El cáncer es una enfermedad moderna: siete creencias erróneas

¿Es contagioso el cáncer? ¿Los teléfonos móviles causan cáncer? ¿El consumo de azúcar empeora la enfermedad? Según las últimas investigaciones, la respuesta a todas estas preguntas es no. Pero, según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, son algunos de los mitos más comunes asociados al cáncer. En el Reino Unido, uno de cada dos británicos padecerá esta enfermedad en algún momento de su vida, por lo que es comprensible que ciertas falacias se arraiguen en la cultura popular.

Sin embargo, estas creencias erróneas pueden afectar negativamente a la percepción pública del cáncer y, en algunos casos, incluso impedir que los pacientes sigan los tratamientos más recomendados. He aquí siete de las ideas erróneas más comunes entre el público que los expertos de Worldwide Cancer Research, una organización benéfica con sede en Edimburgo, han detectado.

1. Los avances son escasos

El ritmo de los avances en el tratamiento del cáncer no deja de acelerarse. Según el Journal of the American Medical Association, entre 2009 y 2020 los organismos reguladores estadounidenses aprobaron 332 nuevos medicamentos contra el cáncer, muchos de los cuales también fueron aprobados posteriormente por las autoridades europeas. “Los avances son constantes”, afirma Lynn Turner, directora de investigación de Worldwide Cancer Research. “Financiamos la investigación de descubrimiento, que es el primer paso del camino. Sin esos primeros avances, no se conseguirá el despliegue posterior en las clínicas y para los pacientes”.

El auge de estos tratamientos ha supuesto una notable mejora de la esperanza de vida. Uno de los mayores ejemplos es el cáncer de mama. A principios de este año, un estudio sobre más de medio millón de mujeres demostró que el número de personas que mueren por un diagnóstico de cáncer de mama ha disminuido en dos tercios desde la década de 1990.

2. Habrá una cura mágica para todos los cánceres

Hablamos del cáncer como una entidad única y, sin embargo, existen más de 200 tipos diferentes de cáncer, con una amplia gama de características. Algunos tumores pueden crecer con extrema lentitud, mientras que otros progresan rápidamente y se extienden a otras partes del cuerpo, un proceso conocido como metástasis. “Cada cáncer se comporta de una manera distinta y, por tanto, los tratamientos tienen que ser diferentes”, afirma Turner.

Los pacientes con un tipo concreto de cáncer también pueden mostrar un amplio espectro de respuestas al mismo fármaco, con algunas respuestas fuertes y otras más débiles. En consecuencia, en lugar de una única solución mágica, el tratamiento del cáncer se orienta cada vez más hacia la medicina personalizada. Con el auge de terapias como la inmunoterapia con células CAR-T y quizá vacunas contra el cáncer en los próximos años, se secuenciará el genoma de más pacientes, además de otras formas de pruebas, antes de recetarles un fármaco adaptado a su propio cáncer.

3. El cáncer es una enfermedad nueva

Hay pruebas de que los humanos y nuestros parientes homínidos han padecido cáncer durante al menos 1.7 millones de años. En 2016, arqueólogos en Sudáfrica descubrieron el esqueleto de un humano primitivo con un tumor maligno en el hueso del dedo del pie izquierdo.

Turner dice que la razón por la que el cáncer puede parecer más prevalente ahora en comparación con hace siglos es simplemente porque la gente vive más tiempo. “No es una enfermedad nueva”, afirma. 2Cuanto más vivamos, más gente va a contraer cáncer, porque básicamente se trata de células sanas que se vuelven defectuosas y no se comportan correctamente, y cuanto más vivimos, más posibilidades hay de que eso ocurra”.

4. Las terapias alternativas pueden curar el cáncer

Desde la homeopatía hasta la acupuntura, pasando por el aceite de CBD e incluso los huesos de albaricoque, los pacientes con cáncer se verán expuestos a todo tipo de terapias alternativas y afirmaciones cuando investiguen sobre su enfermedad.

Sin embargo, no hay pruebas científicas de que las alternativas a los tratamientos convencionales, como la quimioterapia, la radioterapia y la inmunoterapia, puedan frenar el crecimiento del cáncer o curar la enfermedad. De hecho, investigaciones realizadas en Estados Unidos han descubierto que los pacientes que prueban terapias alternativas tienen más probabilidades de morir que los que optan por el tratamiento recomendado.

“No hay pruebas de que cosas como la homeopatía funcionen, por desgracia”, dice Turner. “Pero a menudo hay una confusión entre terapias alternativas y complementarias. Cosas como hacer ejercicio, meditar, reducir el estrés y simplemente estar en forma y sano pueden ayudar mucho a la recuperación, junto con el tratamiento normal.”

5. Un estilo de vida saludable puede prevenir el cáncer por completo

Aunque llevar un estilo de vida saludable, dejando de fumar, reduciendo el consumo de alcohol, carne procesada y otros alimentos ultraprocesados, y aumentando la ingesta de fibra, puede sin duda reducir el riesgo de contraer cáncer, no es algo infalible.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que entre el 30% y el 50% de todos los casos de cáncer se pueden prevenir. En última instancia, el cáncer surge de mutaciones o errores que se producen cuando nuestras células se replican y dividen, y en los que pueden influir directamente las sustancias químicas nocivas que respiramos o acumulamos a través de nuestra dieta, o pueden deberse a la genética.

6. Los no fumadores no pueden tener cáncer

Aunque el tabaquismo es la causa dominante del cáncer de pulmón, causa siete de cada 10 casos de la enfermedad, esto no significa que los no fumadores estén completamente a salvo.

Los estudios epidemiológicos también han identificado otros factores de riesgo, como la genética y la exposición a la contaminación atmosférica y a sustancias químicas cancerígenas como el amianto y el radón. Según la OMS, se calcula que el radón causa entre el 3% y el 14% de todos los cánceres de pulmón, sobre todo si los niveles de este gas en interiores se acumulan en concentraciones elevadas.

7. Algunos cánceres son “mejores” que otros

Un vistazo a las tasas de supervivencia del cáncer puede hacernos pensar que sería preferible ser diagnosticado de melanoma que, de cáncer de páncreas, por ejemplo, pero Turner considera que ésta es una forma errónea de pensar sobre la enfermedad. Esto se debe a que el pronóstico de un paciente depende en gran medida de la fase en la que se diagnostique su cáncer y de lo agresivo que resulte ser, más que de la localización.

Por ejemplo, mientras que las tasas de supervivencia a cinco años del melanoma en fase 1 se aproximan al 100%, esta cifra desciende al 29.8% en el melanoma en fase 4, según algunos estudios.

Muy a menudo, la razón por la que la gente no sobrevive al cáncer es porque se extiende más allá del lugar original del cuerpo, a otros órganos o tejidos, lo que lo hace mucho más difícil de tratar. Turner señala que es necesario comprender mejor por qué algunos tumores tienden a extenderse y por qué el cáncer puede reaparecer, aunque el paciente haya entrado en remisión. “Por desgracia, en muchos tipos de cáncer, aunque el tratamiento vaya bien, el cáncer puede reaparecer, y hay que investigar más a fondo por qué ocurre esto en unas personas y no en otras”, afirma.

Encuentra más información sobre la búsqueda de nuevas curas financiada por Worldwide Cancer Research y sobre cómo apoyar el trabajo de esta organización benéfica.

Traducción: Ligia M. Oliver

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