Eduardo Verástegui planea una candidatura arriesgada a la presidencia de México
El productor Eduardo Verástegui, quien también actúa en una película acogida por los seguidores de QAnon, presenta la documentación para las elecciones de 2024.
El productor Eduardo Verástegui, quien también actúa en una película acogida por los seguidores de QAnon, presenta la documentación para las elecciones de 2024.
El productor de un sorpresivo éxito de taquilla en Estados Unidos, ampliamente aceptado por los seguidores de la teoría conspirativa extremista de QAnon, está intentando una candidatura arriesgada a la presidencia de México.
Poco antes de la fecha límite del jueves, Eduardo Verástegui, productor de Sonido de Libertad (Sound of Freedom), presentó la documentación para postularse como candidato independiente en las elecciones de junio de 2024.
Verástegui, de 49 años, es un rostro familiar en México, donde fue estrella del pop, actor de telenovelas y productor durante muchos años. Más recientemente se ha convertido en un activista ultraconservador, haciendo campaña contra el aborto y orando en las redes sociales, donde tiene millones de seguidores.
Durante meses insinuó su candidatura presidencial, publicando un video en el que llamaba a sus seguidores a construir “el sueño mexicano”, además de aprovechar el sorprendente éxito del largometraje independiente Sonido de Libertad (Sound of Freedom).
La película, sobre un agente federal estadounidense que desmantela una red de tráfico de niños en Colombia, ha recaudado casi 200 millones de dólares en Estados Unidos y se estrenó en América Latina y Europa el 31 de agosto.
La película, que pretende estar basada en hechos reales, ha resonado entre el público conservador, incluidos los seguidores de QAnon, la teoría infundada de internet cuyos seguidores creen que los políticos y celebridades adoradores de Satanás participan en pedofilia, trata de personas y tráfico de órganos.
Alejandro Monteverde, el director de la película, ha negado que la película tenga algún vínculo con QAnon, señalando que el trabajo en la película comenzó en 2015, antes de que QAnon surgiera en línea. La estrella de la película, Jim Caviezel, también negó vínculos con QAnon, pero ha hecho eco de las afirmaciones hechas por los partidarios de la teoría de la conspiración.
El productor Verástegui, quien también actúa en la película, realizó una gira por América mientras promocionaba la película, reuniéndose con figuras de derecha como Donald Trump (quien realizó una proyección privada de la película), el gobernante autoritario de El Salvador, Nayib Bukele, y Javier Milei, el líder extremista libertario favorito en las elecciones presidenciales de Argentina el próximo mes.
Verástegui se ha ido posicionando para ser su equivalente en México.
En 2022 fue anfitrión de la Conferencia de Acción Política Conservadora en México, un foro internacional que reúne a líderes de extrema derecha de todo el mundo.
Luego creó un grupo de sociedad civil, Viva México, que aboga por un proyecto político ultraconservador y católico.
Se ha presentado como líder de una nueva y verdadera derecha, en un aparente intento de restar seguidores al PAN, el principal partido de derecha de México que, al igual que los otros partidos tradicionales, ha llegado a ser impopular por corrupción.
Si logra ganar un lugar en la boleta electoral, probablemente le quitaría votos a la candidata del PAN, Xóchitl Gálvez, quien es la candidata de la coalición amplia de oposición, pero cuya política relativamente progresista incomoda con sus votantes más conservadores. Eso favorecería a Claudia Sheinbaum, candidata del gobernante partido de izquierda Morena.
“Los parásitos del poder han matado al PAN con una escopeta modelo Xóchitl calibre 666… hoy ese partido y Morena son exactamente iguales”, dijo Verástegui en un videoclip del 5 de julio.
Sin embargo, las perspectivas electorales de Verástegui parecen limitadas. No está claro si tiene una base, ni si su asociación con Trump es una ventaja.
Para ganar un lugar en la boleta electoral de junio de 2024, Verástegui tiene hasta enero para obtener firmas de apoyo del 1% de los votantes distribuidos en al menos 17 estados.
“No creo que este sea el momento para este movimiento político en México”, dijo Vanessa Romero Rocha, analista política. “Pero el próximo ciclo electoral podría serlo, especialmente si no logramos resolver el problema de la violencia en este país”.
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