Atentado en Moscú: ¿por qué atacaría el Estado Islámico a Rusia y cuál será la respuesta de Putin?
Las víctimas del atentado de Moscú, homenajeadas ante la sala de conciertos Crocus. Foto: Screenshot video The Guardian

El atentado contra la sala de conciertos Crocus de Moscú es el más letal perpetrado por el Estado Islámico (EI) en suelo europeo, con 137 muertos confirmados.

El viernes por la noche, atacantes con fusiles de asalto entraron en la sala de conciertos de las afueras de Moscú y dispararon durante casi una hora mientras los asistentes al concierto, presas del pánico, se apresuraban a escapar. A continuación, los atacantes prendieron fuego al recinto.

Las víctimas del atentado de Moscú, homenajeadas ante la sala de conciertos Crocus.

El número de muertos es ligeramente superior al de los devastadores atentados de París de 2015, que se produjeron en pleno momento de mayor apogeo del Estado Islámico.

Desde el viernes, los acontecimientos se han precipitado, y cuatro sospechosos, identificados como ciudadanos de Tayikistán por una agencia de noticias rusa, comparecieron el domingo ante el tribunal, declarándose culpables de estar implicados.

Sin embargo, sigue habiendo interrogantes: no está clara la forma que tomará la respuesta del presidente Vladimir Putin, mientras que los expertos tratan de explicar el motivo exacto del ataque.

¿Por qué atacaría el Estado Islámico a Rusia?

Hay razones prácticas, históricas e ideológicas por las que el Estado Islámico atacara Rusia.

Los dirigentes del Estado Islámico consideran desde hace tiempo que los atentados contra objetivos lejanos forman parte integrante de su proyecto extremista. Estas operaciones, cuando tienen éxito, aterrorizan a sus enemigos, pero también movilizan a sus seguidores y atraen a otros nuevos.

A menudo, los objetivos se determinan en función de los recursos disponibles. Hace nueve años, una generación de reclutas franceses y belgas en Siria provocó una oleada de atentados en ambos países. En los últimos 18 meses, el Estado Islámico ha realizado un esfuerzo concertado para reclutar militantes centroasiáticos a través de su rama afgana, conocida como Provincia de Jorasán del Estado Islámico (ISKP). Al ser rusoparlantes, o incluso nacionales rusos, estos reclutas pueden alcanzar fácilmente un objetivo en Moscú, lo que ofrece múltiples nuevas oportunidades para cometer atentados.

Rusia lleva muchos años en el punto de mira del Estado Islámico. Los líderes del Estado Islámico, como muchos militantes islámicos, son conscientes del apoyo ruso al régimen de Bashar al-Assad en Siria. Un punto clave de la propaganda del Estado Islámico, desde Pakistán hasta Nigeria, es que Moscú forma parte de una coalición más amplia de fuerzas cristianas u occidentales implicadas en una batalla existencial de mil 400 años contra el islam.

Las declaraciones del Estado Islámico en las que reclamaba la autoría del atentado se jactaban de “matar cristianos”.

Atentado en la sala de conciertos de Moscú: lo que sabemos hasta ahora.

Es posible que los líderes del Estado Islámico del Gran Jorasán (ISKP) también consideren que Rusia apoya la continuidad del régimen talibán, que les ha reprimido. También recuerdan las brutales operaciones militares soviéticas en Afganistán en la década de 1980 y “la Yihad” librada por sus padres o abuelos contra las fuerzas de Moscú. La sangrienta guerra de Rusia en Chechenia en 1999 también puede ser un factor.

¿Cuál será la respuesta de Moscú?

Muchos atentados terroristas buscan provocar una respuesta represiva contundente por parte de las autoridades, con el objetivo de una mayor escalada de violencia. Si esto formaba parte del plan del Estado Islámico con Moscú, es poco probable que se sientan decepcionados.

El interrogatorio de los sospechosos por parte de las autoridades rusas parece haber sido especialmente brutal.

Los videos que circulan de sus interrogatorios sugieren que los hombres fueron torturados; uno de los videos parece mostrar a miembros de las fuerzas de seguridad cortando la oreja de un sospechoso y luego metiéndosela en la boca.

Ante el tribunal, todos los sospechosos aparecían muy golpeados y con la cara hinchada. Uno de ellos fue trasladado al tribunal directamente desde el hospital en silla de ruedas. Fue atendido por médicos y se le vieron múltiples cortes.

Putin ha prometido castigar a los autores del “bárbaro atentado terrorista”, y es probable que las minorías musulmanas de Rusia se enfrenten a una oleada de represión.

En sus únicas declaraciones públicas sobre la masacre, el gobernante ruso no hizo ninguna referencia a las reclamaciones del Estado Islámico.

En cambio, a pesar de que el Estado Islámico se ha atribuido el atentado y difundió imágenes que lo corroboraban, Rusia ha seguido intentando culpar en parte a Ucrania.

El sábado, Putin afirmó sin pruebas que los cuatro hombres armados detenidos planeaban huir a Ucrania. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, ha dicho que Putin y otras personas de su entorno intentan desviar la culpa de los fallos de los servicios de inteligencia rusos.

Estados Unidos afirmó haber recibido información de inteligencia según la cual el ISKP actuó en solitario.

¿Aumentará el número de muertos?

El lunes después del atentado, los equipos de emergencia dijeron que seguían buscando a posibles heridos o muertos en el interior de la sala de conciertos, gravemente dañada. El número de víctimas mortales aumentó varias veces a lo largo del fin de semana a medida que se iban encontrando más cadáveres.

Muchas familias se quedaron sin saber si sus parientes presentes en la sala de conciertos el viernes por la noche estaban vivos. Igor Pogadaev declaró a la agencia de noticias AP que buscaba desesperadamente cualquier dato sobre el paradero de su esposa después de que esta acudiera al concierto y dejara de responder a sus mensajes.

Pogodaev dijo que recorrió los hospitales de la capital rusa y de la región de Moscú en busca de información sobre los pacientes recién ingresados. Pero su esposa no figuraba entre los heridos ni en la lista de víctimas identificadas hasta el momento.

El Departamento de Salud de Moscú dijo el domingo que había empezado a utilizar pruebas de ADN para identificar los cuerpos de los fallecidos, un proceso que llevaría al menos dos semanas.

Reuters y Associated Press contribuyeron a este reportaje.

Traducción: Ligia M. Oliver

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