, del Centro de Estudios de Estados Unidos con sede en Sídney.

El gobierno de Estados Unidos lleva a cabo con frecuencia ejercicios de libertad de navegación, incluso en lugares como el estrecho de Taiwán y el Mar de China Meridional, para reafirmar los derechos bajo CONVEMAR.

Sin embargo, Herzinger agregó: “Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo la única potencia capaz de proyectar un poder de combate significativo lejos de sus costas sin mucho temor de que se lleven a cabo operaciones similares cerca de su territorio; este tipo de operaciones tienen la intención de sacudir los cimientos de esa suposición de relativo aislamiento mantenida durante tanto tiempo.”

Traducción: Ligia M. Oliver

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