Solo 57 empresas vinculadas al 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero desde 2016
El registro histórico abarca 122 entidades vinculadas al 72% de todas las emisiones de CO2 de combustibles fósiles y cemento desde el inicio de la revolución industrial. Foto: Nick Oxford/Reuters

El análisis revela que muchos grandes productores aumentaron la extracción de combustibles fósiles y las emisiones relacionadas en siete años después del acuerdo climático de París.

Apenas 57 productores de petróleo, gas, carbón y cemento están directamente vinculados al 80% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero desde el acuerdo climático de París de 2016, según ha demostrado un estudio.

Este poderoso conjunto de corporaciones estatales y multinacionales en manos de accionistas son los principales impulsores de la crisis climática, según la Carbon Majors Database, compilada por investigadores de renombre mundial.

Aunque los gobiernos se comprometieron en París a reducir los gases de efecto invernadero, el análisis revela que la mayoría de los megaproductores aumentaron su producción de combustibles fósiles y las emisiones relacionadas en los siete años posteriores a ese acuerdo climático, en comparación con los siete años anteriores.

En la base de datos de 122 de los mayores contaminadores climáticos históricos del mundo, investigadores descubrieron que el 65% de las entidades estatales y el 55% de las empresas del sector privado habían aumentado su producción.

Durante este periodo, el mayor contribuyente a las emisiones fue la estadounidense ExxonMobil, con 3.6 gigatoneladas de CO2 en siete años, el 1.4% del total mundial. Le siguen muy de cerca Shell, BP, Chevron y TotalEnergies, cada una de ellas relacionada con al menos el 1% de las emisiones mundiales.

La tendencia más llamativa, sin embargo, fue el crecimiento vertiginoso de las emisiones relacionadas con productores estatales y de propiedad estatal, sobre todo en el sector del carbón asiático.

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Esta expansión, que ha continuado desde entonces, va en contra de la dura advertencia de la Agencia Internacional de la Energía de que no se pueden abrir nuevos yacimientos de petróleo y gas si se quiere que el mundo se mantenga dentro de unos límites seguros de calentamiento global. Los científicos del clima afirman que las temperaturas globales se están acercando rápidamente al objetivo inferior de París de 1.5°C por encima de la era preindustrial, con consecuencias potencialmente nefastas para las personas y el resto de la naturaleza.

“Es moralmente reprobable que las empresas continúen expandiendo la exploración y producción de combustibles de carbono frente al conocimiento de que sus productos son dañinos, y que lo hemos sabido por décadas”, dijo Richard Heede, quien estableció el conjunto de datos Carbon Majors en 2013. “No culpen a los consumidores que se han visto obligados a depender del petróleo y el gas debido a la captación gubernamental por parte de las compañías petroleras y de gas”. 

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Gráfico de The Guardian. Fuente: InfluenceMap, base de datos Carbon Majors. Nota: excluidas las emisiones de fugas de metano.

La investigación de Carbon Majors ha contribuido a cambiar la narrativa sobre la responsabilidad de la crisis climática al atribuir las emisiones a las entidades que se benefician de extraer los combustibles fósiles del subsuelo, y no a los individuos que posteriormente los queman y descargan en forma de emisiones. Este estudio en curso se ha citado en demandas sobre el clima y fue la base de la serie The Polluters, de The Guardian, en 2019, que nombraba y denunciaba a las 20 empresas responsables de un tercio de todas las emisiones de carbono.

La base de datos ha sido actualizada y se relanzó el jueves en un sitio web de acceso público especializado, que está administrado por InfluenceMap.

Incluye una sorprendente comparación entre las tendencias de las emisiones a largo plazo, que se remontan a 1854, y la evolución más reciente desde el acuerdo de París de 2016.

El registro histórico abarca 122 entidades vinculadas al 72% de todas las emisiones de CO2 de combustibles fósiles y cemento desde el inicio de la revolución industrial, lo que equivale a mil 421 gigatoneladas.

