Nueva Zelanda suprime la prohibición generacional de fumar, primera en el mundo, para financiar recortes fiscales
El nuevo gobierno de coalición neozelandés, encabezado por el Partido Nacional, eliminará una serie de medidas destinadas a reducir la tasa de tabaquismo. Foto: Tim Graham/Alamy

El nuevo gobierno de Nueva Zelanda eliminará la ley pionera en el mundo que prohíbe fumar a las generaciones futuras para ayudar a pagar los recortes fiscales, una medida que los funcionarios de salud pública creen que costará miles de vidas y será “catastrófica” para las comunidades maoríes.

En 2022, el país aprobó una legislación pionera que introducía un aumento progresivo de la edad para fumar con el fin de impedir que los nacidos después de enero de 2009 pudieran comprar cigarrillos legalmente. La ley se diseñó para evitar miles de muertes relacionadas con el tabaquismo y ahorrar miles de millones de dólares al sistema de salud.

La legislación, que se cree que ha inspirado un plan en el Reino Unido para eliminar progresivamente el tabaquismo para las generaciones futuras, contenía una serie de otras medidas para hacer que fumar fuera menos barato y accesible. Entre ellas, reducir drásticamente la cantidad legal de nicotina en los productos del tabaco, permitir su venta únicamente en establecimientos especiales y recortar el número de tiendas autorizadas a vender cigarrillos de 6 mil a solo 600 en todo el país.

Las leyes debían aplicarse a partir de julio de 2024. Pero como parte de su acuerdo de coalición con el partido populista Primero Nueva Zelanda, el Partido Nacional acordó derogar las enmiendas, incluyendo “la eliminación de los requisitos para la desnicotización, la eliminación de la reducción de puntos de venta al por menor y la prohibición de la generación”.

El sábado, la nueva ministra de Economía, Nicola Willis, afirmó que las medidas se eliminarán antes de marzo de 2024, y que los ingresos procedentes de la venta de cigarrillos se destinarán a los recortes fiscales de la coalición. El Partido Nacional ha tenido que encontrar nuevas formas de financiar su plan fiscal, después de que su socio de coalición, Primero Nueva Zelanda, rechazara una propuesta para permitir que los compradores extranjeros volvieran al mercado inmobiliario.

La actualización fiscal del Tesoro previa a las elecciones decía que la reducción del número de tiendas que podían vender productos del tabaco y la gama de restricciones reducirían significativamente los ingresos de la corona, dijo Willis al Newshub Nation.

“Volviendo a esas fuentes adicionales de ingresos y otras áreas de ahorro que nos ayudarán a financiar la reducción de impuestos, tenemos que recordar que los cambios en la legislación antitabaco tuvieron un impacto significativo en los libros del Gobierno, con cerca de mil millones de dólares”.

Willis dijo que los socios de coalición ACT y Primero Nueva Zelandia eran “insistentes” en revertir las restricciones.

El primer ministro, Christopher Luxon, afirmó que la revocación impediría la aparición de un mercado oculto de tabaco y evitaría que las tiendas fueran objetivo de la delincuencia.

“Concentrar la distribución de cigarrillos en una tienda de una pequeña ciudad va a ser un enorme imán para la delincuencia”, declaró Luxon a Radio New Zealand.

Luxon afirmó que su gobierno seguiría reduciendo las tasas de tabaquismo mediante la educación y otras políticas.

Sin embargo, los expertos en salud pública han expresado su sorpresa por el cambio de política, afirmando que podría costar hasta 5 mil vidas al año, y ser particularmente perjudicial para los maoríes, que tienen mayores tasas de tabaquismo.

“Es una gran pérdida para la salud pública y una enorme victoria para la industria tabaquera, cuyos beneficios aumentarán a costa de las vidas de los neozelandeses”, declaró Lisa Te Morenga, presidenta del grupo no gubernamental del sector Health Coalition Aotearoa.

Te Morenga destacó que, según modelos recientes, la normativa ahorraría mil 300 millones de dólares en costos del sistema de salud en los próximos 20 años, si se aplicara en su totalidad, y reduciría las tasas de mortalidad en un 22% en el caso de las mujeres y en un 9% en el de los hombres.

“Cambiar el curso de los productos nocivos arraigados en la sociedad no pueden hacerlo los individuos, ni siquiera las comunidades”, afirmó Te Morenga. “Hacen falta buenas, y valientes, políticas a nivel de la población”.

La principal organización maorí de salud pública, Hāpai te Hauora, afirmó que la marcha atrás será “catastrófica para las comunidades maoríes”.

“Esta medida sugiere que no se tienen en cuenta las voces de las comunidades más afectadas por los daños del tabaco, y que se favorecen los intereses económicos”, afirmó Jason Alexander, director ejecutivo de Hāpai te Hauora.

Traducción: Ligia M. Oliver

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