Cuota de entrada a Venecia: ¿qué es y cuánto cuesta?

Tras años de preparación, Venecia empezará a cobrar a los turistas por entrar a la ciudad, en un esfuerzo por proteger el patrimonio mundial de la Unesco de los efectos del turismo excesivo.

Aunque la medida ha suscitado críticas y burlas de algunos, que la consideran inconstitucional y restrictiva a la libertad de tránsito, el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, ha comparado su “valentía” al promulgar la cuota con la del explorador veneciano Marco Polo, al atreverse a ir donde otros temían llegar.

En cierto modo es cierto: Venecia se convertirá en la primera gran ciudad del mundo en adoptar una iniciativa de este tipo, y otras que lidian con el impacto del turismo de masas la observan con interés.

Pero ¿funcionará en la práctica este audaz experimento? ¿Ayudará a salvar Venecia, una ciudad de belleza única que los activistas llevan décadas advirtiendo que está en peligro? Y lo más importante, quizá, para quien quiera reservar su viaje: ¿cómo se compran las entradas?

¿Por qué se ha introducido esta medida?

Según Simone Venturini, concejal de Turismo de la ciudad, Venecia “se aficionó” al turismo de masas en los años sesenta y desde entonces el número de visitantes se ha disparado hasta el punto de que en los periodos de mayor afluencia del año atrae a una media de 40 mil personas al día.

Esa cifra ha ejercido presión sobre la frágil laguna, al tiempo que ha alejado a los residentes de la isla principal. Brugnaro dijo que quería que Venecia volviera a ser “habitable”.

Sin embargo, el impulso final para promulgar la medida se produjo después de que la Unesco amenazara el año pasado con incluir a Venecia en su lista de lugares patrimoniales en peligro, alegando el turismo masivo y el aumento del nivel de las aguas atribuido al cambio climático.

En los últimos años, Venecia ha luchado contra el turismo de masas prohibiendo el paso de enormes cruceros por el centro de la ciudad, pero sólo se ha librado de la posible vergüenza de perder su estatus de Patrimonio de la Humanidad tras el acuerdo sobre la tasa de acceso.

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¿A cuánto asciende la cuota y quién debe pagarla?

La “cuota de acceso a Venecia” cuesta 5 euros (92 pesos). Podría ser peor: cuando se propuso la idea, costaba 10 euros (184 pesos). Sólo tienen que pagar los turistas de un día. Están exentos residentes, trabajadores, estudiantes y menores de 14 años, así como turistas que pernoctan. Los detractores del plan afirman que es poco probable que los 5 euros disuadan a mucha gente.

¿Cómo se compra el boleto y en qué fechas se necesita?

Los boletos se pueden reservar por internet y se aplican en 29 fechas pico entre el 25 de abril y el 14 de julio. Las fechas figuran en el sitio web. Se le proporcionará un código QR en tu teléfono: guárdalo porque es la prueba de que ha pagado la cuota.

Espera, Venecia es un lugar enorme con docenas de islas. ¿Dónde se aplica exactamente?

La cuota sólo se aplica a quienes entren en el centro histórico de Venecia entre las 8.30 y las 16.00 horas en cualquiera de las fechas pico. Eso incluye el puente de Rialto, la plaza de San Marcos, la ópera La Fenice y muchas otras atracciones turísticas de primer orden, así como barrios más tranquilos como la isla de Giudecca.

¿Y si llego a Venecia sin el código QR o no tengo acceso a un teléfono celular?

No temas. Cuando llegues a Venecia, dice el ayuntamiento, ya sea en tren, autobús o barco, unos agentes con chalecos blancos con el logotipo de la ciudad te guiarán para comprar el boleto por internet y descargar el código QR.

Los que no dispongan de teléfono pueden pagar en las estaciones de taxi acuático o en las tiendas de tabacchi, explica Venturini.

Los cinco puntos de acceso clave son la estación de tren Venezia Santa Lucia, las terminales de autobuses de Piazzale Roma y Tronchetto, y las paradas de vaporetti (autobuses acuáticos) de Zattere y la Riva degli Schiavoni, el paseo marítimo que cubre la entrada a la plaza de San Marcos.

¿Cómo se aplicará la medida?

Brugnaro ha prometido que el sistema se impondrá con “controles muy suaves” y “sin colas”, rechazando las especulaciones de que la ciudad instalaría barreras o torniquetes en las calles.

En efecto, las autoridades esperan que la medida se aplique mediante una brigada de 180 efectivos, compuesta por vigilantes voluntarios, personal del ayuntamiento y funcionarios públicos. Los que lleven chaleco blanco estarán allí para informar, mientras que los que lleven chaleco amarillo harán controles aleatorios y tendrán la autoridad para multar a quienes no lleven el código QR.

Venturini dijo que, si uno llegaba sin código y no se acercaba a alguien con chaleco blanco para pedir información, y luego era abordado al azar por alguien con chaleco amarillo, se arriesgaba a ser multado.

¿Y qué tan graves son las multas?

Las multas oscilan entre 50 y 300 euros (915 y 5 mil 490 pesos). “No te preocupes, nadie será detenido por no pagar la cuota”, dice un portavoz del ayuntamiento.

Traducción: Ligia M. Oliver

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