En este análisis a largo plazo, la producción estatal china de carbón representa el 14% del C02 mundial histórico, la mayor proporción con diferencia de la base de datos. Es más del doble de la proporción de la antigua Unión Soviética, que ocupa el segundo lugar, y más del triple de la de Saudi Aramco, que ocupa el tercero.

A continuación vienen las grandes empresas estadounidenses: Chevron (3%) y ExxonMobil (2.8%), seguidas de la rusa Gazprom y la National Iranian Oil Company. Le siguen dos empresas europeas propiedad de inversores: BP y Shell (cada una con más del 2%) y después Coal India.

El ascenso de Asia en el siglo XXI se hace evidente cuando se comparan los registros históricos con los datos de 2016-2022. En este periodo reciente, la cuota del carbón chino salta a más de una cuarta parte de todas las emisiones de CO2, mientras que Saudi Aramco sube a casi el 5%. El top 10 de esta era moderna está dominado por entidades estatales chinas y rusas y completado con las de India e Irán. El capitalismo occidental no aparece hasta el puesto 11, ExxonMobil, con un 1.4%, la mitad de su media histórica.

El panorama puede volver a cambiar en el futuro. Estados Unidos es, con diferencia, el mayor productor mundial de petróleo y gas, aunque las operaciones estén fragmentadas entre muchas empresas diferentes en lugar de un coloso estatal. El Presidente Biden ha concedido licencias a múltiples nuevos proyectos de exploración. Los países del Golfo también planean aumentar su producción.

ExxonMobil, Chevron, BP y Shell tienen objetivos de emisiones netas cero, aunque sus definiciones de ese objetivo y los métodos para alcanzarlo varían. Muchas de las empresas de la lista han realizado inversiones en energías renovables.

Daan Van Acker, director de programas de InfluenceMap, dijo que muchas de las entidades de la base de datos Carbon Majors iban en la dirección equivocada para la estabilidad climática. “El nuevo análisis de InfluenceMap muestra que este grupo no está desacelerando la producción, y que la mayoría de las entidades la están aumentando tras el acuerdo de París. Esta investigación proporciona un eslabón crucial para que estos gigantes de la energía rindan cuentas sobre las consecuencias de sus actividades”.

Heede sostiene que los productores de combustibles fósiles tienen la obligación moral de pagar por los daños que han causado y agravado con sus tácticas de retrasos. Cita la propuesta de Mia Mottley, primera ministra de Barbados, que las empresas petroleras y de gas aporten al menos 10 centavos por cada dólar a un fondo de pérdidas y daños.

También se mostró animado por las acciones para exigir responsabilidades a las empresas de combustibles fósiles. Como ejemplo, citó las vallas publicitarias que aparecieron en Houston (Texas) tras un huracán y que declaraban: “Sabemos de quién es la culpa” junto a los nombres de las petroleras, o la campaña en Vermont para crear un superfondo climático pagado por los contaminadores que paliaría los crecientes costos de inundaciones, tormentas y olas de calor.

“Es una amenaza para la civilización tal y como la conocemos”, afirmó. “Si seguimos como hasta ahora, no tendremos un planeta habitable para nuestros hijos y nietos. Debemos reunir voluntad política y empresarial para evitar la peor amenaza que supone el cambio climático. Podemos hacerlo”.

The Guardian se puso en contacto con Exxon, BP, Chevron, Total Energies, Coal India, Saudi Aramco y Gazprom para pedirles comentarios.

Un portavoz de Shell dijo: “Shell se ha comprometido a convertirse en una empresa de energía con cero emisiones netas para 2050, un objetivo que creemos que apoya la meta más ambiciosa del acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales. Seguimos avanzando a buen ritmo en nuestros objetivos climáticos y, a finales de 2023, habíamos alcanzado más del 60% de nuestro objetivo de reducir a la mitad las emisiones de Alcance 1 y 2 de nuestras operaciones para 2030, en comparación con 2016”.

Traducción: Ligia M. Oliver

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