La muerte de Alexei Navalny pone en la mira al gobierno de Rusia

El líder opositor ruso Alexei Navalny murió en la cárcel, según informó el servicio penitenciario del país, en lo que partidarios y funcionarios occidentales han calificado de asesinato político e imputan a Vladimir Putin, presidente de Rusia.

Navalny, de 47 años, uno de los críticos más visibles y persistentes de Putin, estaba recluido en una cárcel a unos 65 kilómetros al norte en el Círculo Polar Ártico, donde había sido condenado a 19 años bajo un “régimen especial”.

En un comunicado, el servicio penitenciario federal de la región donde estaba encarcelado Navalny dijo que “se sintió indispuesto después de un paseo y casi inmediatamente perdió el conocimiento”.

“Se llevaron a cabo todas las medidas de reanimación necesarias, pero no dieron resultados positivos”, señala el comunicado. “Los paramédicos confirmaron la muerte del convicto”. El Kremlin dijo que Putin había sido informado de su muerte, pero no tenía más información.

La reacción de Occidente no se hizo esperar, y altos cargos de Estados Unidos y Europa acusaron al Kremlin de causar la muerte de Navalny. “Su muerte en una prisión rusa y la fijación y el miedo a un hombre sólo subraya la debilidad y la podredumbre en el corazón del sistema que Putin ha construido”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. “Rusia es responsable de esto”.

La familia y los amigos de Navalny dijeron que seguían intentando confirmar su muerte de forma independiente. En su intervención en la conferencia de seguridad de Múnich, su esposa Yulia dijo: “No sé si creer las terribles noticias que hemos recibido sólo de los medios oficiales … no podemos creerle a Putin y su gobierno”.

“Pero si es verdad, entonces me gustaría que Putin, su personal, sus amigos, su gobierno sepan que serán castigados por lo que han hecho con nuestro país, mi familia y mi marido. Serán llevados ante la justicia, y ese día llegará muy pronto”.

Navalny tenía buen aspecto cuando apareció en video para comparecer ante el tribunal el jueves. Hablando desde la cárcel, Navalny se quejó de las frecuentes multas que recibía mientras estaba en una celda de castigo y pidió al juez que le enviara algo de dinero “ya que el mío se está acabando gracias a sus decisiones”.

La causa de muerte no ha sido establecida, según el servicio penitenciario. El año pasado Navalny fue tratado en un hospital tras quejarse de desnutrición y otras dolencias debidas a los malos tratos recibidos en prisión.

A Navalny le sobreviven su esposa y sus dos hijos. El 14 de febrero su equipo publicó un post en Instagram dedicado a su esposa, en el que escribió: “Siento que estás cerca de mí cada segundo y te quiero cada vez más”.

Navalny fue visto por última vez por su abogado el miércoles, quien afirmó que “todo estaba normal entonces”.

Leonid Volkov, otro aliado cercano, dijo: “No tenemos ninguna razón para creer la propaganda estatal… Si esto es cierto, entonces no es ‘Navalny murió’, sino ‘Putin mató a Navalny’ y esa es la única manera (de informarlo). Pero no les creo (ni por un segundo)”.

A principios de diciembre, Navalny desapareció de una prisión de la región de Vladimir, donde cumplía una condena de 30 años por cargos de extremismo y fraude que él había calificado de retribución política por liderar la oposición antiKremlin de la década de 2010. No esperaba ser liberado en vida de Putin.

Partidarios y aliados se mostraron visiblemente atónitos por la noticia de su muerte, y muchos señalaron directamente al Kremlin.

Dmitri Muratov, director de Novaya Gazeta, declaró a Reuters que la muerte de Navalny fue un “asesinato” provocado por los malos tratos recibidos en prisión. Mikhail Fishman, periodista, parpadeó mientras contenía las lágrimas en el canal de televisión Rain: “Debemos aprender a vivir con esta noticia de alguna manera. Pero comprendemos la magnitud de lo ocurrido, que marcará un antes y un después”.

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El asesor de seguridad nacional estadounidense, Jake Sullivan, declaró a la Radio Pública Nacional: “Si se confirma, es una tragedia terrible”.

Varios otros funcionarios extranjeros también dijeron que Putin era directamente responsable. “Alexei Navalny luchó por los valores de la libertad y la democracia. Por sus ideales, hizo el último sacrificio”, publicó en X el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. “La Unión Europea considera al régimen ruso único responsable de esta trágica muerte”.

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, dijo que era “obvio” que Putin estaba detrás de la muerte de Navalny. El ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, declaró: “Alexei Navalny luchó por una Rusia democrática. Por eso, Putin lo torturó hasta la muerte”.

Antiguo político nacionalista, Navalny ayudó a fomentar las protestas de 2011-12 en Rusia haciendo campaña contra el fraude electoral y la corrupción gubernamental, investigando el círculo íntimo de Putin y compartiendo los hallazgos en ingeniosos videos que cosecharon cientos de millones de visitas.

El punto álgido de su carrera política llegó en 2013, cuando obtuvo el 27% de los votos en las elecciones a la alcaldía de Moscú que pocos consideraron libres o justas. Durante años siguió siendo una piedra en el zapato para el Kremlin, al identificar un palacio construido en el mar Negro para uso personal de Putin, mansiones y yates utilizados por el expresidente Dmitri Medvédev, y a una trabajadora sexual que relacionó a un alto cargo de la política exterior con un conocido oligarca.

En 2020, Navalny cayó en coma tras un presunto envenenamiento con novichok por parte del servicio de seguridad ruso FSB y fue trasladado a Alemania para recibir tratamiento. Se recuperó y regresó a Rusia en enero de 2021, donde fue detenido acusado de violar la libertad condicional y condenado a la primera de varias penas de cárcel que sumarían más de 30 años tras las rejas.

“Navalny dejó una Rusia, regresó a otra y pereció en una tercera, donde las perspectivas políticas están ausentes en principio”, escribió Alexander Baunov, investigador principal del Carnegie Russia Eurasia Center. “Sólo hay mártires”. Putin ha lanzado recientemente una campaña presidencial para su quinto mandato. Ya es el líder ruso que más tiempo lleva en el cargo desde José Stalin y podría superarle si se presenta de nuevo a las elecciones de 2030, una posibilidad ya que en 2020 hizo reescribir las normas constitucionales sobre limitación de mandatos.

Traducción: Ligia M. Oliver

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